Cómo teñir con la técnica shibori, paso a paso
En general, estos son los pasos a seguir para teñir con la técnica shibori.
1. Prepara tus materiales.
Antes de empezar a teñir, es buena idea preparar todo lo que necesitarás para el proceso. Esto incluye la preparación de la tela con la técnica que hayas elegido. Usando las bandas elásticas, hilo de algodón o cuadrados de madera, manipula la tela doblándola, pellizcándola y mucho más.
Estos útiles videos muestran algunas técnicas de doblado diferentes.
Mantén tu tela alejada del cubo con tinte mientras lo preparas. Para preparar el tinte, sigue las instrucciones de tu kit. Este te dirá cuánta agua debes agregar y a qué temperatura debe estar el agua. A menudo incluyen el tinte índigo en polvo, carbonato de sodio y un agente reductor para la mezcla, así como instrucciones para mantener el cubo cubierto. ¡Asegúrate de seguir cuidadosamente todos los pasos!
2. Sumerge tu tela.
¿Recuerdas los dos cubos de cinco galones? Uno de ellos debe estar lleno de agua limpia. Antes de poner la tela en el índigo, sumérgela en el cubo de agua limpia. Exprime el exceso de líquido, y a continuación sumérgelo en el cubo con tinte. Con los guantes de goma puestos, usa tus manos para frotar el pigmento en la tela. Haz esto lentamente: no agites la mezcla moviéndola demasiado rápido o en círculos.
3. Deja reposar la tela en el tinte durante 5 minutos.
Una vez que tu tela haya estado en el cubo durante unos cinco minutos, es el momento de sacarla. Al principio, el color lucirá verde, pero no te preocupes—después de unos minutos de exposición al oxígeno, la tela comenzará a tornarse azul.
4. Repite el proceso.
Sumerge tu tela en el cubo de nuevo y masajea el tinte en tu textil. Puedes hacer esto varias veces, pero recuerda que cuanto más sumerjas la tela, más oscura será.
5. Después de sumergirla una última vez, deja secar tu pieza durante la noche.
No desenvuelvas ni desates nada todavía. Espera a que el tinte se fije durante la noche. Al día siguiente, sumerge rápidamente tu trabajo en el cubo de agua limpia y luego corta el hilo y las bandas elásticas. ¡Ahora por fin puedes admirar tu trabajo!
6. Lava tu tela a máquina con agua fría y sin detergente.
Cuélgala para que se seque o, si lo prefieres, puedes ponerla en la secadora a baja temperatura. Plancha tu tela una vez que se haya secado.
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