El amor por la obra del aclamado fotógrafo Rodney Smith sigue creciendo. Sus imágenes, que a menudo son comparadas con el trabajo del pintor surrealista René Magritte, han sido las favoritas de editores, curadores y aficionados de la fotografía por igual. A casi dos años de su fallecimiento, su esposa y colaboradora artística, Leslie Smolan, continúa educando al público sobre su vida y obra.
Smolan, quien se desempeña como directora ejecutiva del Rodney Smith Estate, ayuda a mantener vivo el legado de Smith. Recientemente tuvo la oportunidad de presentar el trabajo del icónico fotógrafo en un evento organizado por Smithsonian Associates y Anthony Wilder en Washington, D.C. En su presentación, Smolan dio detalles sobre Smith y sobre su obra que solo una persona cercana al fotógrafo podría conocer. Al explorar las historias detrás de su trabajo, ella nos dio un vistazo dentro de la vida del genio creativo detrás de la cámara, además de poner en perspectiva la mente de este maestro.
“La gran ironía del trabajo de Rodney es que sus fotos muestran exactamente lo contrario a lo que él sentía”, explica Smolan. “Son atrevidas y confiadas, hermosas y elegantes, alegres y graciosas, cuando en realidad Rodney solía sentirse solo, ansioso y con miedo. La fotografía era su forma de canalizar la ansiedad y expresar sus sentimientos”.
Las grandes aspiraciones creativas de Smith se traducen en un enorme acervo que abarca desde 1970 hasta 2016: 200,000 negativos, 18,000 hojas de contactos y 8,000 imágenes impresas. Meticuloso en su trabajo, el fotógrafo se mantuvo leal a las películas y nunca hizo la transición hacia lo digital. “Siempre hacia sus sesiones fuera del estudio y con luz natural”, nos recuerda Smolan, “y ninguna de sus fotografías están retocadas, aunque no lo parezca”.
Smolan conoció a Smith en 1987. En ese entonces, Smolan tenía 38 años y era dueña de su propia empresa de diseño gráfico. Smith, de 43, buscaba llevar su arte a otro nivel; un encuentro fortuito llevaría a ambos por un nuevo camino. Primero trabajaron juntos en The Hat Book, y después continuaron construyendo su relación personal y creativa juntos.
Sigue leyendo para saber más del proceso creativo de Smith y la historia detrás de algunas fotografías según Smolan.
“Rodney siempre se sintió atraído hacia la fotografía. Podía ver algo desde lejos que lo emocionaba, aún si solo se trataba de una sensación de luz o de espacio. Este proceso era completamente instintivo. Se acercaba o se alejaba, tratando de armonizarse con el paisaje y con cómo lo hacía sentir”.
“Rodney era muy testarudo y se negaba a ceder sin importar de quién o de dónde venía la solicitud—incluyéndome a mí. Si no veía la imagen que quería, no presionaba el botón. Cada imagen en sus hojas de contactos es perfecta”.
“Una vez le pregunté a Rodney si al tomar una foto en particular había intentado alinear la línea blanca pintada en un árbol con el campo. Me dijo que por supuesto que no—solo era donde el encuadre de la imagen se sentía ‘bien'. No se trataba de ideas intelectuales o conceptuales—tan solo era una búsqueda por la tranquilidad y armonía”.
“En esta foto, Rodney me pidió que me sentara en el pasto y que me inclinara un poco hacia atrás. Yo no sabía que quería que pareciera que un fuerte viento estaba empujándome hacia atrás, al igual que al antiguo roble detrás de mí”.
“Como directora artística ya había trabajado con muchos fotógrafos, por lo que normalmente tenía una buena idea de cómo se vería la imagen final. Este nunca fue el caso con Rodney, sobre todo porque nunca tomó fotos instantáneas”.
En un evento reciente organizado por Smithsonian Associates y Anthony Wilder, el público pudo aprender más sobre la vida y obra del icónico fotógrafo Rodney Smith.

Foto: Norwood Photography

Foto: Norwood Photography

Foto: Norwood Photography

Foto: Norwood Photography