La artista Lisa Perrin se enamoró de la ilustración antes de convertirla en su profesión. Cuando estaba en la preparatoria, Perrin solía explorar los libros de su biblioteca pública local para maravillarse con el trabajo de los ilustradores que crearon sus portadas. Ahora, Perrin es quien produce increíbles trabajos que hacen que el espectador se detenga para apreciarlos. Sus imágenes están inspiradas, en parte, en el mundo natural: “Creo que fui florista en mi vida pasada”, relata. La pasión de Perrin por la naturaleza cobra vida en su extraordinaria y detallada forma de retratar las complejidades de la flora y la fauna. A menudo, la artista también incorpora elementos fantásticos a sus piezas para dar vida a historias imaginativas.
Perrin, quien tiene estudios en Bellas Artes, practicó la pintura hasta que ingresó a un posgrado de ilustración en 2011. Ahí comenzó a usar una Wacom Cintiq, lo que cambió su proceso creativo por completo. “Ahora me da vergüenza decirlo”, cuenta a My Modern Met en un correo electrónico. “Sabía que la gente hacía arte por computadora, ¡pero no tenía idea de cómo! Nunca había visto una tableta Wacom”.
El uso de herramientas digitales le permitió a Perrin crear su trabajo de manera más eficiente sin sacrificar los detalles encantadores que caracterizan sus ilustraciones. Sus nuevas habilidades la llevaron a trabajar como ilustradora de planta en American Greetings (la compañía de tarjetas) mientras desarrollaba su carrera como artista independiente. Por ello, queríamos que Perrin nos contara sobre su experiencia, las ventajas de trabajar para una corporación, y sobre cómo lidiar con uno de los mayores enigmas a los que se enfrentan los creativos: encontrar balance las cosas que le gusta dibujar y las especificaciones de sus clientes.
A continuación, lee nuestra entrevista con Perrin.
¿Cuál es tu historia con el arte?
¡Aprecio el arte en general! Siempre me ha gustado dibujar, pintar, hacer manualidades, teatro, improvisación, moda, bordado, etc. Para mí, la creatividad y la narración son la conexión entre muchos de estos géneros. Creo que necesitar historias es una parte inherente del ser humano.
¿Cómo nació tu interés por la ilustración?
Siempre quise ser ilustradora. Me encanta cómo se ven juntas las palabras y las imágenes. Mi primer trabajo cuando estaba en la preparatoria fue reacomodar los libros en la biblioteca pública local. Revisaba el interior de la tapa de la cubierta de cada libro para leer sobre los ilustradores, y me preguntaba cómo habían llegado allí.
Fui a la universidad en la Universidad Estatal de Nueva York en New Paltz. Obtuve dos títulos, en Pintura e Inglés. Después volví a la escuela para obtener una Maestría en Bellas Artes en Ilustración Práctica en el Maryland Institute College of Art (MICA).
¿En qué te inspiras?
Siempre me ha inspirado la naturaleza, la flora y la fauna. También me encanta el arte popular, la historia del arte y la historia de la moda. Soy toda una “groupie” de ilustración. Simplemente me motiva ver las cosas hermosas y sorprendentes que otras personas están haciendo. Me intriga la idea de la belleza y amo desafiarla. Me gusta dibujar insectos u otras cosas convencionalmente aterradoras desde una perspectiva diferente. También me encanta crear imágenes con una narrativa rica en las que haya mucho que ver si las miras de cerca.
Trabajando como ilustradora, a menudo estás a la merced de los clientes. ¿Cómo encuentras el balance entre lo que te gusta dibujar y lo que piden los clientes?
¡Dímelo a mí! Esa es la verdadera naturaleza de crear arte para alguien más, como un cliente, en lugar de hacer piezas personales. Mi trabajo es sintetizar todas las necesidades y expectativas del cliente en el proyecto con mi propia estética y objetivos. A veces es una unión perfecta entre ilustrador y director de arte. Otras veces es como un baile incómodo en la preparatoria donde todos son educados, pero pisan a los demás de todas formas. Los problemas más grandes que he encontrado en proyectos casi siempre provienen de problemas de comunicación, así que trato de hacer muchas preguntas por adelantado y me aseguro de entender lo que quiere el cliente antes de sumergirme en el proyecto.
En cualquier trabajo comisionado tienes que encontrar tu camino, algo que haga que el proyecto sea emocionante y algo que quieras hacer. Si no puedes encontrarlo, tal vez no deberías tomar ese trabajo. Después de algunos años en este ámbito, sé cuáles son las señales de alerta, y sé cuándo no me conviene realizar un proyecto. Idealmente, un cliente te elige porque ha visto tu trabajo, le gusta lo que haces, y quiere que hagas más para él. Idealmente, debes trabajar con un clientes que hagan las cosas que te gusten y de las que quieras ser parte. Debe ser una colaboración y asociación.
¿Qué herramientas usas para trabajar? ¿Cómo han cambiado con el tiempo?
Actualmente trabajo casi exclusivamente de forma digital con una Wacom Cintiq y Adobe Photoshop. Éste es un gran salto en comparación con mi estilo cuando entré al posgrado hace siete años. Me avergüenza un poco decir que sabía que la gente hacía arte por computadora, ¡pero no tenía idea de cómo! Nunca había visto una tableta Wacom. Sentí que había llegado tarde a la fiesta digital. Hasta ese momento, sólo había hecho trabajos tradicionales con pintura acrílica o gouache sobre papel.
Dicho esto, siempre dibujo con lápiz y papel, incluso si se trata de un proyecto digital. Esa parte de mi proceso ha permanecido intacta.
Después de estudiar Bellas Artes, ¿cómo fue el proceso de convertirse en artista digital?
Tuve una revelación mientras trabajaba con capas en Photoshop. Ese proceso realmente se complementa con cómo funciona mi cerebro. Estoy agradecida de haber conocido los medios tradicionales antes que los digitales. Siento que lo “digital” es solo otra herramienta que los artistas pueden usar.
¿Cómo se tradujeron tus habilidades analógicas en el entorno digital?
Aprecio que primero tuve una base sólida en diseño, principios de color y teoría. Los elementos del diseño; la composición, el contraste, la escala, etc. son todos iguales, independientemente de la herramienta que se utilice. Me han dicho que mis pinturas digitales se parecen un poco a las pinturas con gouache. ¡Eso me encanta! ¡La influencia de la pintura permanece!
Trabajaste por mucho tiempo en el ambiente corporativo ilustrando tarjetas de felicitación. ¿Qué aprendiste de esa experiencia?
¡Aprendí mucho como ilustradora de planta para American Greetings! Formar parte de un estudio creativo grande y aprender un poco del aspecto comercial de las cosas fue una experiencia realmente maravillosa. Disfruté hacer investigación de tendencias y aprender a entender el mercado. También tuve el privilegio de practicar mi letrado al lado de una maestra, Martha Ericson; gracias a ella la calidad de mis letras mejoró enormemente. En el ambiente corporativo, debes aprender a ver tu obra de arte como una pieza que forma un proyecto mucho más grande y debes incorporarte al equipo. También creo que dibujar todos los días en el trabajo me ayudó a mejorar el dibujo de una manera práctica. Hacer todas esas tarjetas para cumplir con los plazos de la empresa me ayudó a ser menos quisquillosa. ¡Mejor entregado que perfecto! (¡Es algo con lo que lucho en mi trabajo personal!) Creo que mucho de esto se tradujo en mi carrera como artista independiente. Fue una experiencia muy valiosa para mí.
¿Cuál es el proyecto más memorable en el que hayas trabajado (o tu favorito)? ¿Puedes describir el proceso de participar en él?
El primero que viene a mi mente es un calendario que ilustré, diseñé y escribí a mano para Anthropologie en 2016. Tenía un plazo increíblemente corto: cuatro semanas para producir las 13 ilustraciones (¡los 12 meses y la portada!). Trabajaba la jornada completa en American Greetings, luego volvía a casa y trabajaba en el calendario hasta que no podía seguir despierta. ¡Es lo más difícil que he hecho en mi vida! Pero estaba muy entusiasmada con el proyecto y, en última instancia, estoy muy orgullosa de los resultados. Me parece que retrata mi estética y me representa como ilustradora.
¿Qué consejo le das aquellos que quieran dedicarse profesionalmente a la ilustración?
Actualmente soy profesora de ilustración en MICA y hablo con muchos jóvenes que quieren ser ilustradores. Lo que suelo decirles es que debes hacer el trabajo que deseas obtener. ¡La ilustración es una maravillosa oportunidad para retratar lo que amas y te parece bello o divertido o interesante del mundo! No necesitas pedir permiso. La mejor manera de hacer grandes fotografías es ver ejemplos de grandes fotografías. También creo firmemente que cuanto más trabajas, más suerte tienes. Además, me gusta recordar a los alumnos que también son personas y deben cuidarse. No puedes ser una máquina de arte todo el tiempo.
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My Modern Met obtuvo permiso de Lisa Perrin para reproducir estas imágenes.
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