Aunque vivan a más de 8,000 kilómetros de distancia, los niños de Slemani, Irak y Biddeford, Maine, Estados Unidos, buscan mostrar las cosas positivas que, en lugar de dividirnos, nos unen. De la mano del artista urbano Pat Perry, dos grupos escolares de quinto año en Irak y Estados Unidos intercambiaron ideas y ayudaron a moldear la visión para dos murales a gran escala, uno en cada país. Los niños también ayudaron con el arte, pintando mensajes de esperanza y amistad en inglés y árabe.
El nombre de este proyecto es Opening Lines (Primeras líneas, o palabras de apertura), cuyo objetivo es retratar lo conectados están los humanos a nivel global en este momento de la historia. El proyecto fue organizado por aptART (Awareness & Prevention Through Art), una organización sin fines de lucro fundada por Samantha Robison que ha creado instalaciones con mensaje social en todo el mundo, y The Good Works Foundation, una institución que busca enseñarle a los niños los valores de empatía, bondad y amor a través de libros, series de televisión y otros medios.
Para darle vida a este proyecto, los niños se comunicaron entre ellos sobre su vida cotidiana y su cultura intercambiando videos, dibujos y fotos en el transcurso de un mes. Después, Perry pasó 10 días en cada lugar, la mayor parte del tiempo en los salones de clase. Al hablar, pintar y jugar con el artista, los niños se convirtieron en la inspiración para el concepto de los murales, así como en participantes en su ejecución.
Los resultados son dos murales bellamente ejecutados y significativos donde vemos a dos niños atravesando rejas y hablando por teléfono, uno en Irak y otro en los Estados Unidos. A su alrededor hay mensajes positivos de amistad y amor pintados en la pared por los niños. Las líneas abiertas de comunicación que pueden ayudarnos a unirnos están presentes tanto metafórica como visualmente.
Opening Lines ha sido un éxito, por lo que todas las partes involucradas desean seguir adelante. El próximo intercambio ya está en curso, esta vez con niños del estado de Kentucky y México. Mantente al tanto de este proyecto a través del sitio de One Blue Sky website y lee a a continuación la entrevista exclusiva de My Modern Met con el artista Pat Perry, quien nos cuenta sobre su experiencia con este proyecto.
¿Cómo te involucraste inicialmente con el proyecto?
Samantha, el principal motor humano detrás de AptArts, y yo trabajamos en nuestro primer proyecto juntos en Irak en 2018. Ahí pintamos dos murales con grupos de refugiados sirios en Sulaymaniyah y en el campamento de refugiados de Arbat en colaboración con ACNUR. Casi inmediatamente después, comenzamos una lluvia de ideas sobre cómo podríamos trabajar juntos nuevamente en otro proyecto en el Medio Oriente.
Creo que nos llevamos bien porque a ninguno de los dos nos importa dormir en el suelo, comer comida chatarra y lidiar con los elevadores de brazos articulados medio rotos a pleno rayo del sol si eso significa que podemos hacer algo en lo que realmente llegue a nuestros corazones. También me gusta que Samantha y yo hemos podido editar las ideas y conceptos del otro. Tratamos de mejorar y construir sobre las ideas de cada uno sin que nadie se sienta ofendido o totalmente apegado a su propia visión por completo. Al final, creo que ha fortalecido nuestros proyectos juntos.
Como Samantha también puede atestiguar, los proyectos de arte remotos fuera de los límites de los espacios típicos donde se instalan los murales también son a menudo los más difíciles de financiar. Afortunadamente para nosotros, Laura Rodgers y la Fundación Goodworks compartieron nuestra visión de lo que podríamos lograr y nos apoyaron inmensamente para que este proyecto se concretara.
¿Por qué es importante para ti, como artista, involucrarte con este tipo de proyectos sociales??
Eso está en la descripción del puesto; creo que se supone que los artistas deben intentar agregar lo que falta. Creo que el arte político a menudo carece de generosidad humana para las personas con las que no estamos de acuerdo. Creo que mucha ideología fuerte y activismo social menosprecia a las personas en su enfoque didáctico. Y está bien, todos lo hacemos algunas veces; pero mientras haya frustraciones, existe una motivación para al menos intentar hacer arte en un contexto social que se sienta más accesible y abierto a las personas que el trabajo abordará directamente.
Mi amigo Nick acaba de convertirse en padre, y recientemente me dijo que el arte prácticamente le salvó la vida. Fue una llamada de atención escuchar eso y reflexionar sobre ello. Especialmente durante mi adolescencia, también salvó la mía. Suena raro, pero es cierto. Cuando pienso en eso, me hace sentir que podría haber un par de niños a los que podría ayudar enormemente al acercarlos al dibujo y la pintura.
¿Puedes contarnos un poco sobre tu experiencia en Irak? ¿Cómo te recibieron los niños?
Los niños estaban muy emocionados de conocerme y pintar. Estoy seguro de que lidiar con un aula de niños enérgicos día tras día puede ser agotador, pero a mí me encanta porque no puedo pasar tiempo con niños tan a menudo. No estoy exagerando cuando enfatizo realmente lo similares eran los niños en ambos lugares: reflexivos, dulces, comprometidos, curiosos y dispuestos a expresarse y comunicarse con nosotros.
¿Cuál fue la parte más sorprendente de tu visita?
Lo que me sorprende de estar en el Kurdistán iraquí es la continua modernización del país y la cultura occidental que tan a menudo acompaña esa modernización. De alguna manera, me siento ansioso al ver que el resto del mundo se satura de películas, música y cultura estadounidenses: niños en Instagram que usan Nikes y hablan sobre Game of Thrones.
Sin embargo, esa preocupación realmente tiene más que ver con lo que quiero que sea Irak, cómo quiero que estos países lejanos encajen en alguna narrativa poética que uso para darle sentido al mundo. Vengo de un lugar que siempre ha tenido la última tecnología, seguridad relativa, electricidad confiable, acceso al agua potable, etc. Es extraño presenciar la globalización, pero es ridículo juzgar a otros países cuando sienten el atractivo de obtener cosas a las que estoy tan acostumbrado que son prácticamente invisibles para mí en casa.
¿Cómo surgió la composición de los murales?
No llegué con una idea sólida. Se nos ocurrió como equipo una vez que llegué.
¿Por qué fue tan importante la participación de los niños para el mensaje general de la pieza?
La participación de los niños es la pieza. Las pinturas en sí mismas y las fotos de ellos en Internet fueron extras adicionales. Todos estábamos interesados en hacer algo inspirador que pudiéramos compartir ampliamente, pero ante todo, queríamos hacer una experiencia memorable para estos niños. Un día, cuando estábamos en Maine, quise pintar sobre lo que algunos de los niños ya habían pintado para rehacer esa sección del mural, porque estaba en “modo de producto final”. En momentos como ese, Samantha siempre me sacude para seguir con el programa y recordarme que el proceso con los niños es más importante en este contexto que preocuparse por la pintura final.
¿Puedes contarnos cuáles fueron algunos de los mensajes que los niños incluyeron en el mural?
“La amistad incluso puede cruzar los mares”.
“La vida es mejor con amigos”.
“Un millón de amigos no es un milagro. Un amigo que se queda a tu lado es un milagro”.
¿Qué esperas que el público se lleve de este trabajo ?
Todos los diferentes tipos de personas están colisionando constantemente, casi en todas partes; así es el mundo ahora. No va a mirar atrás. Este proyecto tuvo algo que ver con esa realidad inevitable. No hay nada específico que quiera que la gente se lleve, pero siempre me da curiosidad saber qué se llevaron.
Mira estos documentales cortos sobre la experiencia de Pat Perry al pintar con los niños de Irak y Maine, Estados Unidos (en inglés).
One Blue Sky: Sitio web
Pat Perry: Sitio web | Instagram
My Modern Met obtuvo permiso de One Blue Sky para reproducir estas imágenes.
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