Mientras el mundo observa cómo los talibanes toman el control de Afganistán tras la retirada de las tropas estadounidenses, mucha gente está hablando sobre lo que les espera a los ciudadanos atrapados en el país. En particular, preocupa el futuro de las mujeres afganas, ya que los talibanes son conocidos por su brutal trato hacia ellas. Hay una mujer en específico que sabe muy bien cómo tratan los talibanes a las mujeres y no va a quedarse callada.
En 2012, Malala Yousafzai era solo una adolescente cuando los talibanes de Pakistán le dispararon en la cara como castigo por su activismo. Malala, la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz, ahora tiene 24 años y sigue siendo una defensora de los derechos de las mujeres en Pakistán y de los países circundantes. Con todo lo que está ocurriendo en Afganistán, decidió hacer una declaración exclusiva a la BBC.
“No podemos dejar que un país retroceda décadas y siglos”, compartió en una entrevista en video. “Tenemos que adoptar medidas fuertes para proteger a las niñas y las mujeres, para la protección de las minorías y para conseguir la paz y la estabilidad en esa región”.
Malala pidió a los países que abrieran sus fronteras y admitieran a los refugiados afganos. De hecho, envió personalmente una carta al primer ministro de Pakistán pidiéndole no solo que acoja a los refugiados, sino que garantice que las mujeres y los niños refugiados tengan acceso a la educación. La educación también está en la mente del equipo femenino de robótica de Afganistán, que están entre las miles de personas que intentan escapar del país.
El galardonado equipo, compuesto por 20 chicas de entre 12 y 18 años, está trabajando con la abogada de derechos humanos Kimberley Motley para huir del país. Motley espera que Canadá, donde las niñas ganaron un concurso y conocieron al primer ministro Justin Trudeau en 2018, las acoja.
“Desgraciadamente, lo que les ha ocurrido a las niñas durante esta última semana es que los talibanes han ido literalmente de puerta en puerta y han sacado a las niñas y las han obligado a casarse con ellos”, declaró Motley. “Y estamos muy, muy preocupados de que eso ocurra con este equipo de robótica de niñas afganas, que quieren ser ingenieras, quieren estar en la comunidad de la inteligencia artificial y se atreven a soñar con tener éxito. Y estamos literalmente rogando al gobierno canadiense. Estamos rogando al primer ministro Trudeau, que ha sido un increíble defensor del equipo de robótica de niñas afganas, que por favor les permita venir a Canadá”.
Motley afirma que las niñas ya están viendo grandes cambios en Herat, la tercera ciudad más grande de Afganistán, que fue tomada por los talibanes el 12 de agosto. “Ahora, en las universidades, están rechazando a las mujeres”, relató Motley. “Les están diciendo a las chicas: ‘No vuelvas a la universidad'. Las mujeres se presentan a trabajar y les dicen que regresen a casa. Están viendo esto y observando con lágrimas en los ojos cómo se desmorona su ciudad”.
A medida que siguen apareciendo imágenes y videos trágicos del pánico en el aeropuerto de Kabul, las miradas se dirigen a los líderes mundiales para ver cómo responderán a los talibanes y qué pasos darán para salvaguardar los derechos de todos los afganos, pero en particular, de las mujeres y los niños que quieren seguir educándose y vivir sin miedo.
Si buscas formas de ayudar, el Instituto de Georgetown para la Mujer, la Paz y la Seguridad publicó un artículo que ofrece algunas acciones concretas que cualquiera puede realizar.
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