Aprende a dibujar un gato de forma realista.
La mejor manera de aprender a dibujar un gato realista es observar de la vida real. Puede ser complicado hacer un boceto a partir de un gato vivo, por lo que una fotografía es la mejor opción para observar sus características.
Empieza por estudiar la imagen de origen. Luego, piensa: si fueras a dibujarlo en formas simples, ¿cuáles serían? Comienza por las formas más grandes y termina con las más pequeñas. Traza un óvalo para el cuerpo, un círculo para la cabeza y triángulos para las orejas. Mientras lo haces, recuerda no recargar mucho el lápiz. Es probable que tengas que borrar parte de tu trabajo después; si las marcas son demasiado oscuras no se borrarán bien y seguirán siendo visibles en el papel.
Ya que tienes el boceto de base, analiza la fotografía de nuevo. ¿Qué elementos hay dentro de las formas que ya dibujaste? En la cara hay círculos pequeños para los ojos y un triángulo para la nariz. Dibuja estas formas dentro de las originales, y por fin verás cómo empieza a emerger el gato.
Sigue refinando tu dibujo añadiendo tantos detalles como puedas, pero sin sombrear. El proceso de esbozo puede llevar algo de tiempo, pero es esencial para crear una obra de arte realista; el boceto te servirá como guía a la hora de añadir color o sombras al felino.
Las sombras añaden profundidad y forma al dibujo. En el caso del gato, el pelo define su dimensionalidad. Asegúrate de estudiar al animal y las idiosincracias de su pelaje. Pon atención a la dirección en la que crece, su largo, y los patrones o el color. Basándote en lo que observaste, comienza a hacer marcas suaves sobre tu esbozo.
Para darle cierto peso y dimensión al pelaje, haz más marcas sobre las que ya hiciste. Esto dará la ilusión de incontables pelos en el cuerpo de la criatura.