“The Golden Couple” por Marsel van Oosten (Países bajos). Wildlife Photographer of the Year 2018. Mientras el grupo de monos Qinling de oro saltaba de árbol en árbol, Marsel luchaba por seguirlos, resbalándose y tropezando con troncos. Poco a poco aprendió a predecir sus movimientos y logró capturar a este macho y hembra descansando sobre unas rocas. Cuando el sol se filtró a través del dosel, sus figuras fueron bañadas con luz y su dorado pelaje brilló en contraste con los frescos tonos verdes del bosque. Este par pertenece a una subespecie de monos dorados endémicos de las montañas Qinling. Esta especie de primates es una de las más sorprendentes del mundo, y actualmente están en peligro de extinción. Sus población han disminuido considerablemente a lo largo de las décadas y ahora quedan menos de 4,000 especímenes.
Los ganadores del prestigioso concurso Wildlife Photographer of the Year –Fotógrafo de Vida Silvestre del año, que reconoce a lo mejor en fotografía de naturaleza– han sido anunciados. El neerlandés Marsel van Oosten obtuvo el premio principal por su espectacular retrato de un par de monos dorados pertenecientes a una especie en peligro de extinción. En la categoría juvenil, Skye Meaker, de 16 años de edad, fue nombrado Youth Wildlife Photographer of the Year (Fotógrafo de Vida Silvestre Juvenil del año) por su conmovedor retrato de un leopardo a punto de dormir en una reserva de caza en Botswana.
En la competencia de este año fueron inscritas más de 45,000 imágenes provenientes de 95 países. Van Oosten y Meaker fueron seleccionados entre los 19 ganadores de categorías, quienes impresionaron a los jueces por su originalidad, creatividad y excelencia técnica para contar historias sobre la vida silvestre.
La imagen ganadora,Golden Couple, fue tomada en las montañas Qinling de China y es una mirada emotiva a estos animales y a la fragilidad de la naturaleza. “Esta imagen es tradicional en cierto sentido: es un retrato; pero uno impactante. Qué animales tan mágicos”, dijo Roz Kidman Cox, presidente del panel de jueces. “Es un recordatorio simbólico de la belleza de la naturaleza y de cómo empobrecemos cada vez más a medida que la naturaleza disminuye. Es una obra de arte digna de ser colgada en cualquier galería del mundo”.
Desde vistazos a la vida bajo el agua hasta desgarradoras imágenes de animales que sufren explotación, las fotografías ganadoras demuestran tanto la belleza de la vida silvestre como los peligros a los que se enfrentan actualmente. El concurso organizado por el Natural History Museum del Reino Unido premia imágenes individuales, así como trabajos de portafolio y fotoperiodismo. Este año, el fotógrafo mexicano Alejandro Prieto ganó en la categoría de Fotoperiodismo de Vida Silvestre: Historia por su estudio sobre la difícil situación a la que se enfrentan los jaguares en México y su lucha por sobrevivir.
Una novedad de la edición de este año es el Lifetime Achievement Award, premio a la trayectoria un artista de la cámara. El estimado fotógrafo de vida silvestre Frans Lanting fue honrado con el premio inaugural por su “excepcional contribución a la conservación de la vida silvestre durante más de tres décadas”.
Las fotografías ganadoras, junto con las imágenes elogiadas por los jueves, se exhibirán en el Natural History Museum en Londres hasta el verano de 2019 antes de realizar una gira por el Reino Unido y otros países. ¿Estás pensando en enviar tu trabajo para el concurso del próximo año? Puedes inscribirte en el concurso Wildlife Photographer of the Year 2019 del 22 de octubre al 13 de diciembre de 2018.
Los ganadores del concurso Wildlife Photographer of the Year han sido anunciados.
“Lounging Leopard” por Skye Meaker (Sudáfrica). Youth Wildlife Photographer of the Year 2018. Notoriamente tímidos y esquivos, es difícil ver a los leopardos que viven en la reserva de caza Mashatu. Esta vez, Skye tuvo suerte. Después de rastrear a los leopardos durante unas horas, se encontró con Mathoja, una hembra muy conocida. En un momento fugaz, justo antes de que la felina se que quedara dormida, Skye capturó un retrato pacífico de esta majestuosa criatura. Nombrada por guías locales, Mathoja significa “la que camina cojeando”, un título que se le dio después de sufrir una grave lesión en la pata durante sus primeros años de vida. Aunque sus posibilidades de supervivencia eran escasas, Mathoja ahora es una adulta sana. Ella es una de las afortunadas: esta especie ha sido clasificada como vulnerable y muchos leopardos son cazados ilegalmente por sus pieles.
“Duck of Dreams” por Carlos Pérez Naval (España). Ganador, categoría 11 a 14 años de edad. Una mañana durante sus vacaciones de Semana Santa, Carlos se bajó del bote e instaló una cámara oculta flotante; era perfecto para observar y fotografiar a las aves del Ártico. Al amanecer, docenas de patos de cola larga emergieron, y cuando la luz se reflejó en el agua, Carlos capturó este retrato de uno de ellos dormitando. El mar de Barents en el Círculo Polar Ártico tiene una de las mayores concentraciones de aves marinas del mundo, incluyendo al pato de cola larga. Este macho aún conserva su plumaje de invierno, una versión menos vibrante de sus colores veraniegos. Se cree que su apariencia principalmente blanca ayuda a reducir la hostilidad entre los machos, que tienden a vivir juntos en grandes bandadas durante el invierno.
“Pipe Owls” por Arshdeep Singh (India). Ganador, categoría 10 años de edad o menos. Mientras paseaba con su padre por la ciudad, Arshdeep vio a un pájaro metiéndose en una vieja tubería de desagüe. El niño pidió a su padre detener el automóvil, preparó la cámara y el teleobjetivo, se arrodilló en el asiento y lo apoyó en la ventana, entreabierta al nivel de sus ojos. No pasó mucho tiempo antes de que dos mochuelos moteados salieran de su escondite. Ambos lo miraron fijamente. Las lechuzas de este tipo tradicionalmente anidan en huecos de árboles, donde la hembra pone hasta cinco huevos. Aunque son comunes en el Punjab, estas pequeñas aves rara vez son vistas durante el día, ya que son animales nocturnos. Esta pareja –la hembra es la de la izquierda– es parte de una ola de anidación urbana, consecuencia directa de la deforestación generalizada de los bosques de la región.
Las fotografías ganadoras celebran la belleza y los peligros de la naturaleza.
“Bed of Seals” por Cristóbal Serrano (España). Ganador, categoría Animales en su entorno. El mar estaba relativamente tranquilo cuando Cristóbal voló su dron desde un pequeño bote en el Canal Errera de la Península Antártica. Elevándose sobre el mar, el dron reveló un pequeño témpano de hielo lleno de focas cangrejeras. Parte del hielo estaba salpicado de rojo con sus excrementos: los restos digeridos de su comida favorita, el krill. Las focas cangrejeras son gregarias y, si el espacio lo permite, se agrupan en cientos sobre témpanos de hielo. Las focas dependen del hielo: descansan y se reproducen encima, pero también se alimentan del krill que se esconde debajo. Como resultado, una disminución en el hielo marino no solo elimina a estas focas de lugares para transportarse fuera del agua, sino que también amenaza la disponibilidad de su suministro de alimentos.
“Hellbent” por David Herasimtschuk (Estados Unidos). Ganador, categoría Comportamiento de anfibios y reptiles. Atrapado en las fauces de una salamandra hambrienta, las cosas no se veían bien para esta serpiente de agua. Sin embargo, cuando su atacante movió los dientes, la serpiente se liberó y escapó. David estaba encantado de presenciar una batalla entre estos dos enemigos improbables. “He visto a esta especie mostrar distintos comportamientos, pero este fue el más notable por mucho”, dice. La salamandra americana gigante está en peligro. Por lo general, cazan presas pequeñas, como cangrejos de río, insectos y huevos, por lo que una serpiente de agua es una opción inusual. Estos anfibios usan la succión para asegurar su presa antes de usar sus dientes, un método extraño para someter a una serpiente que se retuerce.
“Blood Thirsty” por Thomas P. Peschak (Alemania / Sudáfrica). Ganador, categoría Comportamiento de aves. Trabajando en una historia sobre el cambio climático, Thomas había obtenido un raro permiso para aterrizar en la isla Wolf, una parte remota de las Islas Galápagos. Trepando sobre rocas sueltas para llegar a esta meseta, observó una escena extraña: Un pinzón de tierra picoteando a un piquero de Nazca. Con escasas alternativas alimenticias, había recurrido a beber sangre para sobrevivir. Rodeada por acantilados empinados, sin agua permanente y poca lluvia, la vida es difícil en la isla Wolf. Mientras que los piqueros pueden pescar en el océano, los pinzones se limitan a un escaso suministro de semillas e insectos. Para sobrevivir, beben la sangre de los piqueros de Nazca, un comportamiento que puede haber evolucionado a partir de la alimentación de parásitos en sus plumas.
“Mud-Rolling Mud-Dauber” por Georgina Steytler (Australia). Ganadora, categoría Comportamiento de invertebrados. Georgina llegó temprano al pozo de agua para fotografiar aves, pero su atención se desvió cuando vio a estas laboriosas avispas. Estaban en la orilla del agua, enrollando el suave lodo para llevarlo a sus nidos. Para un buen ángulo, la fotógrafa se tendió en el lodo, luego se concentró en una posible ruta de vuelo y comenzó a disparar su cámara. Estas avispas hembra utilizan las bolas de barro para construir sus nidos. Tras juntarlas en grupos, esculpen cámaras en las que ponen sus huevos. Antes de cerrar cada una, las avispas insertan cuerpos paralizados de las arañas tejedoras como alimento para sus larvas cuando eclosionen.
“Kuhirwa Mourns Her Baby” por Ricardo Núñez Montero (España). Ganador, categoría Comportamiento de mamíferos. Kuhirwa, una gorila de montaña, no quería despedirse de su bebé muerto. Al principio, ella acurrucó el pequeño cadáver, llevándolo a cuestas como las otras madres. Semanas más tarde, ella comenzó a comer lo que quedaba de los restos. Forzado por la poca luz a trabajar con una amplia apertura y una estrecha profundidad de campo, Ricardo se concentró en el cuerpo en lugar de en la cara de Kuhirwa. Desde elefantes que acarician los huesos de familiares fallecidos hasta delfines que tratan de mantener a flote a los muertos, hay una gran cantidad de evidencia creíble que demuestra que los animales expresan el dolor de manera visible. Las acciones iniciales de Kuhirwa pueden interpretarse como luto, pues su comportamiento muestra el dolor de una madre que ha perdido a su hijo.
“Desert Relic” por Jen Guyton (Alemania / Estados Unidos). Ganadora, categoría Plantas y hongos. Jen había caminado todo el día por el desierto de Namib buscando la planta perfecta para fotografiar antes de finalmente detectar este ejemplar de hojas irregulares. Adoptando un ángulo bajo y amplio, capturó la arquitectura y los tonos vibrantes de la planta frente al expansivo paisaje, justo cuando el sol se ocultaba. “Es como algo salido de un libro de Dr. Seuss”, dice ella. La extraña y maravillosa planta de welwitschia puede vivir hasta 1.000 años. Al crecer desde la base, se compone de solo dos hojas de crecimiento lento que se arrastran sobre el desierto durante toda la vida útil de la planta. A medida que los siglos pasan factura, las hojas se deshilachan y se parten, tomando la apariencia de múltiples hojas.
“Night Flight” por Michael Patrick O’Neill (Estados Unidos). Ganador, categoría Bajo el agua. Una noche, en aguas profundas, Michael seguía a un pez volador. Durante el día se mueven extraordinariamente rápido, pero durante la noche nadan lentamente justo debajo de la superficie. Intentó varios ajustes de obturador y flash mientras seguía al pequeño animal. “Quería crear una sensación de movimiento”, dice. Al golpear rápidamente sus colas bifurcadas, los peces voladores se impulsan en el agua hasta que despegan sobre la superficie. Manteniendo rígidas sus aletas pectorales largas y puntiagudas, pueden deslizarse en el aire durante varios cientos de metros, lejos de los depredadores submarinos.
“Crossing Paths” por Marco Colombo (Italia). Ganador, categoría Vida salvaje urbana. Marco conducía por la aldea una tarde cuando divisó un raro oso pardo de los Apeninos en la carretera. Inmediatamente, apagó el motor y las luces para no molestarlo, y observó cómo el oso cruzaba la calle. Con solo unos segundos de sobra, logró fotografiar al oso a través del parabrisas antes de que se desapareciera entre las sombras. Una subespecie de los osos pardo, los osos de los Apeninos son solitarios y están en peligro de extinción. Con su hábitat fragmentado y amenazado, a menudo entra en contacto con los humanos cuando asaltan huertos mientras se preparan para la hibernación. Lamentablemente, en raras ocasiones, los humanos los envenenan como represalia.
“Windsweep” por Orlando Fernandez Miranda (España). Ganador, categoría Entornos de la Tierra. En la cima de la duna, Orlando se enfrentó a tres elementos climáticos: un fuerte viento del noreste, el intenso sol de tarde y una densa niebla marina. Utilizando la cresta de arena afilada frente a él como punto focal, mantuvo el barrido de dunas a su derecha en foco, convirtiendo el lejano paisaje costero, escondido detrás de una cortina de niebla, en un misterio. Una mezcla de niebla y sol no es inusual en la Costa de los Esqueletos. Los vientos frescos de la corriente de Benguela, una corriente oceánica que fluye hacia el norte, se mezclan con el clima árido del desierto de Namib para crear una espesa niebla. La humedad de esta niebla se mueve tierra adentro y es vital para la supervivencia de muchas plantas e insectos.
“The Vision” por Jan van der Greef (Países Bajos). Ganador, categoría Blanco y negro. Desde el jardín de su hotel, Jan notó que cuando los colibríes giraban alrededor de las espigas de esta planta y cerraban sus colas por un momento, apareció una hermosa cruz. Desde la posición baja de su silla de ruedas, tardó dos días y medio en obtener la toma perfecta, “sus movimientos rápidos simbolizan la libertad de nuestra imaginación”, dice. Endémico del Perú, el colibrí barbudo montañero pasa su día alimentándose de plantas dulces y ricas en néctar. A diferencia del colibrí, el llamativo y dramático lirio de antorcha que se ve aquí no es originario de la región, pero se ha convertido en una fuente de alimento popular para estos colibríes. Se sienten atraídos por el delicioso néctar de sus brillantes flores rojas.
“The Ice Pool” por Cristóbal Serrano (España). Ganador, categoría Visiones creativas. “Los seres humanos han tratado de dominar el arte de la escultura, pero los icebergs nos muestran que no somos rivales para el gran diseño de la naturaleza”, explica Cristóbal. Para revelar la belleza de esta espectacular formación de hielo, usó un dron de poco ruido, volando alto para no molestar a las focas cangrejeras. La cámara aéreo mostraba una piscina en forma de corazón en el centro del iceberg. Las focas cangrejeras comen desde el atardecer hasta el amanecer, arrastrándose hacia el hielo para descansar la mitad del día. El área azul clara en esta imagen es donde el iceberg se ha derretido debajo de la línea de flotación, creando una piscina pequeña y poco profunda, que contrasta con el océano profundo y oscuro.
“The Sad Clown” por Joan de la Malla (España). Ganadora, categoría Fotoperiodismo de vida salvaje, imagen individual. Timbul, un macaco de cola larga, se lleva la mano a la cara para intentar aliviar la incomodidad que le provoca su máscara mientras entrena para ponerse de pie para un espectáculo callejero. Lugares como este son comunes en Indonesia, y Joan pasó mucho tiempo ganándose la confianza de los dueños de los monos. “No son malas personas”, dice la fotógrafa. La mayoría está ganando dinero para enviar a sus hijos a la escuela. Los macacos como Timbul viven en condiciones terribles, privados de las relaciones sociales que necesitan para prosperar. Trabajan muchas horas, bailando y montando bicicletas, movimientos que son antinaturales e incómodos. Las organizaciones benéficas para animales están trabajando para hacer cumplir la legislación que hace que sea ilegal sacar a los monos jóvenes de la naturaleza o comercializarlos sin un permiso.
“Mother Defender” por Javier Aznar González de Rueda (España). Ganador, premio Wildlife Photographer Portfolio. Javier encontró a este membrácido en la cocina del albergue forestal donde se alojaba. Intentó capturar la escena durante varios días, pero la lluvia constante lo convirtió en un desafío. Finalmente, logró crear este retrato conmovedor de una madre que custodiaba a sus crías en la parte inferior de un tallo, realzada por el brillo azul del cielo detrás. La proyección espinosa en la espalda del membrácido se utiliza para disuadir a los depredadores. Esta pequeña hembra, de alrededor de un centímetro de largo, torcerá su cuerpo para exponer su espina dorsal ante cualquier atacante. Una vez que sus huevos eclosionan, se desarrollan a lo largo de cinco etapas ninfales, antes de convertirse en adultos, y la devota madre los cuida en todo momento.
“Dream Duel” por Michel d’Oultremont (Bélgica). Ganador, premio Rising Star Portfolio. Cuando las nubes de tormenta se acumularon sobre el bosque, el rugido de dos ciervos que luchaban resonó entre los árboles. Igual a igual, ninguno de los dos retadores se iría, por lo que el concurso se convirtió en un dramático choque de astas. Michel, escondido detrás de un árbol bajo una red de camuflaje, tuvo tiempo de capturar unas pocas imágenes antes de que los ciervos se separaran. Cada otoño, los machos jóvenes comienzan su búsqueda anual de pareja y compiten para atraer la atención de las hembras. Durante la temporada de celo, los ciervos estarán uno al lado del otro, evaluando a sus rivales antes de unir sus astas y entrar en batalla.
La serie de Alejandro Prieto sobre los jaguares en México obtuvo el premio principal en la categoría de Fotoperiodismo.
“Signature Tree” por Alejandro Prieto (México). Ganador, categoría Fotoperiodismo de vida salvaje: Historia. En la jungla montañosa de la Sierra de Vallejo, México, un jaguar afila sus garras al rascar un árbol, dejando un olor intenso. Estas marcas son una clara advertencia para los demás: no se permite la entrada. Los jaguares machos pueden recorrer más de 130 kilómetros cuadrados; le tomó ocho meses a este felino regresar y refrescar sus marcas.
“Hope for the Future”por Alejandro Prieto (México). Ganador, categoría Fotoperiodismo de vida salvaje: Historia. Este par de cachorros de jaguar de un mes de nacidos probablemente terminaron en el pueblo después de que un cazador matara a su madre y hubiese sido vendidos como mascotas. En la naturaleza, estos cachorros se habrían quedado con su madre hasta los dos años de edad. En cambio, han sido entregados a un refugio. Con suerte ambos serán devueltos a su hábitat natural después de su rehabilitación.
“Jaguars Come to Town”por Alejandro Prieto (México). Ganador, categoría Fotoperiodismo de vida salvaje: Historia. Cada agosto en Chilapa de Álvarez, Guerrero, miles de personas se reúnen para adorar al jaguar, que desempeña un papel importante en la cultura y la mitología mexicanas. Sin embargo, en esta parte del país, el jaguar, que una vez fue común, ahora está extinto. Es probable que solo unos pocos de los asistentes mayores a los festivales recuerden haber visto alguna vez una huella en el bosque.
El reconocido fotógrafo de naturaleza Frans Lanting recibió el Premio a la trayectoria, otorgado por primera vez en la historia del concurso.
“Elephants at Twilight” por Frans Lanting (Países Bajos). Ganador, premio Wildlife Photographer of the Year Lifetime Achievement. “Una noche, durante la temporada de sequía en Botswana, me metí en un pozo de agua para capturar un reflejo brillante de una reunión de elefantes en el crepúsculo, con una luna llena suspendida en un cielo rosado y luminoso. La imagen es mi homenaje a las cualidades primitivas del desierto de África meridional, la grandeza de los elefantes y la naturaleza preciosa del agua en una tierra de sed”.
Celebrando la creatividad y promoviendo una cultura positiva destacando lo mejor que el ser humano tiene que ofrecer, desde lo divertido hasta lo profundo e inspirador.