Los árboles resisten literalmente el paso del tiempo. El árbol más antiguo del mundo es un pino longevo de 5,062 años edad. No obstante, el cambio climático amenaza los árboles antiguos del mundo y ha causado devastación entre ciertas especies. La fotógrafa Beth Moon, que reside en California, ha fotografiado árboles antiguos en todo el mundo desde 2006. Sus impresionantes imágenes en blanco y negro de los antiguos baobabs de Madagascar, Senegal y Sudáfrica son un tributo a estos gigantes en peligro de extinción.
Los baobabs del continente africano pueden vivir más de 1,500 años; e incluso se ha documentado la existencia de uno de 2,500 años. Los árboles dan frutos y proporcionan material de corteza útil (que se regenera) para las comunidades. Son famosos por aparecer “al revés”, con ramas y raíces extendidas. Los troncos son excepcionalmente anchos, alcanzando diámetros de hasta 14 metros.
Moon ha fotografiado árboles como el baobab por más de una década. La fotógrafa busca árboles centenarios en todo el mundo como una forma de explorar con su cámara. Sus series anteriores, Island of the Dragon's Blood y Ancient Trees son solo algunos ejemplos de su trabajo y cubren especies que también incluyen secuoyas y tejos.
En 2018, Moon escuchó algo muy triste. Un baobab de 1,400 años llamado Tsitakakoike se había derrumbado por su cuenta. Al igual que otros miembros de su especie, el árbol había enfrentado condiciones de sequía y los estragos del cambio climático. Su extensa red de raíces no puedo aferrarse a la tierra seca y esta no pudo soportar su peso. Perder un árbol antiguo es una pérdida para la comunidad, y también golpeó duramente a Moon.
“La primera vez que fotografié baobabs fue en Madagascar en 2006”, le cuenta Moon a My Modern Met. “Es difícil no caer en el hechizo de estos árboles gigantescos y salvajemente excéntricos. En los años siguientes, fotografié baobabs en Botswana y Sudáfrica. Estas fotografías formaron parte de los retratos de árboles para la serie Portraits of Time. En 2018 Empecé a ver titulares mundiales inquietantes… Cuando el científico con el que he estado en contacto me escribió para decirme que el baobab sagrado más grande se estaba muriendo, decidí volver a Madagascar. En los últimos 12 años, nueve de los 13 más antiguos, y cinco de los seis baobabs más grandes han muerto. Esta debacle desastrosa no solo es inesperada, sino que estadísticamente es muy poco probable. Al realizar viajes adicionales a África, decidí hacer de esto el foco de un nuevo trabajo”.
Tomar fotografías de estos testigos del tiempo no fue fácil. “Fotografiar estos árboles fue especialmente difícil, en gran parte debido a su gran tamaño”, dice Moon. “Las vistas son demasiado amplias para capturarlas en una sola exposición. A menudo, hacía varias tomas superpuestas y luego las unía. Mi viaje hacia el árbol estuvo lleno de obstáculos. Debido a las condiciones climáticas, me vi obligada a tomar caminos alternativos hacia el bosque, pero esto llevó al descubrimiento de árboles que no había visto antes”.
Sin embargo, todo el esfuerzo vale la pena. “En presencia de árboles viejos, recuerdo que todavía hay gracia y belleza en el mundo. Estos pensamientos me llevan del dolor a la esperanza. Al honrar los árboles que quedan, celebramos la alegría y el esplendor de nuestro mundo natural”.