Por tan solo unos cuantos días, un edificio cavernoso en una central eléctrica de California se transformó en un lugar mágico lleno de dientes de león encargados de cumplir los deseos del mundo. Esta instalación de procesamiento de deseos se hizo realidad gracias al colectivo de arte anónimo The Art Department, permitiendo que la gente echara a volar sus anhelos al tomar un diente de león y soplar. Dandelions es el más reciente de una larga lista de intrigantes performances de instalación del colectivo, que a menudo trabaja en espacios olvidados de Los Ángeles.
Después de subir por una larga escalera hasta la instalación, a los visitantes se les hicieron preguntas para conocer sus deseos. Tras de analizar sus respuestas, a cada persona se le dio un diente de león para que pudiera soplar suavemente y así mandar las semillas por uno de dos caminos: “clavada” o “tiro largo”. En el proceso, también podían ver los sueños abandonados de otros antes que ellos, dejados escritos en una tabla para bailar con el viento.
La supervisión del proceso estuvo a cargo del Departamento de Pequeñas Cosas que Flotan, cuyos empleados llenaron el edificio para asegurarse que todo funcionara sin problemas. Parte performance, parte instalación, Dandelions fue un ejemplo del uso magistral del espacio, demostrando que estos edificios a menudo descuidados pueden ser el lienzo en blanco perfecto para las mentes creativas.
Tuvimos la oportunidad de hablar con The Art Department acerca de su proceso creativo, el poder de trabajar como un colectivo y sobre cómo surgió Dandelions. Deslízate hacia abajo para leer la entrevista exclusiva de My Modern Met.
¿Cómo inició esta colaboración?
Nos conocimos en 2007 en un paseo en bicicleta de medianoche por Hollywood y nos conectó nuestra fascinación colectiva por Los Ángeles y sus secretos. Nuestra curiosidad en torno a la ciudad nos llevó a pasear por lugares tan variados como la planta de tratamiento de aguas Hyperion, las canteras de Irwindale y la Planta Eléctrica #1; a investigar y conversar con todo tipo de expertos; a hacer mapas ocasionalmente; a nadar en la piscina de Glassell Park en las primeras horas del día; a compilar listas de las maravillas de Los Ángeles; a caminar por la ciudad en Pico, Verdugo o Figueroa; a correr alrededor del Parque Griffith; y a soñar con planes ridículos.
Hace algunos años decidimos experimentar con happenings por toda la ciudad, mientras buscábamos mantener vivo nuestro romance con ella. Tomamos un té entre el tráfico al este del centro de la ciudad. Hicimos una máquina expendedora que intercambiaba aromas inspirados en Los Ángeles. Luego metimos una casa de té al Parque Griffith.
¿Cómo creen que trabajar como colectivo en vez de individuos beneficia a su arte?
A veces terminamos discutiendo en las escaleras de incendios. Pensamos que hay algo productivo y emocionante en probar cosas que no podríamos—o querríamos—hacer por nuestra cuenta. Tenemos formaciones muy variadas: actuación, diseño, carpintería, arquitectura, historia de la cultura y, por supuesto, traemos perspectivas y deseos diferentes a cada proyecto.
En Dandelions, por ejemplo, uno de nosotros tenía una visión muy clara de que la planta tenía que estar activa. No todos estábamos de acuerdo, así que seguimos jugando con la idea, trabajando con nuestros actores, la planta siguió evolucionando a medida que nuestros actores interactuaban con nuestro público y, de repente, se hizo evidente que tenía que ser una fábrica de deseos tan ocupada como una colmena.
Hemos trabajado juntos el tiempo suficiente como para confiar el uno en el otro, así que incluso cuando uno de nosotros no puede ver la visión del otro, sabemos que vale la pena trabajar con el concepto hasta que la pieza se nos revela. Empezar con tres perspectivas (a menudo divergentes) nos deja más abiertos al cambio y a posibilidades inesperadas en cada instalación. La obra evoluciona mucho una vez que se abre al público; los angelinos le dan vida y la llevan en nuevas direcciones que a menudo nos sorprenden.
¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar en el edificio de Laguna para Dandelions?
Uno de nuestros pasatiempos favoritos es recorrer sitios industriales y de infraestructura en Los Ángeles. Después de visitar la Planta de Energía #1 y algunas otras, nos encontramos con esta subestación en Commerce, y quedamos sorprendidos con los espacios cavernosos y los enormes ventanales, con la luz entrando a través de ellos. Nos enamoramos de esta subestación y la imaginamos llena de semillas flotantes. El complejo de Laguna fue nuestro co-conspirador.
¿Qué fue lo que hizo que el espacio fuera el lugar perfecto para esta instalación?
Siempre nos ha interesado la yuxtaposición. La enorme infraestructura industrial yacía en oposición a la cosa más ligera y efímera. Al mismo tiempo, nos interesan las realidades imaginadas: ¿Y si estos complejos industriales se dedicaran a la clasificación y distribución de deseos?
Este tipo de instalaciones siempre requieren de muchos preparativos. ¿Pueden compartir un poco sobre el proceso creativo y cuál fue el aspecto más desafiante de armar el espectáculo?
Pasamos dos años rastreando y mapeando lotes descuidados y calles en el sur de California, en busca de semillas de diente de león. Encontrar 100,000 dientes de león con semillas al mismo tiempo fue definitivamente la parte más difícil y angustiosa del proyecto.
Algunos de los aspectos más gratificantes de estos proyectos es poder colaborar con expertos de diversos campos. Para los Dandelions, consultamos con expertos en praderas, jardineros de plantas nativas, paisajistas, cortacéspedes urbanos, departamentos de obras públicas, cuidadores de mariposas en el Museo de Historia Natural, mecánicos de flujo de aire, historiadores de compañías eléctricas y trabajadores de subestaciones eléctricas.
Nos parece fascinante (y, a veces, enloquecedor) negociar con las ciudades y lidiar con la burocracia—tratar de convencerlas de que nos dejen hacer algo que no entienden del todo. Este proceso de negociación nos interesa porque revela mucho sobre lo que consideramos que son formas aceptables de invertir energía en nuestra sociedad. Vemos este proceso de obtención de permisos y la compleja logística, así como la forma en que el público interactúa con la pieza, como parte de la obra misma. Los proyectos no suelen encajar perfectamente en categorías o economías bien entendidas. Nos intriga reunir a personas de diversos campos, que normalmente no tendrían ninguna razón para colaborar, para trabajar juntos en algo que parece completamente irrazonable.
Para ustedes, ¿qué significa la palabra “deseo”?
Tratamos de no ser demasiado didácticos con la definición de “deseo”. Para algunos, un deseo es una oración cumplida por un poder superior. Para algunos, un deseo es una aspiración impregnada de optimismo racional. Para algunos, los deseos representan un anhelo insatisfecho. Para nosotros aquí el Departamento de Pequeñas Cosas que Flotan en el Viento, los deseos son mucho trabajo duro. Tenemos un sistema bullicioso y con poco personal que trabaja las 24 horas del día para encaminar eficazmente los deseos hacia las subestaciones de la ciudad.
¿Qué tipo de experiencia buscan crear para sus visitantes?
Yuxtaposición mágica. Y un latigazo cognitivo. Te acercas a una enorme subestación eléctrica y a un edificio industrial en decadencia que luce un poco peligroso. Luego subes una escalera oxidada y entras en un exuberante y tranquilo prado interior con dientes de león en flor y hierbas altas. A la vuelta de una esquina, entras en una burocracia con trabajadores sobrecargados, impresoras matriciales y tecnología anacrónica tratando frenéticamente de cumplir lo más delicado y efímero: los deseos que surgen al soplar un diente de león. En el camino, se ven tubos neumáticos y lo que parecen turbinas gigantes y mariposas vivientes, así como deseos escritos a mano y abandonados por personas que han renunciado a sus sueños.
Nos gusta tratar de atraer la atención de la gente creando contrastes y subvirtiendo expectativas.
¿Qué esperan que la gente se lleve de esta experiencia?
Esperamos que los visitantes salgan con una mejor comprensión de los complejos procesos e infraestructura que se necesitan para la distribución y cumplimiento de deseos en la red de deseos de SoCal.
¿Qué es lo que sigue?
Actualmente estamos fantaseando con colaborar con calamares salvajes. Todavía no estamos seguros de si están dispuestos a colaborar, pero tenemos esperanzas.