Escocia está a punto de hacer historia como el primer país del mundo que terminará con la “pobreza menstrual”, es decir, el no poder acceder a productos de higiene menstrual debido a dificultades económicas. El martes 25 de febrero, el Parlamento Escocés aprobó un proyecto de ley para que los tampones y toallas sanitarias (o compresas) estén disponibles para quien lo requiera sin cargo alguno. Estos productos serían distribuidos en lugares públicos y estarían listos para ser recogidos en centros comunitarios, farmacias y clubs juveniles.
Llamado Period Products (Free Provision) (“Productos para el periodo (Provisión libre)”), este proyecto de ley fue aprobado en la primera ronda con 112 votos a favor, cero en contra, y una abstención. Ahora pasará a una segunda etapa en la que los legisladores pueden proponer enmiendas a la misma. Esta provisión costaría aproximadamente 24.1 millones de libras esterlinas al año.
En el Reino Unido, 10% de las niñas no pueden pagar productos de higiene menstrual. Esto es de acuerdo con un estudio realizado por Plan International, una organización humanitaria y de desarrollo independiente. No tener acceso a productos menstruales cada mes puede provocar riesgos físicos y es perjudicial para la calidad de vida. Médicamente, esto incluye susceptibilidad a infecciones del tracto urinario. Desde un punto de vista social, esto puede obligar a las personas a permanecer en sus hogares y evitar que vayan a lugares importantes como la escuela.
Esta no es la primera medida de Escocia para atacar este problema. En 2018, comenzaron a ofrecer toallas y tampones gratuitos a estudiantes en escuelas y universidades.
h/t: [Vox]
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