El artista multimedia británico Rowan Mersh se inspira en el mundo natural para crear impresionantes esculturas contemporáneas con miles de conchas marinas. Su enfoque experimental lo ha llevado a transformar objetos ordinarios en arte, con resultados que muestran una atención especial a la forma, el color y la geometría.
Ya sea que se trate de una pieza de pared o de una escultura independiente, cada obra de arte puede tardar entre dos y seis meses en completarse. Mersh recorre la orilla del mar en busca de todo lo que pueda ayudarlo a construir su visión, desde espinas de erizo de mar hasta una amplia variedad de conchas. Inspirado por la diversidad de lo que encuentra, Mersh también se interesa por la importancia cultural de las conchas. A menudo, las tradiciones y el simbolismo asociados a las conchas marinas informan su obra, formando la narrativa subyacente.
“Tomemos como ejemplo mi trabajo en la serie de Pithváva—esculturas para paredes creadas a partir de decenas de miles de conchas colmillo, recolectadas de manera sustentable a lo largo de la costa del noroeste americano”, dice Mersh a My Modern Met. “Las conchas colmillo han sido utilizadas por las Primeras Naciones y los nativos americanos como un valioso objeto comercial durante miles de años. La historia oral de los Yurok, una tribu originaria de California, habla de Pithváva, una deidad que creó las conchas colmillo y habló sobre su importancia como ‘riqueza sagrada'. A la vez que se articula mi visión de esta deidad en términos visuales, estas obras también exploran la noción de riqueza sagrada como forma de arte a través de un método de creación artesanal contemporáneo”.
Al celebrar y adoptar estos materiales poco convencionales, Mersh resalta su inherente belleza. Las esculturas terminadas invitan al espectador a disfrutar de la obra en su totalidad, a la vez que lo acercan a explorar los fascinantes detalles de cada una de las conchas. Aunque aparentemente uniformes, las delicadas conchas solo muestran su carácter único a ojos atentos dispuestos a admirar sus sutiles diferencias.
Para Mersh, esta individualidad es lo que las hace tan intrigantes. Para construir las esculturas sigue la dirección de cada concha, por lo que la pieza final toma como referencia la forma de cada componente individual. “Intento resaltar y responder a las cualidades únicas de cada concha; si una es curva quiero mostrarlo, incorporando ángulos fluidos o pinceladas a las superficies que realizo”.