Los bosques están repletos de todo tipo de criaturas, pero hay un animal que nunca esperarías ver allí: un gatito. Una mujer llamada Céline y su marido, Daniel, estaban paseando en bicicleta por la campiña del centro de Bretaña (Francia) cuando se encontraron a un pequeña gatita sola, angustiada y hambrienta. Se detuvieron para asegurarse de que estaba bien, pero no sabían que la gata callejera pronto se convertiría en parte de su familia.
“Estábamos en una carretera muy tranquila que atravesaba un bosque sin casas cercanas, cuando de repente oímos un fuerte chirrido procedente de una zona de helechos a un lado de la carretera”, revela Céline. “Al principio pensamos que era algún tipo de pájaro, así que nos detuvimos y tratamos de ver de dónde venía el ruido. Y ahí estaba, una gatita asustada, llorando”.
Al principio, la tímida gatita se mostró cautelosa y no quiso acercarse a la pareja. Sin embargo, Céline se ganó su confianza tumbándose en el suelo y hablándole suavemente. La gata empezó a acercarse y acabó subiéndose a Céline para consolarse. “No me dejaba ir. No paraba de subirse a mí (con sus garras) y de llorar”, recuerda Céline. “En ese momento, supimos que teníamos que intentar llevarla de vuelta a casa”.
No había forma segura de llevar a la gatita a casa en sus bicicletas (el trayecto era de casi 30 kilómetros), así que Céline y Daniel decidieron volver corriendo a casa y regresar con su coche. Dejaron a la gatita en el escondite donde la encontraron por primera vez y cruzaron los dedos para que estuviera allí cuando volvieran. Por suerte, cuando la pareja regresó tres horas después, la gatita les estaba esperando. Céline recuerda: “En cuanto salí del coche y la llamé, salió de su escondite entre los helechos y vino corriendo hacia mí”.
Al llegar a casa, la gatita, a la que llamaron Mini Kitty, se instaló enseguida. Céline revela: “Pasó su primera tarde dándole a mi marido una sesión de besos de agradecimiento”. Después de una larga siesta y mucha comida, volvió para recibir más mimos. Y un año después, Mini Kitty sigue siendo muy cariñosa. “Es una gata encantadora, muy simpática y juguetona”, dice Céline. “En cuanto nos oye levantarnos, sube corriendo las escaleras para saludarnos ronroneando y dándonos cabezazos”.
Mini Kitty no sólo se ha encariñado con sus humanos, sino que ahora también tiene hermanos: otro gato y un perro. A menudo pasa el tiempo acurrucándose con ellos. Está claro que Mini Kitty es muy feliz en su nuevo hogar, gracias a Céline y Daniel.
Echa un vistazo a más fotos de Mini Kitty a continuación.
Céline y su esposo Daniel estaban paseando en bicicleta cerca de un bosque en Bretaña, Francia, cuando encontraron con una gatita abandonada.
La gatita se encariñó de inmediato y lo nos dejaba ir, así que decidieron llevársela a casa. ¡Esta es ella dos meses después!
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Daniel: Instagram
h/t: [LoveMeow]
Todas las imágenes vía Madame Tarte / Daniel.
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