Con sus hipnóticas instalaciones, el aclamado artista australiano Peter Kogler transforma habitaciones ordinarias en espacios surrealistas llenos de movimiento. Inspiradas en el minimalismo estadounidense, las líneas de Kogler suelen ser blancas y negras para producir el mayor contraste e impacto posible. El artista usa tanto pintura como proyecciones para “tapizar” espacios que a menudo quedan en el olvido, como escaleras, vestíbulos y pasillos. De esta manera, elementos arquitectónicos comunes y corrientes se convierten en espacios de exhibición.
La carrera profesional de Kogler abarca más de 30 años y es considerado uno de los pioneros del arte generado por computadora. El artista desafía constantemente los límites de lo que es posible con la tecnología que tiene a la mano, y es una figura clave de la unión entre tecnología y artes. “Siempre me ha interesado mucho la pregunta de hasta qué punto mis lenguajes visuales o artísticos pueden ser transformados por el desarrollo tecnológico y su cambio a diferentes medios”, compartió en una entrevista en 2014. “Es algo que observo permanentemente, y eso significa que a menudo tengo que modificar mis piezas. Esta es probablemente también la razón por la que decidí trabajar con un vocabulario visual muy reducido”.
Con líneas serpenteantes que casi lucen como tubos, cada habitación en la quee trabaja Kogler se convierte en un espacio dinámico que invita al visitante a sumergirse en el mundo del artista. Al jugar con las ilusiones ópticas, el movimiento cinético de las líneas y los conceptos del minimalismo, Kogler afina y perfecciona su arte con cada nueva instalación.
“Las cuadrículas en blanco y negro proporcionan un contraste intenso que tiene una presencia visual muy fuerte”, comparte Kogler. “La estructura de la imagen es completa y rodea completamente al espectador. En cierto modo, estás en medio de la escena, y el trabajo se puede experimentar físicamente”.