Aaron Jackson, fundador de la organización benéfica Planting Peace, vio la dramática situación en la frontera entre Polonia y Ucrania e inmediatamente supo que tenía que hacer algo. “Vi una historia sobre estos refugiados que estaban viviendo en una estación de tren con temperaturas heladas”, dijo a The Dodo. “Unas dos horas después de leerla, compré un boleto de avión y volé ese mismo día”.
Más de dos millones de personas han abandonado Ucrania desde la invasión de Putin, dejando atrás sus casas y sus pertenencias. La mayoría de ellos huyen a Polonia, donde esperan en la frontera a temperaturas que llegan a bajar de los 5 grados. “Se calcula que la espera para entrar en Polonia es de 48 horas. No entiendo cómo la gente hace una espera de dos días con estas temperaturas”, dijo Jackson. “Nuestro mayor objetivo es identificar a los refugiados que no tienen familia ni dónde ir para ponerlos en una casa segura donde puedan permanecer durante mucho tiempo. Además sacar a la gente de la zona de guerra en sí, rescatar a la gente de las temperaturas bajo cero es imperativo”.
Jackson y su equipo se han centrado específicamente en ayudar a los refugiados con mascotas a encontrar un lugar donde alojarse: conseguir una vivienda ya es un proceso complicado, y no todos los lugares admiten animales de compañía.
En un momento dado, Jackson se detuvo en un refugio de animales local para ofrecer ayuda. Allí se encontró con una familia a punto de ceder a su perro, una cocker spaniel llamada Bella. Después de hablar con la familia, el director del refugio se dirigió a Jackson y le tradujo: “En realidad son refugiados y quieren entregarnos a su perro porque no tienen hogar y no tienen dónde ir, y no quieren que su perro esté a la intemperie”. Afortunadamente, Jackson pudo dirigir a la familia un alojamiento que aceptaba mascotas en cuestión de minutos.
Su motivación es simple. “Hay familias que han recorrido 160 o 200 kilómetros para llegar a la frontera”, explica Jackson, “y han caminado 50 de esos kilómetros con un perro a cuestas. Así que si una persona está dispuesta a hacer eso por su perro, definitivamente no voy a ser yo quien les diga: ‘Tienes que deshacerte de tu perro para encontrar una vivienda'”. Este buen samaritano se ha comprometido a hacer todo lo que esté en sus manos para que estas familias consigan un hogar junto con sus mascotas, “especialmente porque ya han renunciado a mucho”.
Además de conectar a los refugiados y a sus mascotas con viviendas aptas para ellos, Planting Peace está donando comida para mascotas y jaulas de trasnporte a los nueve principales centros de refugiados de la frontera. Su deseo es “que los desplazados y sus mascotas tengan comida sana esperándoles tras su largo viaje”.
Los ucranianos que huyen con sus mascotas tienen menos opciones a la hora de encontrar alojamiento de emergencia.
Por suerte, Planting Peace, una organización benéfica fundada por Aaron Jackson, está ayudando a alojar a estas familias con sus mascotas.
Planting Peace: Sitio web | Facebook
h/t: [The Dodo]
Todas las imágenes vía Planting Peace.
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