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Los investigadores están empezando a usar drones para monitorear y documentar el comportamiento animal, y hace poco un científico en Hawaii obtuvo el video de su vida gracias a esta tecnología. Lars Bejder, director del Programa de Investigación de Mamíferos Marinos (MMRP por sus siglas en inglés) de la Universidad de Hawaii, capturaba imágenes de ballenas jorobadas con un dron frente a la costa de Maui cuando recibió una llamada interesante. Un operador turístico local había visto algo inusual en el agua y le pidió a Bejder que lo comprobara.
“Acababan de ver mucha agua blanca y una conmoción en el agua, y no estaban seguros de lo que era. De pronto había mucha sangre en el agua, lo cual nos hizo ir hacia allá y eso fue lo que descubrimos: un ballenato recién nacido”, recuerda Bejder. Es lo más cercano que ha estado Bejder a un parto en vivo en 25 años y, gracias al dron, pudo filmar estos mágicos primeros momentos.
Debido a la sangre que la madre aún excretaba, y las aletas dorsales y cola flojas del ballenato, los investigadores creen que el parto sucedió apenas veinte minutos antes de su llegada. Puesto que el ballenato aún está descubriendo su cuerpo, moviéndose sin coordinación como lo haría un bebé, la madre ballena jorobada pone a su cría cuidadosamente sobre su espalda, guiando al recién nacido por el agua. Es un momento increíblemente conmovedor entre madre e hijo que nos permite a nosotros, como humanos, relacionarnos con estos animales en un nivel profundamente personal.
El periodo gestacional para las ballenas jorobadas es de 11 a 12 meses, y las hembras se embarazan una vez en un periodo que va de dos a cuatro años, según el Laboratorio Nacional de Mamíferos Marinos. Los ballenatos típicamente pasan alrededor de un año con sus madres, amamantando durante los primeros cinco a siete meses. Durante ese periodo crecen unos 45 centímetros al mes. Las ballenas jorobadas van a parir y amamantar en las aguas cálidas y poco profundas de Hawaii antes de migrar eventualmente de regreso a Alaska para el verano.
Las singulares imágenes capturadas por Bejder, tomadas sin molestar a los animales, son tan solo una de las razones por las que los drones se han vuelto increíblemente útiles para estudiar la vida marina. La MMRP está dedicada a descubrir cómo está cambiando el comportamiento de los mamíferos marinos debido al cambio climático, el comportamiento humano, y la disponibilidad del alimento. Los drones le permiten a Bejder a acercarse a los animales, sin influir en su comportamiento, de una manera que antes no era posible. Y ahora, gracias a estas imágenes aéreas, el mundo es capaz de ver estos preciosos y tempranos momentos en la vida de una nueva ballena jorobada.
Programa de Investigación de Mamíferos Marinos: Sitio | Instagram | Facebook | YouTube
h/t: [Gizmodo]
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