Para Lucas Joel Macauley, el arte ha sido un refugio. Su vida dio un giro después de que su exitosa carrera como tatuador y empresario se derrumbara debido a la adicción. Macauley vivió en las calles por muchos años después de perder todas sus posesiones y sus relaciones más importantes. Durante todo este tiempo, su creatividad fue un rayo de luz que lo guió, y ahora, no solo ha producido arte durante los últimos ocho meses, sino que también ha estado libre de sustancias adictivas.
La desafortunada incursión de Macauley con las drogas comenzó en 2011, cuando su doctor le recetó morfina después de un accidente de motocicleta. Las presiones de su exitosa carrera y sus problemas de salud mental chocaron con esto y crearon una explosión tóxica.
“Tu adicción toma asiento del conductor y yo odiaba eso. Nunca quise estar en esa situación”, comparte Macauley. “Te quita cosas lentamente. Perdía un auto o un buen lugar que tenía o un bote o lo que sea. Eran las cosas que había construido con mi éxito—me quitó todo. [Perder] relaciones fue lo más difícil. Eventualmente, no tienes un lugar para vivir, no tienes un auto para dormir. Recuerdo que vendí mi auto por drogas una noche y me di cuenta de que no tenía un lugar para dormir”.
Macauley finalmente entró en rehabilitación, donde pasó dos meses y medio en recuperación. Durante ese tiempo, pintó más de 100 obras de arte. Hoy sigue pintando y, con cada lienzo, desentraña una nueva capa de lo que ha pasado. “Mi arte refleja completamente mis propias experiencias”, le dice a My Modern Met. “Le estoy dando a la gente que mira mi arte un vistazo directo a mi mente, mi pasado, mis recuerdos y mi dolor. Tengo un objetivo con mi arte y es decir la verdad”.
Cada lienzo está salpicado de palabras y frases que presentan los juicios que enfrentan las personas que se encuentran sin hogar mientras intentan sobrevivir en las calles. Estas palabras tocan las emociones y es imposible no sentir el peso del dolor de Macauley al mirar cada escena. Para él, dedicarse a su trabajo se ha convertido en una especie de terapia, ya que es capaz de reflexionar sobre su experiencia sin sentir miedo.
“Mi arte ha sido terapéutico, pero también mucho más que eso”, Macauley le dice a My Modern Met. “Mientras pinto, a veces me derrumbo—no hay palabras. Estoy solo con mi memoria y a medida que se despliega en el lienzo, puedo ver cuán he lejos he llegado desde que dormía en la calle. Incluso durante ese tiempo, solía encontrar pintura pedazos de cartón y pintura en basureros de sitios de construcción, con los que podía sacar algo de mi pecho. Cuando estaba sin hogar y tenía una adicción sentía una soledad que consumía todo mi ser. El lienzo se convirtió en mi amigo, mi psicólogo y, en algunos casos, mi sacerdote, para absolverme de mis pecados cuando no había nadie más”.
Macauley sigue pintando, en ocasiones con su hermano, y vende su trabajo. El artista espera que la gente aprecie su creaciones y les ayuden a amarse a sí mismos. También espera que su arte obligue a la gente a cuestionar sus propias actitudes sobre las personas que sufren de adicciones y viven en la calle. “¿Por qué dejamos que nuestros hermanos y hermanas, nuestras madres, padres, amigos y cualquier otra persona que se vea afectada por la falta de vivienda o la enfermedad de la adicción, la salud mental o la desesperación caigan? ¿Por qué volteamos la cabeza y bajamos los ojos para evitar un problema tan obvio? ¿Dónde está el amor? Mi historia es sólo una de muchas”.
El artista Lucas Joel Macauley estaba inmerso en un ciclo de adicción y viviendo en las calles.
Ahora ha salido de ese lugar oscuro y usa su arte para contar sus experiencias.
Lucas Joel Macauley: Sitio web | Instagram
My Modern Met obtuvo permiso de Lucas Joel Macauley para reproducir estas imágenes.
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