Un grupo de islas remotas al sur del océano Atlántico pronto se convertirá en uno de los santuarios de vida silvestre más grandes del mundo. Con solo 244 residentes, Tristán de Acuña es un conjunto de islas volcánicas que sirve como refugio de animales exóticos y raros. Se compone de unas cuantas masas terrestres, una de las cuales es completamente inaccesible. El área total de las islas es de aproximadamente 68,000 kilómetros cuadrados, que es muy poco espacio para humanos.
En la isla más grande existe un pequeño pueblo llamado Edimburgo de los Siete Mares. A quienes visitan el sitio se les recuerda lo lejos que están de su hogar a través de un simple cartel que dice: “Bienvenido a la isla más remota”. El asentamiento incluye dos iglesias, la escuela más aislada del mundo, y algunos otros recursos necesarios como un supermercado y una oficina de correos.
Aunque es un lugar interesante para cualquier viajero, el asentamiento humano no es lo que hace a Tristán de Acuña tan especial. La creación de una zona de protección marina dará lugar a una zona masiva que se conservará como una “zona de no captura”, prohibiendo el 90% de toda la pesca y la actividad relacionada con ella. Con el Cinturón Azul de protección marina del Reino Unido, será la cuarta más grande de su tipo. La medida es un paso importante para preservar la vida silvestre, incluyendo pingüinos, albatros, tiburones, focas y ballenas.
Sólo el 3% de los océanos del mundo están oficialmente protegidos de la actividad humana de riesgo, pero el Reino Unido espera aumentar este número al 30% para el año 2030. Iniciativas como el Programa Cinturón Azul son fundamentales para asegurar la futura viabilidad del planeta. Sin embargo, el impacto cada vez mayor del cambio climático y el aumento de la contaminación seguirán afectando negativamente a las aguas a pesar de estas importantes prohibiciones de pesca.
El líder isleño de Tristán de Acuña, James Glass, forma parte del grupo que impulsó esta acreditación y protección. Explica la importancia de este paso, diciendo: “Nuestra vida en Tristán de Acuña siempre se ha basado en nuestra relación con el mar, y eso continúa hoy en día. Por eso estamos protegiendo plenamente el 90% de nuestras aguas, y estamos orgullosos de poder desempeñar un papel clave en la preservación de la salud de nuestros océanos”.
Con solo 244 residentes, Tristán de Acuña es un grupo de islas volcánicas que da refugio a numerosas especies exóticas de animales.
Estas islas se han convertido en una Zona de Protección Marina, creando una “zona de no captura” que prohíbe el 90% de toda la pesca y la actividad relacionada.
h/t: [IFL Science]
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