Un ciclista viaja por una carretera pero se topa con un camino partido a la mitad, como si hubiera sido cortado con tijeras. En otra parte del mundo, un hombre se acerca a la orilla en su canoa y descubre que el agua se ha transformado en fragmentos de espejos. Estas situaciones surrealistas ocurren en dos de las fotografías fantásticas de Erik Johansson. Desde el año 2000, el fotógrafo ha creado escenas imposibles combinando sus fotos con técnicas de manipulación de imágenes en Adobe Lightroom y Photoshop. Johansson es experto en retocar imágenes y logra que incluso las situaciones más extrañas parezcan haber sucedido en realidad.
Cada una de las piezas de Johansson requiere de mucha planeación. Empieza con un boceto y una idea y trabaja a partir de ellos. Primero está la fase de planeación, que puede tomar desde unos cuantos días hasta varios meses o incluso años. “Este paso también requiere de la solución de problemas, cómo hacer que la perspectiva, los reflejos, los materiales, la luz, etc. luzcan reales”, explica el fotógrafo. Una vez que ya tiene un plan de acción, Johansson toma las fotos y recolecta el material que necesitará para hacer que la imagen cobre vida. Nunca usa fotos de archivo, ya que siempre quiere tener control sobre todas sus fotos—especialmente cuando se trata de mantener la misma luz y perspectiva. Una vez que se completaron estos dos pasos, ensambla todos los elementos de sus imágenes. Aunque podría parecer que esta es la parte más difícil, según Johansson, es el paso más fácil de todos.
Las habilidades artísticas de Johansson lo han llevado a trabajar para importantes clientes como Adobe, Google y National Geographic. Siempre le ha interesado el arte, y cuando cumplió 15 años recibió su primera cámara. “Al ya estar familiarizado con el proceso de dibujo”, recuerda, “era muy extraño para mí solo capturar la foto y listo; era un proceso de creación muy diferente al del dibujo. No empezabas con una hoja en blanco; una vez que presionabas el obturador eso era todo. Quería hacer algo más con las fotos, de tal forma que presionar el obturador fuera solo el comienzo”.
Cuando llegó la hora de ir a la universidad, Johansson optó por estudiar ingeniería en computación. “No tenía la intención de dedicarme de lleno a la fotografía, no podía imaginarla como una profesión real, solo era un hobby divertido y no creía que el trabajo y la diversión pudieran combinarse”. Sin embargo, durante sus años estudiando siguió mejorando su técnica y su voz artística y gradualmente comenzó a ser conocido por sus piezas imaginativas y sus habilidades de retoque. Johansson eventualmente convirtió su pasatiempo en una exitosa carrera, donde sigue traduciendo sus observaciones, ideas e influencias de artistas como M.C. Escher, René Magritte y Rob Gonsalves.
Conversamos con Johansson sobre cómo supera el bloqueo creativo, sus piezas más memorables y qué hay en el horizonte para él. Lee nuestra entrevista exclusiva a continuación.
¿De dónde viene tu inspiración?
La inspiración para crear estas imágenes viene sobre todo de mí mismo; vivo en un mundo que me da impresiones pero mi cerebro procesa esas impresiones para construir ideas. Para inspirarme suelo intentar viajar e ir a exhibiciones de arte, pero también solo detenerme un segundo y mirar por la ventana del autobús. Hoy en día siempre estamos ocupados y somos adictos a la atención; guardar tu computadora o smartphone puede ser suficiente para que las ideas empiecen a fluir.
Tu trabajo tiene un eje narrativo. ¿Dejas que la literatura inspire tu trabajo?
Personalmente, mis historias favoritas son las de los proyectos futuros. Siempre estoy desarrollándolos e intento llevar al límite de lo posible tanto las historias como el aspecto técnico. La parte más importante de mi trabajo, excepto por el realismo, es la historia que la imagen debería contar. Sin embargo, la historia suele dejarse a interpretación del espectador. Yo solo les doy un título como pista. Sí me inspiro en los libros para niños. Me gustan sobre todo los de los ilustradores suecos Sven Nordqvist y Elsa Beskow.
¿Alguna vez has experimentado un bloqueo creativo?
Definitivamente; es algo que viene y va.
¿Cómo lo superaste?
En mi experiencia, lo mejor que puedes hacer es hacer algo completamente diferente. Me gusta escalar, salir a pasear, correr, etc. También boceto ideas cuando llegan y cuando no me siento creativo puedo revisar mis cuadernos de dibujo para ver si me ponen en modo creativo otra vez.
Tu trabajo suele enfocarse mucho en el paisaje. ¿Crees que los lugares en los que has vivido (y en los que vives actualmente) inspiran tus imágenes?
Suelo regresar a los lugares de mi infancia, a lugares que conocí cuando era pequeño. Creo que también es una forma de crear cierta consistencia en mi trabajo, por lo que no solo son mundos surrealistas de aquí y allá sino que de alguna forma existen en el mismo universo. Los lugares en los que he vivido y vivo actualmente también me inspiran y sí tomo fotos ahí, pero Suecia sigue siendo mi escenario principal.
Dices que no usas fotos de archivo en tu trabajo. ¿Cuáles son algunas de las cosas más extrañas que has tenido que retratar para completar una imagen?
Cada proyecto es un reto en sí mismo, pero últimamente trabajo más y más con utilería. Para uno de mis últimos proyectos, creé unas pinzas de aluminio de 1.2 metros de altura sólo para una imagen. Puede parecer innecesario, pero creo que ayuda a la historia que quiero contar, facilita que el modelo se relacione con la historia y el resultado final parece más realista.
Obviamente has pasado mucho tiempo pensando en cómo y por qué haces las piezas que haces. ¿Por qué crees que esto es importante?
Supongo que empezó como algo sencillo, pero poco a poco se fue haciendo más y más complejo. Me gusta desafiarme a mí mismo en lo que hago, quiero ver si puedo llevarlo a otro nivel y hasta dónde puedo llevar las cosas.
¿Cómo te ha ayudado esto?
Nunca estudié arte y he aprendido todo por prueba y error. No siempre es la manera más rápida de aprender, pero sí es una buena manera de aprender. Cuanto más complejos son los proyectos, más planificación requieren. Si un proyecto está bien planeado, la parte de captura y postproducción del proyecto también se vuelve mucho más fácil.
¿Cuál es tu pieza más memorable?
Es difícil elegir una, pero a medida que trato de construir más y más escenas, puede ser muy mágico cuando se captura la escena y todo está listo para ella. Full Moon Service es un buen ejemplo de esto. Llevé 7 lámparas de papel de arroz, dos modelos y el coche a un campo en una noche de verano sueca.
¿Por qué es especial para ti?
Mientras esperábamos a que oscureciera, pude ver cómo la imagen cobraba vida frente a mis ojos, lo cual fue muy especial para mí, ya que logré capturar esa sensación muy de cerca en la pieza final.
¿Qué hay en el horizonte para ti? ¿Tienes algún proyecto emocionante del que puedas hablarnos?
Acabo de empezar a trabajar en mi segundo libro, que será más grande que el primer libro que publiqué hace unos años tanto físicamente como en cuanto a contenido. Por el momento, estoy tratando de concluir tantos proyectos a medio terminar como pueda para poder seguir con eso, así que podría ser uno de mis años más productivos hasta ahora. También tendré una exposición en Seúl, Corea del Sur, a principios de junio, y también hay algunos otros planes de exposición en fase inicial en otros lugares. Pronto verán mucho más de mí.