El artista Anthony Howe, quien reside en Washington, fabrica complejas esculturas cinéticas que hipnotizan al espectador con sus movimientos fluidos, casi como si fueran criaturas de otro mundo. Estas estructuras de metal están perfectamente balanceadas e incorporan partes entrelazadas que se mueven con el viento. Cuando Cuando se echan a andar, las deslumbrantes composiciones parecen tener vida propia—imitando a otros organismos presentes en nuestro entorno físico.
El laborioso proceso de creación de cada pieza comienza con un modelo digital que luego se traduce al mundo físico. Cada componente individual se encaja poco a poco con una precisión increíble. Y, a pesar de su escala y lo intrincado de cada diseño, Howe completa la mayoría de sus esculturas sin ningún tipo de ayuda externa.
“La escultura cinética reside en la intersección de la inspiración artística y la complejidad mecánica”, explica el artista. “La realización de una de mis piezas se basa en la expresión creativa, la fabricación de metal, y un lento proceso de diseño en partes iguales. Su objetivo es alterar la experiencia de uno en el tiempo y el espacio cuando se es testigo de ella. También necesita soportar vientos de 14 km/h y aún así moverse como si fuese impulsada por una brisa de un kilómetro por hora y hacerlo durante cientos de años.”
Puedes encontrar más información sobre el increíble trabajo de Howe en su sitio web. Sigue hacia abajo para ver algunas de sus más increíbles creaciones en acción.