Fascinada por las telas y guiada por su intuición, la artista Mariko Kusumoto crea esculturas inspiradas en las cosas que más llaman su atención. Sus piezas suelen girar en torno al océano, y las criaturas que lo habitan—como el coral—inspiran las formas. Estos elementos se combinan perfectamente con la suavidad y las cualidades translúcidas de la tela; las piezas tienen una calidad ondulante, casi como si estuvieran bajo el mar.
Kusumoto lleva ocho años trabajando con telas. Sin embargo, durante casi dos décadas se centró en la metalistería. Después de una pieza de metal especialmente complicada, decidió darle una oportunidad a los textiles, y desde entonces ha estado “explorando las infinitas e ilimitadas posibilidades” del material. Los resultados, de colores pastel, producen una sensación lúdica y de asombro, dos cualidades que Kusumoto cultiva activamente en su arte textil.
Tuvimos el placer de hablar con Kusumoto sobre su trayectoria artística y lo que está haciendo ahora. Sigue hacia abajo para leer la entrevista exclusiva de My Modern Met.
¿Cuál es tu formación artística?
Cuando estaba en secundaria decidí que quería convertirme en artista, así que fui a un bachillerato que ofrecía una especialización en bellas artes. Allí aprendí sobre arte en general, como pintura, escultura, diseño e historia del arte. Me lo pasé muy bien, y después fui a una universidad de arte. Así que desde muy joven estaba decidida a convertirme en artista.
Cuando entré en la universidad de arte en Japón, mi especialidad era la pintura al óleo. Al principio de mi tercer año me dieron la opción de elegir entre pintura al óleo o grabado, así que decidí cambiar al grabado con un enfoque en el grabado en metal.
El metal ha sido un material familiar para mí desde que era niña. Crecí en un templo budista fundado hace 400 años, y siempre estuve rodeada de la belleza de la naturaleza y de cosas antiguas, como la pintura descolorida de la madera y los escalones de piedra con huecos creados por siglos de estar en contacto con las gotas de lluvia que caían del techo. También me fascinaban los elaborados adornos de metal y madera hechos por hábiles artesanos que había en todo el templo; pulir los adornos de los altares era una de mis tareas. Así que siempre me interesó el metal.
En las clases me enseñaron técnicas de fotograbado y me sentí más fascinada por el metal que por las imágenes impresas en el papel. Después de tomar una clase de escultura en metal, empecé a hacer esculturas tridimensionales en metal utilizando técnicas de fotograbado. Después de eso, trabajé con metal durante unos 18 años y empecé a trabajar con tela hace unos ocho años.
¿Cómo empezaste a trabajar con textiles?
Desde 1995, mi principal enfoque ha sido la construcción en metal; pero en 2013, después de completar una pieza de metal muy elaborada y técnicamente desafiante, sentí la necesidad de alejarme de las imágenes puramente representativas y hacer algo más abstracto y orgánico, y con un material diferente. Mis piezas en tela son el resultado de ello.
La tela es el polo opuesto del metal. Me gusta la suavidad y la delicada textura de la tela que utilizo, así como la naturaleza atmosférica de su translucidez. Aún desconozco todo lo que puedo llegar a hacer con la tela. Estoy en un viaje para explorar las infinitas e ilimitadas posibilidades de este material.
A lo largo de mi vida he conocido y explorado diferentes tipos de arte y materiales, y ahora siento que se unen en uno solo.
¿Cómo han influido tus técnicas de metalistería en tu obra actual?
En mi trabajo actual con telas, utilizo las técnicas del metal de muchas maneras diferentes. Utilizo el metal como soporte estructural porque la tela es un material blando. Hago mis propios moldes de metal para crear las formas de la tela. Hago el reverso de los broches. También combino metal y tela como parte del diseño. Mi experiencia con el metal ha sido muy útil y estoy muy contenta de saber cómo trabajar con él.
Dices que hay momentos dentro de tu proceso que te “quitan el aliento”, y decides trabajarlos en ese momento. ¿Puedes hablarnos un poco más de ello?
A menudo se me ocurren buenas ideas, pero pensar en ellas en mi cabeza y trabajar con materiales reales son experiencias muy diferentes. Mientras trabajo en las piezas, hago muchos descubrimientos que nunca se me habrían ocurrido de antemano.
Cuando trabajo en algo, a menudo se abren nuevas puertas que conducen a una pieza en una dirección totalmente nueva, revelando más posibilidades.
Siempre siento que las posibilidades son infinitas y que las ideas no dejan de expandirse. Ya tengo tantas ideas y he descubierto tantas cosas que probablemente no podré hacerlas todas mientras viva.
¿Cómo aprendiste a dejarte llevar por este instinto?
Me doy muchas libertades, y la flexibilidad y la creatividad en mi mente no están restringidas por categorías o reglas, algo que creo es muy importante para un artista.
¿Qué tipo de cosas te ha revelado?
Siento aprecio por la ilustración, el diseño gráfico, la arquitectura, la pintura, el grabado, la moda… cualquier tipo de arte puede influirme e inspirarme. Aunque no trabaje en esas categorías, creo que realmente no hay fronteras en el arte, todo es uno. Estar expuesta a una variedad de arte de calidad entrena y sofistica tu sentido estético y tus instintos.
¿Cuál es la inspiración detrás de tus obras actuales?
Me inspiro y aprendo directamente de la naturaleza. Por ejemplo, un día encontré un coral cerebro muy bonito en un mercadillo. Como me fascinó tanto, aprendí cómo estaba estructurado y lo recreé con tela. La naturaleza es la mejor maestra.
Me interesan las criaturas marinas, las plantas, el mundo microscópico, las diatomeas, las células, etc. Siempre me fascinan las formas sistemáticas y me conmueve la maravilla de la naturaleza.
Me gustan especialmente las criaturas marinas; son obras de arte por sí mismas, y siempre me impresiona su belleza. cada vez que tengo la oportunidad, me gusta ver documentales sobre las profundidades del océano. No dejan de asombrarme las criaturas que no he visto nunca. Hay tantas criaturas que aún no hemos descubierto. El océano está lleno de misterios.
(continuación) También me gusta el elemento de ambigüedad que suele tener gran parte de mi trabajo. Mi intención con las piezas de tela no es simplemente imitar la naturaleza o el mundo natural, sino más bien comunicar la experiencia sensorial percibida al encontrar el objeto en la naturaleza.
Además de inspirarme en la naturaleza, también me inspira el propio material. Encontrar diferentes tipos de materiales en la vida cotidiana es importante para mí. A veces me topo con un material que me parece fascinante, y me atrae y despierta mi imaginación.
La tela es uno de los materiales más familiares de la vida cotidiana. Aunque la palabra “tela” suena simple, la gama de tejidos es muy amplia, con características únicas que pueden suscitar diferentes sensaciones o emociones. Algunos tejidos evocan la sensación de frescor de la humedad, otros tienen una esponjosidad que resulta reconfortante; hay tejidos que evocan lo misterioso o lo etéreo; hay tejidos que inspiran tranquilidad; y algunos tejidos sugieren fragilidad, sutileza, etc.
Desarrollo piezas de tela que reflejan mi gran interés por el propio material. El tejido es intrínsecamente opuesto al metal, el material con el que trabajé exclusivamente durante muchos años. Me esfuerzo por resaltar las características y la belleza inherentes del textil. Utilizando una técnica propia de termofijación, le doy una nueva identidad remodelando sus formas tridimensionales. Como me encanta la translucidez de la tela, al trabajar con capas y añadir o mover partes, puedo crear atmósferas lúdicas, misteriosas y etéreas.
¿Y qué sigue para ti? ¿Hay algo en el horizonte de lo que puedas hablarnos?
Actualmente, me estoy preparando para una exposición individual en el Museo Morikami de Florida en mayo de 2022. Expondré piezas escultóricas y accesorios de tela. Trabajar a mayor escala es un reto para mí, pero también puede abrir una nueva puerta. Creo que me llevará en una nueva dirección.