Por más que evolucione la tecnología, a veces para solucionar un problema basta con mirar a la naturaleza. Un grupo de investigadores de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido han adoptado este enfoque al usar palomas para ayudarlos a recopilar información sobre el medio ambiente. Cada paloma en el proyecto porta una pequeña mochila con un sensor que recoge información mientras el animal vuela por la ciudad.
Las aves permiten a los científicos conocer más sobre los microclimas urbanos, que pueden cambiar de una cuadra a otra. Rick Thomas, el investigador que dirige el estudio, señala que hay muchas razones para usar palomas en vez de drones u otro tipo de tecnología. Por un lado, los drones no pueden volar libremente en cualquier área, sobre todo considerando el caos que causó uno en el aeropuerto de Gatwick en diciembre. Además, otras piezas tecnológicas no serían tan rentables como las aves.
Al aprovechar la libertad de vuelo de las palomas, el equipo puede recopilar información como la humedad, temperatura, presión atmosférica, luz ambiente y datos del GPS. Así que, ¿de dónde salen estas palomas? Los investigadores trabajan con voluntarios locales que crían palomas mensajeras. Conocidas por su habilidad para regresar a su nido, las palomas mensajeras se han usado desde los tiempos de Ghengis Khan para enviar mensajes a larga distancia. Si bien la cría de estos animales no es tan común como alguna vez fue, los voluntarios accedieron a dejar que los científicos pusieran mochilas especiales en sus palomas.
Al usar palomas mensajeras, los científicos se aseguran de que tendrán sus instrumentos de regreso para poder descargar la información antes de liberarlas otra vez. La mochila está diseñada para ser segura y cómoda para las palomas. Cada una pesa menos del 3% del peso corporal de la paloma, siendo éste el estándar para este tipo de dispositivos. La esposa de Thomas cosió cada mochila, creando varias versiones hasta que encontraron el ajuste perfecto.
“Si [los dueños] no están contentos con algún aspecto de los sensores, entonces no tienen por qué usarlos en sus palomas”, dice Thomas. “El bienestar de las aves es lo más importante”.
Hasta ahora, las palomas han recorrido casi 1,000 kilómetros con sus mochilas en el transcurso de 41 vuelos. Los científicos esperan poder utilizar esta información climática para predecir cómo viaja la contaminación en la ciudad. El siguiente paso sería expandirse a otras ciudades, pero esto requeriría más fondos y encontrar comunidades de criadores de palomas dispuestos a participar. Con un costo de solo 250 dólares por sensor, la tecnología es bastante económica en comparación a otros métodos. El gran desafío, entonces, es contar con suficientes palomas mensajeras entrenadas.
Mientras tanto, Thomas sigue afinando los sensores para llegar a la calibración perfecta. También busca mejorar el sensor para que sea autosuficiente, lo que abriría las puertas a un mundo de posibilidades, incluyendo su colocación en aves silvestres.
h/t: [Gizmodo]
Todas las imágenes vía Rick Taylor.
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