El artista británico Jason Anderson pinta paisajes urbanos pixelados aplicando capas gruesas de pintura con un cuchillo de paleta. Estas vistas distorsionadas de los ambientes urbanos capturan las formas de edificios, casas y puentes en tonos pastel. Como resultado, cada lienzo transmite una sensación de rigidez y dinamismo a la vez.
Anderson desarrolló este enfoque único hacia la pintura después de trabajar como aprendiz de vidriero. Durante este tiempo, aprendió a simplificar a sus sujetos en “rompecabezas” de secciones de color. Esta experiencia se trasladó a su práctica artística, donde el artista divide los diferentes elementos en una composición con bloques individuales de colores. El pintor utiliza la espátula para crear una división clara entre todas las partes cromáticas. “Me fascina el color”, explica Anderson, “y trabajo con una paleta fuerte para crear profundos efectos de impasto con la pintura”.
Desde lejos, las pinturas de Anderson logran crear un tipo de imagen impresionista del horizonte. Pero cuanto más cerca se miran las obras, más abstractas se vuelven. “Este enfoque crea una pintura que, como el paisaje, está en constante cambio. Así que, a medida que te mueves por la habitación y las crestas de pintura atrapan la luz, siempre hay algo nuevo que ver”, continúa. Esta disposición de formas vibrantes crea una armonía visible que guía la mirada del espectador. Cada ciudad pulsa con ritmos de movimiento, luz y color.
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