Al mirar al cóndor andino, es imposible no preguntarse cómo un ave de ese tamaño puede volar, sin mencionar que puede llegar a volar a más de 5,000 metros de altura. Esta enorme ave carroñera tiene una envergadura de hasta 3 metros y un peso similar al de un niño pequeño, entre 9 y 13 kilos. Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Swansea colaboró con científicos argentinos para estudiar el vuelo de los cóndores andinos en su hábitat natural. Su objetivo era descubrir la frecuencia y las condiciones meteorológicas en la que esta ave bate las alas para volar, gastando así su energía para permanecer o cambiar de altitud.
Al colocar dispositivos especiales de monitoreo en cóndores andinos jóvenes, los investigadores pudieron contar cada movimiento de las alas gigantes de las aves. Los resultados mostraron que los cóndores andinos pasan muy poco tiempo y gastan muy poca energía batiendo sus alas. Durante el tiempo que las aves estuvieron en el aire, pasaron menos del uno por ciento aleteando. La mayoría del movimiento de alas se produjo durante el despegue o cuando volaban cerca del suelo. Estas sorprendentes estadísticas—publicadas en Proceedings of the National Academy of Sciences—tienen grandes implicaciones.
Los investigadores señalaron que, sorprendentemente, los jóvenes pájaros que estudiaron podrían ser muy eficientes para volar por los cielos. Uno de los cóndores no batió sus alas por más de cinco horas, planeando a lo largo de más de 160 kilómetros. El estudio sugiere que el vuelo de los cóndores andinos en América del Sur podría ayudar a los científicos a entender cómo algunas aves prehistóricas aún más grandes pudieron mantenerse en el aire aire hace muchos milenios.
Para saber más de los cóndores andinos y su situación como especie casi amenazada, visita el sitio web de National Aviary.
El cóndor andino tiene una envergadura de hasta 3 metros y puede volar largas distancias sin batir las alas.
El vuelo del cóndor andino puede enseñarnos sobre la forma en que las aves prehistóricas gigantes se mantenían en el aire.
My Modern Met obtuvo permiso de la Universidad de Swansea para reproducir estas imágenes.
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