Entrevista: Pinturas capturan la experiencia de una mujer adoptada que regresa a Seúl por primera vez

Pintura al óleo de Corea por Mike Ryczek

Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, en 2010 había 1.7 millones de personas de ascendencia coreana viviendo en ese país, con lo que conformaban menos del 1% de la población total. En un intento por explorar la complejidad de la identidad cultural, el artista bostoniano Mike Ryczek viajó a Seúl en 2016 junto con su pareja, quien nació en Corea del Sur pero fue adoptada por padres estadounidenses.

“Mi pareja es una coreana adoptada, y planeamos el viaje cuando decidió asistir a una reunión de una semana con otras personas coreanas que habían sido adoptadas en otras partes del mundo”, dice Ryczek a My Modern Met. “Fue la primera vez que viajé fuera de los Estados Unidos, y también la primera vez que experimenté de primera mano un lugar y cultura completamente diferente. Técnicamente, mi pareja estaba regresando a su hogar por primera vez, pero estábamos explorando una ciudad que era igual de extraña para ambos”.

El viaje inspiró a Ryczek a crear una serie de pinturas basadas en las fotos que ambos tomaron en Seúl. Las imágenes fueron convertidas en un collage y editadas antes de ser traducidas en pintura sobre lienzo. Cada pintura al óleo, ligeramente surrealista y colorida, captura la energía de la ciudad y la cultura de la gente que vive allí. “Las pinturas nacen de impresiones sensoriales frescas de este nuevo entorno”, explica Ryczek. “Las emociones e ideas que proyectaba en él debido a mis propias ideas preconcebidas sobre la cultura asiática, y sobre cuestiones sociales históricas y contemporáneas específicas de Corea que aprendí tanto durante como después de nuestra estancia en Seúl”.

Ryczek ha completado seis pinturas de la serie hasta ahora, pero planea crear 20 antes de su exposición individual en 13Forest Gallery en Arlington, Massachusetts, que abrirá sus puertas en enero de 2020.

Recientemente pudimos conversar con Ryczek acerca de su serie y de sus experiencias en Seúl. Lee la entrevista exclusiva de My Modern Met a continuación.

Pintura al óleo de Corea por Mike Ryczek

¿Cuándo empezaste a pintar?

Técnicamente, comencé a pintar en 2002, cuando era estudiante de primer año en Montserrat, pero empecé a tomármelo en serio al trabajar en una serie justo antes de graduarme. Desde 2006, me he dedicado exclusivamente a la pintura al óleo como mi medio de elección, pero constantemente me esfuerzo por explorar otros medios.

Tu pareja nació en Corea y fue adoptada por personas en Estados Unidos. ¿Qué tanto ha influido su experiencia en tu trabajo?

Si nos referimos específicamente a esta serie, su experiencia es básicamente la única razón por la que existe, ya que yo nunca habría tenido una razón para visitar Corea o para tener un interés particular en la cultura coreana de otra manera. Más allá de esto, no diría que su experiencia como persona adoptada ha afectado directamente mi trabajo en general. Tal vez una mayor sensibilidad para retratar respetuosamente a las figuras de las piezas, porque todavía la veo conectada con el pueblo coreano, aunque sea de manera distante.

Mi pareja fue adoptada a las dos semanas de nacida, así que, si bien la adopción interracial y la experiencia como minoría son cosas con las que solo ella puede relacionarse, ambos crecimos aquí y compartimos la misma cultura. Cuando tomamos la decisión de viajar a Seúl, pasamos los meses anteriores aprendiendo todo lo que pudimos sobre un país que era igual de extraño para ambos. La única diferencia era que ella sabía que había nacido allí y que estaba lleno de gente que se parecía a ella. Así que cuando hice la serie, lo vi como un proyecto conjunto que reflexionaba sobre una nueva experiencia compartida. Las fotos que utilicé como puntos de referencia fueron tomadas por ambos, así que incluyen imágenes que me atrajeron pero también otras que ella capturó y que me inspiraron.

Pintura al óleo de Corea por Mike Ryczek

¿Cuáles fueron tus primeras impresiones de Seúl?

Cuando llegué por primera vez a Seúl, estaba agotado de permanecer despierto en el avión para superar la diferencia horaria de 13 horas y me llevó al menos un día o dos empezar a procesar todo. Nunca antes había viajado fuera de los Estados Unidos, así que aparte del choque cultural, el mero hecho de estar ahora en un país al otro lado del mundo era algo muy nuevo para mí. Obtuvimos un descuento considerable en el Hotel Lotte en Seúl y muchos de los eventos asociados con IKAA (la Asociación Internacional de Coreanos Adoptados) tuvieron lugar ahí, así que en realidad pasé una muchísimo tiempo en este enorme hotel de 5 estrellas en el que normalmente nunca me quedaría.

Llegamos a mediados de agosto, así que hizo un calor insoportable durante toda nuestra estancia, y te deja algo aturdido mientras intentas procesar todo. El diseño arquitectónico de la ciudad es fantástico—elegante e innovador, con grandes edificios en todas partes. Corea, al igual que Japón, ama la linda estética kawaii (“Aegyo” en Corea), por lo que este tipo de personajes coloridos están en todas partes, desde estuches de lápices hasta carteles en la calle. Cuando vas de un lugar a otro, estás rodeado de anuncios de belleza vendiéndote los mismos ideales de belleza extremadamente delgados, pálidos y de ojos grandes del K-Pop. La frecuencia de los anuncios de cirugía plástica dirigidos a los adolescentes me llamó la atención inmediatamente. Más tarde me enteré de que las mujeres coreanas han estado tratando de prohibirlos en el metro, ya que se las considera excesivas y poco saludables para las mujeres jóvenes.

Esta fue también la primera vez que fui una minoría, ya que Corea es en gran medida monorracial. Era extremadamente fácil ver a cualquier persona caucásica entre la multitud y, aunque ciertamente no me sentía mal recibido, estaba muy consciente de que destacaba como un turista blanco y calvo.

En cuanto a mis experiencias con los coreanos, no tuve muchas interacciones con gente fuera de nuestro grupo—sólo cortesías sociales usando los dos saludos que recordaba. Leí mucho sobre que los coreanos son xenófobos, pero nunca experimenté ningún prejuicio obvio: algunas personas eran amables y la mayoría eran indiferentes.

Pintura al óleo de Corea por Mike Ryczek

¿Qué aprendiste de este viaje?

Me quedé en Seúl durante una semana y media, y la primera semana estuvo llena de excursiones gastronómicas, visitas a museos y otros eventos, así que siento que aprendí muy poco sobre lo que significa vivir en Seúl. Claramente el viaje me inspiró visualmente, y creo que el último año de trabajar en estas piezas fue cuando pude meditar sobre mi experiencia y aprender más sobre los lugares que visité y las cosas que no había visto durante el viaje.

Aprendí bastante sobre las diferentes experiencias individuales de ser adoptado coreano a través de interacciones personales, charlas y proyecciones de películas. Sin embargo, veo esto como algo separado de mi interpretación de la ciudad misma, y no estoy tratando de examinar la experiencia del adoptado en mi trabajo ya que no me siento calificado para hablar de ello.

En términos de observaciones sobre la ciudad, Seúl es como cualquier otra ciudad densamente poblada, con problemas como contaminación, conflictos sociales, aislamiento social y el culto al materialismo. Se puede encontrar mucha belleza y también mucha oscuridad. Mi pintura Decline and Fall habla de las leyes laborales laxas que llevan al exceso de trabajo y a la muerte; Perilla toca el activismo por los derechos de las mujeres en Corea, así como los peligros para la salud de su calidad de aire excepcionalmente pobre; Soft Power se dirige a las autoridades que usan lo adorable para prevenir la disensión social. El año que fuimos fue en realidad el mismo en que la primera presidenta del país fue destituida después de un escándalo. Traté de incluir todos estos ángulos en la obra y nunca me enfoqué en un solo aspecto.

Pinturas al óleo de Corea por Mike Ryczek

Tu trabajo tiene un toque de realismo y surrealismo. ¿Cómo llegaste a desarrollar este estilo?

Es difícil decir exactamente cómo llegué a pintar como lo hago. Siempre me han gustado estos dos estilos en la pintura, pero nunca me he sentido totalmente comprometido con ninguno de ellos. Ambos fueron revolucionarios para sus respectivos tiempos, pero siempre he sentido que tanto trabajo realista era demasiado aburrido conceptualmente y que tanto trabajo surrealista era demasiado plano y mal pintado. Lo mismo sucede con la pintura representativa y la pintura abstracta: me encantan los elementos de ambas, pero nunca querría elegir una cosa o la otra para mi propio trabajo. Hago lo mejor que puedo para evitar pensar demasiado en estas cosas.

Definitivamente hay algo emocionante en ver una escena imposible pintada de manera realista, o en retratar una escena reconocible de la vida diaria de manera onírica—exagerando lo que visualmente se percibe para encontrar magia en lo real y hacerla más de lo que inicialmente parece ser. Trato de pintar de una manera que sugiera luz y forma, pero que la oculte de alguna manera, de modo que el espectador tenga que volver a juntar esa información, recurriendo a su propio conjunto de asociaciones visuales y recuerdos. La emoción y la atmósfera en las imágenes siempre han sido mis preocupaciones dominantes, y pinto para expresar esas cosas tan claramente como puedo.

¿Tienes algún otro proyecto que te gustaría compartir con nosotros?

Una vez que termine la serie de Corea, pienso empezar a trabajar en una colección de pinturas sobre el concepto de estímulo supernormal y el ciclo de la adicción. Además, en los últimos 4 años, he estado trabajando en otra serie basada en imágenes fijas de las cuatro películas de Tiburón con las que estaba obsesionado de niño. Espero completar la serie y exhibirlas juntos en el próximo año.

Pintura al óleo de Corea por Mike Ryczek

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My Modern Met obtuvo permiso de Mike Ryczek para reproducir estas imágenes.

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Sofía Vargas

Sofía Vargas es redactora en español para My Modern Met. Originaria de la Ciudad de México, es licenciada en Lenguas Modernas y tiene un Máster en Gestión Cultural por la Universidad Carlos III de Madrid. A lo largo de su carrera ha trabajado para varias instituciones culturales y ferias de arte en México. Además de escribir, Sofía dedica su tiempo a explorar otras prácticas artísticas, como la cerámica y la ilustración.
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