Si pensabas que los humanos habían dejado de evolucionar, te tenemos noticias: un grupo de investigadores en Australia acaba de publicar un estudio que muestra que los humanos siguen desarrollándose. Aunque la evolución puede ser tan lenta que es difícil ver ejemplos concretos en una vida, la reciente aparición de una arteria extra en los brazos es una prueba de que el cuerpo humano está en constante cambio.
La arteria mediana aparece en todos los seres humanos mientras están en el útero, lo que ayuda a transportar la sangre adicional necesaria para que nuestras manos se desarrollen. Por lo general, este vaso sanguíneo se deteriora después de unas ocho semanas, dejando que las otras dos arterias principales, la radial y la cubital, continúen con su trabajo. Sin embargo, ocasionalmente esta regresión no ocurre y la arteria mediana puede quedarse por unos meses más o, a veces, después del nacimiento.
Los investigadores querían investigar la prevalencia de esta tercera arteria después del nacimiento, por lo que estudiaron los cadáveres de 80 australianos de ascendencia europea. Lo que encontraron fue extraordinario: con donantes de edades comprendidas entre los 50 y los 100 años, el estudio demostró un aumento sorprendente de adultos con esta tercera arteria.
“Desde el siglo XVIII, los anatomistas han estado estudiando la prevalencia de esta arteria en adultos y nuestro estudio muestra que está aumentando claramente”, afirmó la Dra. Teghan Lucas de la Universidad de Flinders. “La prevalencia fue de alrededor del 10% en las personas nacidas a mediados de la década de 1880 en comparación con el 30% en los nacidos a finales del siglo XX, por lo que es un aumento significativo en un periodo de tiempo bastante corto, en lo que respecta a la evolución”.
Según la Dra. Lucas, este aumento en las arterias medianas adultas podría deberse a una mutación genética o problemas de salud en las madres durante el embarazo. De cualquier manera, si la tendencia continúa, habrá más adultos con arterias medianas que sin ellas para 2100.
Si bien la presencia de la arteria mediana puede ser un factor de riesgo para el síndrome del túnel carpiano, el autor principal del estudio, el profesor Maciej Henneberg, ve otros beneficios. La arteria adicional no solo puede aumentar el suministro de sangre, sino que también se puede usar como reemplazo en procedimientos quirúrgicos en otras partes del cuerpo.
“Esta es la microevolución en los humanos modernos y la arteria mediana es un ejemplo perfecto de cómo aún estamos evolucionando porque las personas más jóvenes tienen una mayor prevalencia de esta arteria en comparación con los humanos de generaciones anteriores”, comparte.
Por supuesto, este no es el único cambio evolutivo en los seres humanos registrado recientemente. Otros ejemplos incluyen la creciente ausencia de muelas del juicio y el resurgimiento de la fabela, un pequeño hueso en la parte posterior de la articulación de la rodilla. Al igual que la arteria mediana, este hueso es ahora tres veces más común en humanos que hace cien años.
h/t: [Science Alert, Popular Mechanics]
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