Sentir curiosidad sobre tus raíces es parte de la naturaleza humana, y gracias a los recientes avances en pruebas genéticas, nunca había sido tan fácil conocer con precisión el origen de tus antepasados. Esta curiosidad llevó al fotógrafo Hugo Santarem Rodrigues a hacerse una prueba de ADN en 2016 para conocer más sobre sus ancestros. Así nació un proyecto que muestra cómo un artista puede procesar visualmente esta información.
Interior es una mirada fascinante a lo que sucedió cuando el fotógrafo decidió sumergirse en su propia historia y conocer más sobre las culturas que dieron forma a su identidad. Esto comenzó con un viaje al interior de Brasil, en el que Santarem pasó tiempo con los gauchos del sur, vaqueros en el estado noroccidental de Piauí y un asentamiento Quilombo en el estado de Tocantins. Al fotografiar su travesía por las diversas regiones y culturas que existen en su propio país, Santarem se preguntó qué pasaría cuando mirara más allá de las fronteras de Brasil.
“Quería saber mucho más sobre el origen de estas culturas y sobre mi propio origen”, relata Santarem a My Modern Met. “Yo, como muchos brasileños, no sabía exactamente de dónde procedían mis antepasados, y el proyecto se basa en eso, en el descubrimiento y el autoconocimiento. Cuando vi el resultado de la prueba de ADN y supe de dónde venía, desarrollé una relación más profunda y un gran deseo de saber más sobre mis orígenes”.
En ese momento, Santarem se dispuso a visitar los países de sus antepasados. Hasta ahora, ha viajado a Kenia y Etiopía, sumergiéndose en las culturas a las que pertenecieron sus ancestros. Al darle un rostro humano a los resultados de la prueba, Santarem nos recuerda que todos estamos conectados. Más allá del tiempo y el espacio, hay líneas de sangre que nos unen a través de barreras lingüísticas y culturales.
Con la ayuda de Ricardo Moreira, quien ayudó con el color y el retoque de las imágenes, el reportaje fotográfico de Santarem ofrece una mirada respetuosa y sensible a las culturas a las que pertenecieron sus antepasados. En las imágenes, no solo vemos extraños de tierras lejanas; vemos un reflejo del propio fotógrafo.