Durante una graduación de preparatoria, lo más común es que los estudiantes reciban aplausos cuando suban al escenario. Si bien a muchos graduados les alegra escuchar los aplausos y porras de su familia y amigos, algunos, como Jack Higgins, estudiante de Carmel High School, son particularmente sensibles a estos sonidos, por lo que preferirían que estos eventos celebraran en silencio. Así, sus compañeros hicieron realidad su deseo en su graduación, el 20 de junio de 2019.
Higgins, quien tiene una variante severa de autismo no verbal, estuvo inscrito durante los últimos ocho años en el programa para estudiantes con problemas cognitivos, de aprendizaje o de comportamiento de su escuela. Aunque sus padres esperaban que él pudiera participar en la ceremonia de graduación de este año, les preocupaba que un evento tan ruidoso pudiera causar una sobreestimulación.
Por fortuna, el director de la escuela encontró una solución: el público podría ofrecerle a Higgins una ovación silenciosa. “Lo consulté con el subdirector porque él iba a ser honesto conmigo”, relató el director Lou Riolo. “Cantaríamos el himno nacional y después habría una pausa en la que explicaría lo que íbamos a hacer. Íbamos a guardar silencio por Jack”.
Durante la ceremonia, Riolo compartió su idea con los 2,200 asistentes. Si bien tenía plena confianza en su plan, todavía quedó sorprendido por lo que escuchó cuando Jack –quién había prevenido y se había tapado los oídos– entró en el escenario: nada.
Para Riolo, este espectáculo silencioso es una victoria para Jack, su familia y la comunidad de Carmel High School en general. “Lo que Jack hizo solo, su mecanismo interno, esa es la verdadera historia. Esa es la valentía”, dijo Riolo. “Es simplemente increíble. Fue simplemente maravilloso. ¿Cómo podrías no conmoverte? Fue un jonrón para Jack y un jonrón para nuestros hijos”.
Mira a Jack Higgins, un estudiante con una forma severa de autismo, recibir una ovación silenciosa durante su graduación.
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