A menudo pasan años antes de que los aspirantes a autores puedan ver su obra en los estantes de una librería. Pero un joven escritor se saltó todos los métodos convencionales de publicación y llevó su manuscrito directamente a las estanterías de su biblioteca pública local. Un niño de 8 años llamado Dillon Helbig lleva escribiendo e ilustrando sus propias historias desde que tenía 5 años, y siempre había soñado con ver sus libros en la biblioteca. Por eso, cuando terminó su último cuento —The Adventures of Dillon Helbig’s Crismis, algo así como Las aventuras de Nabidá de Dillon Helbig— supo que tenía que compartirlo. Así, el pequeño tuvo una idea brillante.
Dillon decidió “autopublicar” su libro, pero a su manera. Así, durante una visita con su abuela a la sucursal de Lake Hazel de la Biblioteca Comunitaria de Ada, en Boise (Idaho), escondió el único ejemplar de su historia de 81 páginas. Lo había escrito e ilustrado a mano, en el transcurso de unos pocos días, en un cuaderno rojo que le había regalado su abuela. En sus páginas se detallan las aventuras de Dillon después de que la estrella de su árbol de Navidad explota, y éste es transportado a través de un portal a diversos lugares del tiempo y el espacio, como el primer Día de Acción de Gracias y el Polo Norte.
“Siempre soy sigiloso, como cuando intento conseguir chocolate”, le dijo a un noticiero local cuando le preguntaron acerca de su plan maestro. “Tenía que esquivar a un montón de bibliotecarios, así que ¿sabes lo que hice?… Cubrí esta parte y tapé la parte de atrás con mi cuerpo y simplemente me colé”. Una vez que perdió de vista a los bibliotecarios, Dillon colocó su novela entre otros dos libros en uno de los estantes de ficción.
El astuto novelista incluso colocó etiquetas de aspecto oficial en la cubierta y el lomo rojos del volumen con el título del libro y el autor, “el mismísimo Dillon”. Estas etiquetas resultaron ser muy útiles: unos días más tarde, la madre de Dillon llamó a la biblioteca pública en busca del libro después de que el joven autor confesara su impecable operación encubierta. “Sus padres estaban preocupados de que encontráramos su libro y nos deshiciéramos de él”, dijo el director de la sucursal de la Biblioteca de Lake Hazel, Alex Hartman. “Ese era un miedo sin fundamento, porque si hay un lugar donde un libro estaría a salvo, sin duda sería aquí”.
De hecho, Hartman y sus compañeros de trabajo encontraron el libro en la sección de “cuentos” y lo leyeron; incluso lo compartieron con el hijo de Hartman, de 6 años. Y lejos de querer deshacerse de él, les encantó el entretenido cuento navideño y estuvieron de acuerdo en que el libro de Dillon cumplía todos los criterios para que la biblioteca lo incluyera en su colección. Así que, con el permiso de Dillon y sus padres, procesaron el libro, le pusieron un código de barras y lo incorporaron oficialmente a sus estanterías como parte de la sección de novelas gráficas. Ahora cualquiera puede pedir y leer el increíble libro infantil autopublicado de Dillon.
Con toda la atención que ha recibido el libro, esperan que la creatividad de Dillon también inspire a otros niños a intentar contar historias. Una escritora infantil local llamada Cristianne Lane incluso ha propuesto dirigir un taller de escritura con Dillon en la biblioteca pública. “Esperamos que los niños se sientan inspirados para escribir sus propias historias y las compartan con otras personas”, dijo Hartman. “Creo que es una buena muestra para compartir con otros niños”.
La biblioteca incluso honró a Dillon con su primer premio Whoodini —llamado así por la mascota búho de la biblioteca— al mejor novelista joven. Y es bien merecido: desde su descubrimiento, The Adventures of Dillon Helbig’s Crismis se ha vuelto tan popular que, a finales de enero, había 56 personas en la lista de espera de la biblioteca para leerlo. Y si cada persona se quedara con el libro durante el periodo máximo de préstamo de cuatro semanas, la última persona de la lista tendría que esperar casi cuatro años y medio para hacerse con el único ejemplar. Ahora mismo, la lista de espera es de 120 personas. Pero Hartman ha estado hablando con Dillon y sus padres sobre la posibilidad de crear una versión digital para que más personas puedan leer este emocionante relato.
Gracias al gran éxito de su libro, los planes de Dillon ahora son mucho más ambiciosos. Su madre dice que ha decidido convertirse en autor cuando sea mayor, y ya empezó a planear su carrera. “Voy a dejar de escribir cuando tenga 40 años”, dice Dillon, y añade que después de eso, probablemente se dedicará a la creación de juegos. Pero, mientras tanto, el joven autor ya ha empezado a trabajar en una secuela de su primer libro infantil autopublicado. Esta vez la novela estará protagonizada por su perro, Rusty, e incluirá una visita especial del Grinch. También está trabajando en otro libro, una historia basada en “hechos reales” que, según dice, se llamará El armario que come chaquetas. ¡No podemos esperar a ver qué otras ocurrencias tendrá este joven e imaginativo escritor!
Este ingenioso niño de 8 años escribió y autopublicó su propio libro tras esconderlo en los estantes de una biblioteca.
Ada Community Library: Sitio web | Instagram | Facebook
h/t: [The Guardian]
Todas las imágenes vía la Bilbioteca Pública de Ada.
Artículos relacionados:
Pequeña de 8 años escribe libros para inspirar a otros niños a leer
Este niño de 10 años acaba de convertirse en el nuevo maestro de ajedrez de E.U.A.
20+ Regalos para escritores que son mucho mejores que una simple libreta