Aunque la mayoría de los niños toman clases de matemáticas y lengua en la escuela, hay otras cosas importantes en la vida que no siempre se incluyen en el plan de estudios. La empatía es una habilidad aprendida que surge de escuchar y entender a otros. Por eso, las escuelas danesas decidieron introducir clases obligatorias de empatía en 1993, para enseñarles a los alumnos entre 6 y 16 años a ser amables con otros.
Durante una hora cada semana, en la “Klassens tid”, se invita a los estudiantes a hablar de los problemas que han tenido últimamente. En este tiempo, toda la clase trabaja en equipo para encontrar una solución. Esto enseña a los niños a respetar los sentimientos de los demás sin juzgarlos. Se cree que las clases de empatía les ayudan a fortalecer sus relaciones, a simpatizar con los problemas de los demás e incluso a prevenir el acoso escolar. También permiten que cada niño sea escuchado, se sienta valorado y se convierta en parte de una comunidad.
Naturalmente, los niños se convierten en adultos seguros de sí mismos y con una gran inteligencia emocional, y así es más probable que ellos mismos críen niños más felices. Por lo tanto, no debería sorprender que Dinamarca sea constantemente considerada como uno de los lugares más felices para vivir. Según el Informe sobre la Felicidad Mundial, publicado anualmente desde 2012, Dinamarca es el segundo país más feliz del mundo, después de Finlandia. El país ocupó el primer lugar en 2016 y ha permanecido entre los tres primeros desde entonces. De hecho, Dinamarca también fue el número uno en el primer Informe sobre la Felicidad Mundial en 2012. Claramente, están haciendo algo bien.
En Dinamarca, los niños toman clases de empatía obligatorias que les enseñan a respetar los sentimientos de otros, los ayuda a fortalecer sus relaciones y previene el acoso escolar.
h/t: [Unify]
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