El empresario Oliver Luckett es conocido por haber fundado compañías que contribuyeron a dar forma al panorama digital. Además de ser un visionario de la tecnología, Luckett es un apasionado coleccionista y patrono de las artes quien, junto con su esposo Scott Guinn, ha amasado una increíble colección de arte contemporáneo.
El hogar de la pareja en Reykjavík es como una galería personal que ostenta piezas de muchos creadores islandeses y artistas urbanos estadounidenses. Ambos son un guiño a la trayectoria de Luckett, quien destacó por primera vez a finales de los años 90, antes de convertirse en uno de los cofundadores de theAudience en Los Ángeles en 2011. Esta firma gestionó las redes sociales de celebridades y marcas como Obama for America, Coachella y Pixar. Después de vender la compañía en 2015, él y Guinn finalmente se mudaron a Islandia.
Luckett ha apoyado a artistas emergentes mientras él mismo formaba una carrera en nuevos medios. Por ejemplo, las oficinas de theAudience aparecieron en The Los Angeles Times como “una explosión de estímulos visuales” con murales personalizados de piso al techo, esculturas abstractas y candelabros, como un pulpo de vidrio soplado a mano. Además de patrono, Luckett también utiliza su influencia para mostrar las increíbles voces y talentos de los artistas. Una muestra de esto fue cuando el cantante Usher conoció la obra de Kozyndan al visitar las oficinas de theAudience, y el trabajo de este creativo después apareció en su álbum “Looking 4 Myself” (2012).
Tras dejar theAudience, Luckett fundó la startup EFNI, con sede en Reykjavík. La empresa ayuda a “que las ideas nuevas florezcan y alcancen su máximo potencial”. Desde la planificación estratégica hasta la dirección creativa, EFNI ha ayudado al lanzamiento de compañías islandesas como HausMart, una herramienta fácil de usar que le permite a un artista abrir una tienda instantánea con sólo descargar una aplicación gratuita y contar con un teléfono con cámara.
Tuvimos el placer de charlar con Luckett sobre su colección y su apoyo a las artes, además de darle un vistazo a su impresionante casa. Continúa hacia abajo para leer nuestra entrevista exclusiva.
Scott Guinn (izquierda) y Oliver Luckett (derecha)
Foto cortesía de Oliver Luckett
Creciste en un hogar donde amaban el arte. ¿Cuál es la primera obra de la que te enamoraste?
Crecí en Clarksdale, Mississippi y Memphis, Tennessee. Mi padre siempre ha sido un gran patrono de artistas locales y también ayudó a cultivar mi amor por el arte. La primera obra de la que me enamoré fue de Thomas E. Eloby. Cuando tenía 10 años, Thomas se instaló en nuestra casa de huéspedes, donde dibujó en carbón y tinta. Recolecté restos de sus collages, y luego mi papá me regaló una increíble pieza de medios mixtos de Martin Luther King Jr. todavía está en nuestra casa. Mi mamá también hizo divertidos batiks y moldeo a la cera perdida.
¿Cómo se desarrolló tu apreciación del arte a medida que creciste?
A medida que crecí y trabajé con más y más artistas, y a medida que su arte se entrelazó más con mis negocios, me di cuenta de lo importante que es su trabajo para desafiarnos a todos y romper el status quo al expandir nuestro pensamiento.
Como coleccionista, ¿cómo describirías tu gusto?
Scott y yo tenemos el mismo gusto, pero creo que nuestro estilo se basa más en las personas que conocemos y las experiencias que tenemos. Casi todas las piezas de arte en nuestra casa son del propio artista o de una experiencia en común.
Cuando compras arte, ¿qué te atrae, y cómo decides qué adquirirás?
Nos atraen los retratos fuertes y el arte figurativo enraizado en un personaje. En lo que respecta a cómo decidimos qué comprar… tendemos a ser muy impulsivos, y no vimos ninguna razón real detrás de la colección hasta que vimos todas las piezas por primera vez cuando nos mudamos a nuestro nuevo hogar en Islandia (¡El primer lugar/edificio en albergar toda la colección!).
¿Cuál fue la obra (u obras) de arte más memorable que hayas adquirido?
Ese sería el autorretrato de una artista secreta que estaba en su exposición, pero no estaba a la venta. Ella apareció en mi puerta a las 5 AM con la pintura, y quería un boleto a Ámsterdam y $5,000 en efectivo a cambio de esta singular pieza que sabía que nos encantaba. No hemos sabido de ella, y eso pasó hace casi 20 años.
Escultura de Arran Gregory
FURRY NEST ROOM por Hrafnhildur Arnardottir
¿Cuáles son algunas de tus piezas favoritas que actualmente están en exhibición en tu hogar?
Casi podemos decir que cada una de las piezas en nuestra colección es nuestra favorita, pero por decir algunas, amamos las 40 piezas de Kozyndan, de Los Ángeles, quienes son de nuestros mejores amigos. Ellos hacen increíbles panoramas a lápiz con gran detalle y color digital. Uno de ellos se llama THE SPIRIT ANIMAL COLLECTIVE. Einar Orn, quien fue nuestro amigo y guía artístico en nuestro primer viaje a Islandia tiene increíbles dibujos de una sola línea; Arran Gregory es el artista que hizo nuestra escultura de un lobo de tamaño real con espejos; Gabriella Fridriksdottir tiene un cuarto de huéspedes entero dedicado a todos sus personajes fantásticos que viven al lado del FURRY NEST ROOM, un piso cubierto por completo con tejidos de cabello artificial por Hrafnhildur Arnardottir (también conocida como “Shoplifter”); Devin Liston es un amigo cercano y un artista urbano de Los Ángeles quien tiene muchas piezas en muchos estilos a lo largo de nuestra casa, desde sus días en el trío CYRLE hasta su proyecto individual actual, con el que fue nuestro primer artista en residencia para crear una exhibición inspirada en objetos descubiertos en Islandia; y por supuesto Daniel Lismore, otro amigo muy cercano y musa personal que nos dio la única pieza de tamaño real que existe de su increíble exposición BE YOURSELF EVERYONE ELSE IS TAKEN, que produjimos en Islandia en el auditorio Harpa.
Daniel Lismore en el auditorio Harpa
Foto cortesía de Oliver Luckett
Te has dedicado a apoyar el arte y hacerlo accesible a las personas. ¿Puedes hablar más sobre lo que eso significa para ti y cómo lo haces?
Siempre nos hemos rodeado de artistas de muchas maneras. Como clientes, como amigos cercanos y mentores, y también tratando de construir una red familiar y un entorno de colaboración que reúna negocios, arte y relaciones significativas que se extiendan más allá del presente. Nos da mucha alegría ver a los artistas que conocemos y ayudarlos a cultivar su trabajo más allá de nosotros dos, así como verlos trabajar en armonía con otros artistas con los que normalmente no pensarían trabajar (combinaciones poco probables como Azealia Banks y Daniel Lismore, o Jack and Jack y Can’t Stop Good Boy).
Una de las razones por las que pudimos comprar y vivir en nuestra casa actual en Islandia fue para continuar con el legado artístico para el que se construyó originalmente el edificio. Como dije antes, Devin Liston, un amigo cercano y un artista talentoso, vino a vivir a nuestra casa por poco más de seis meses mientras estaba en remodelación y nos preparábamos para la llegada de toda nuestra colección y nuestros muebles desde Los Ángeles. Él creó una exposición que fue un estudio del artista islandés Birgir Andresson. Birgir era famoso por crear retratos asombrosamente descriptivos, pero como sus padres eran ciegos, estaban hechos en texto con colores islandeses de Pantone.
En la exhibición de de Devin, él pintó todos estos retratos en su propio estilo, que fue la primera vez que alguien pudo ver cómo las imágenes de Birgir cobraban vida a través de los ojos de otro artista. Presentamos esta primera exposición en el salón principal de Kjarval Husid. El aspecto más gratificante de este espectáculo fue definitivamente ver a Hogni Oskarsson y su esposa Ingunn Benediktsdottir comprar la primera y más magnífica pieza que Devin creó para el espectáculo. El otro elemento interesante de la exhibición de Devin fue que cada pieza fue creada en objetos encontrados o reutilizados… uno de los cuales está en nuestra casa.
Finalmente, uno de nuestros proyectos favoritos que creamos juntos fue en Memphis University School con la ayuda y guía de nuestro amigo Grant Burke, quien dirige el programa de arte en nuestra alma mater –casualmente, ¡Scott y yo fuimos a la misma escuela!– El programa de residencia artística Luckett-Guinn invita a un artista local para que cree una pieza en el campus durante las horas de clase. Los alumnos incluso pueden ver el proceso del artista y tener una experiencia mucho más personal para ayudarlos a cultivar su amor. Incluso si a un estudiante “no le gusta” el arte, Grant, Scott, y yo aún vemos algo positivo porque al menos están siendo retados a descubrir qué es lo que no les gusta y tal vez incluso por qué…
¿Hay alguna pieza (u obra de algún artista en general) que no tengas en tu colección pero que te encantaría tener?
En su mayoría, nuestra colección es sobre el autodescubrimiento y la casualidad… así que simplemente no sabemos lo que aún no sabemos. Cuando se trata de arte, ninguno de nosotros está motivado por el sentimiento de deseo o necesidad, está mucho más motivado por el sentimiento de aventura y la serendipia.
¿Qué le aconsejas a alguien que quiera convertirse en coleccionista de arte?
Colecciona lo que de verdad ames y lo que te inspire de inmediato. Sigue a tu instinto. No te cuestiones a ti mismo a partir de lo que dirían otros. El arte que te rodea es para ti y debería recordarte esa emoción inicial, esa sorpresa inicial, esa conexión inicial, y debería expresar esa parte de ti que es única.
Sé tu mismo… ¡Todas las demás personas ya están ocupadas!
