La Conferencia de las Partes (COP26) está a punto de terminar. Pero antes de que llegue a su fin, Greta Thunberg y un grupo de jóvenes activistas del clima están exhortando a la ONU a que declare “una emergencia climática sistémica”. Según el grupo de 14 adolescentes, este problema debería de tener una respuesta coordinada de la ONU comparable a la de la pandemia de coronavirus, y al presentar una petición legal al secretario general de la ONU, esperan que la crisis climática reciba la misma atención.
Este es el siguiente paso de estos activistas, ya que su caso, en el que declaraban que los países que perpetuaban el cambio climático estaban violando sus derechos humanos fue rechazado por el Comité de los Derechos del Niño de la ONU. Para mantener la presión, los jóvenes activistas quieren hacer frente a lo que consideran un fracaso mundial en la lucha contra el cambio climático. Thunberg ha descrito la COP26 como un “fracaso” lleno de puro “bla, bla, bla”. Ahora, los jóvenes activistas quieren que las grandes organizaciones gubernamentales tomen acción más allá de sus palabras.
Al pedir al secretario general de la ONU, António Guterres, que declare el cambio climático como una emergencia mundial de nivel 3—el más alto posible—le obligarán a actuar. Una declaración de emergencia de esta magnitud, que se utilizó para responder al COVD-19, pondría en marcha recursos y conocimientos técnicos. Y lo que es más importante, estos recursos se destinarían a los países más vulnerables ante el calentamiento global. Estos países suelen incluir a los países en desarrollo y las islas pequeñas.
“Los países que menos emiten se enfrentan a los mayores riesgos”, detalla la petición. “UNICEF ha identificado a 33 países como de ‘riesgo extremadamente alto' para los niños debido a las amenazas del cambio climático. Esos países contienen la mitad de los niños del mundo, pero son responsables colectivamente de solo el 9% de las emisiones de CO2. Los 10 países que más emiten representan casi el 70% de las emisiones mundiales, pero solo uno, India, está clasificado como de ‘riesgo extremadamente alto'”.
El grupo quiere que la ONU empiece a tratar la crisis como un asunto global que va más allá de las fronteras, en lugar de dejarla en manos de cada país. Para ello, la petición también pide la creación de un equipo de gestión de crisis que supervise la pronta actuación de la comunidad mundial sobre el clima.
“Espero que la petición envíe un mensaje de urgencia”, dice Alexandria Villaseñor, una joven activista climática estadounidense que firmó la petición. “Hemos tenido 26 Conferencias de las Partes que han sido un fracaso. Ahora es el momento de pasar a la acción, y tenemos que hacerlo urgentemente. Los jóvenes y la juventud somos quienes continuamente recuerdan a los que están en el poder que tenemos que hacer algo ahora mismo, y esta petición es una forma importante de hacerlo.”
Se cree que la ONU ya ha visto un borrador de la petición y que el nivel 3 de emergencia está en discusión, pero hasta ahora la oficina del secretario general se ha negado a hacer comentarios públicamente.
“El secretario general ha tomado realmente la iniciativa en los últimos años de presionar a los Estados para que declaren emergencias climáticas nacionales”, dice Scott Gilmore, un abogado de derechos humanos que es el principal asesor en el caso. “La ONU aún no ha dado ese paso. La opinión de los peticionarios, en este caso, es que ya llegó el momento de hacerlo”.
Mientras se presenta la petición, el mundo estará atento a la reacción de la ONU. Con el futuro de nuestros jóvenes—y de nuestro planeta—colgando de un hilo, será interesante ver si, y cuándo, consideran que es el momento de actuar.
h/t: [The Guardian, Gizmodo]
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