A menudo ver una pintura de lejos es completamente distinto a verla de cerca. Así, el artista canadiense Michael Goodson explora este fenómeno en una serie de complejos retratos a gran escala. Aunque estas obras maestras lucen increíblemente realistas a unos metros de distancia, al acercarte puedes ver los detalles táctiles del rostro ocultos bajo capas de pintura acrílica y silicona.
“Mi propósito al pintarlas es conseguir una tensión perfecta entre una presencia y una ausencia humana”, dice Goodson. “Las pinturas pretenden ser un terreno y un sentimiento a la vez, o lo que sentimos está vivo o es humano en una persona. La escala permite esta tensión, ya que la proximidad del espectador a la pieza transforma su experiencia de la misma. Si uno está directamente frente a la pieza, es una geografía—la apariencia de una serie de montañas y ríos formada por subestructuras cambiantes, erosión y varias fuerzas y tensiones a lo largo del tiempo. Sin embargo, si el espectador ve la imagen desde el otro lado de una habitación, es un retrato de lo que pensamos es una persona individual”.
Para lograr el fascinante efecto táctil en su lienzo, Goodson utiliza muchas capas de pintura. Primero, el artista dibuja un boceto a lápiz del sujeto sobre una tabla de masonita de 1.8 x 1.2 metros. Una vez completado, Goodson sella el bosquejo en lápiz con una capa de pintura acrílica de color terroso para asegurarse de que sobreviva al proceso de pintura. Una vez que esa capa se seca, Goodson comienza a construir los rasgos geográficos de la cara con una mezcla de silicona y acrílico. Para ello, utiliza una pistola de calafateo, pinceles y, de vez en cuando, sus manos. El objetivo en esta etapa es “determinar la geografía del rostro y crear el flujo y la direccionalidad de cada parte”. Una vez que la textura está en su lugar, Goodson comienza a aplicar capas de pintura acrílica que se acumulan y secan en las grietas del retrato. Finalmente, el artista canadiense perfecciona el efecto de la piel de su retrato. Para completarlo, Goodson aplica una capa de barniz brillante a los ojos del sujeto, convirtiéndolos en la única superficie lisa del lienzo.
Cuando se le pregunta sobre cómo sabe cuando un cuadro está terminado, Goodson dice: “Mi decisión de parar es generalmente menos una decisión y más un deseo de probar con lo que sigue. Constantemente estoy mirando pinturas anteriores y viendo cosas que desearía haber hecho de manera diferente, pero resisto la tentación de regresar y alterar algo; en su lugar, tomo las nuevas ideas para mejorar o experimentar y las añado al catálogo de voces para mi próximo proyecto”.
Michael Goodson principalmente trabaja bajo comisión. Para estar al tanto de sus nuevos retratos, asegúrate de visitar su Instagram.
El artista canadiense Michael Goodson explora la geografía de los rostros a través de sus pinturas táctiles a gran escala.
Goodson utiliza capas de pintura acrílica y silicona para crear el “flujo y direccionalidad” de sus retratos.
Después añade capas de pintura acrílica que se acumulan y secan en las grietas del lienzo.
Desde lejos, las obras de Goodson son retratos realistas; de cerca, lucen más como complejos mapas topográficos.
Michael Goodson: Sitio web | Instagram
My Modern Met obtuvo permiso de Michael Goodson para reproducir estas imágenes.
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