El fotógrafo Brad Wilson captura expresivos retratos de vida silvestre inspirados por el “instinto, intuición, y conciencia del presente” de los animales. En su serie actual, titulada Affinity, Wilson crea fotografías emotivas que acentúan las características de cada criatura e ilustran su conexión con la naturaleza.
Cada animal es colocado frente a un fondo negro. Con ayuda de la característica luz dramática utilizada por Wilson, cada imagen muestra la belleza natural de fauna de todo el mundo. Una lechuza con plumas doradas que parecen brillar y un rinoceronte que emerge de la oscuridad son solo algunos de los animales que celebra esta serie.
Además de ser una forma de expresión artística para Wilson, Affinity también funciona como una reflexión sobre la vida moderna. Con la creencia de que los animales representan “una vida simple y una naturaleza perdida”, Wilson espera que sus fotografías puedan inspirar a otros a reconectarse con el mundo natural. “Tal vez estas imágenes puedan ser testamento de este otro mundo que estamos perdiendo”, dice Wilson, “y que nos recuerden que, a pesar del sentimiento de soledad que invade nuestras vidas contemporáneas, no estamos solos, no estamos separados; todos formamos parte de la increíblemente compleja e interconectada diversidad de la naturaleza”.
Recientemente tuvimos la oportunidad de conversar con Wilson sobre este importante proyecto. Continúa leyendo para saber más sobre Affinity.
Antes de incursionar en la fotografía estudiaste artes visuales. ¿Qué fue lo que te inspiró a cambiar tu enfoque?
Desde pequeño me interesaba el arte, y cuando crecí y entré a la universidad decidí que quería dedicarme a una profesión creativa. Rápidamente me di cuenta que nunca iba a ser el próximo gran escultor o pintor estadounidense, pero descubrí que tenía una gran facilidad para la fotografía. Además, este campo me daba el beneficio agregado de permitirme ganarme la vida con trabajos comerciales mientras perseguía metas más artísticas al mismo tiempo.
¿Cuándo empezaste a retratar animales?
Pasé 12 años en Nueva York haciendo retratos para una gran variedad de clientes. Si bien me gustaba mi trabajo, empecé a sentir que estaba haciendo lo mismo una y otra vez y que era hora de un cambio. Me di cuenta que quería seguir con los retratos, pero mi enfoque y lo que retratara tenía que ser diferente. Enfocarme en animales de dio una nueva y desafiante dirección.
¿Cómo decidiste cuáles animales serían parte de tu serie, Affinity, y cómo tuviste acceso a ellos?
Al principio pensé en enfocarme en los animales más icónicos: elefantes, leones, tigres, etc. Después de muchas llamadas y de muchas veces llegar a ningún lado, conseguí algunos zoológicos, santuarios y entrenadores comerciales que accedieron a trabajar conmigo. Una vez que ya había formado un portafolio fue mucho más fácil acceder a una selección mayor de animales y fue ahí cuando empecé a expandir la serie.
¿Cuál es el proceso detrás de una sesión típica con animales?
Difícilmente describiría una sesión como “típica” pero en general armo un estudio donde viven los animales o consigo que los traigan a mí (si es posible). Cada animal está agendado por 1-4 horas y durante ese tiempo tengo 1-4 minutos buenos si tengo suerte. Describiría cada sesión como una especie de mediación en medio de un caos organizado: los animales son libres de moverse y rara vez se quedan quietos—yo solo espero pacientemente hasta que llega un momento cautivador. Siempre es efímero, pero vale la pena el esfuerzo.
¿Cuál de estos retratos es tu favorito o el más memorable?
La verdad es que no tengo un retrato favorito—mi experiencia con cada animal es única y especial. Sin embargo, el mandril macho (el mono más grande del mundo) fue probablemente uno de los más memorables.
Era un animal verdaderamente energético, poderoso y expresivo. Desde el momento en el que entró al estudio en Los Ángeles anunció su llegada azotando puertas, tirando el equipo y golpeándome en la pierna. Su entrenador dijo que su mejor (y único) truco era no matarme. Me advirtieron que no lo tocara, que no hablara con él y que no hiciera contacto visual. A pesar de estas limitaciones, me pareció una criatura extraordinaria, cautivadora, y excepcionalmente bella. Incluso Charles Darwin dijo sobre estos monos: “Ningún otro miembro en toda la clase de mamíferos tiene un color tan extraordinario como los mandriles machos adultos.”
Capturar un momento de quietud y de conexión con él fue un reto especial y agotador, pero definitivamente no voy a olvidarlo.
¿Cuáles son los mayores retos de este tipo de fotografía?
Tener acceso a los animales es el primer reto a superar y requiere de mucho tiempo, planeación y gastos para poder organizarse. La falta de comunicación verbal en las sesiones también es particularmente difícil—no puedes pedirle a un tigre que se quede “sentado” y que mire a la cámara. Los animales hacen lo que quieren (con sus límites) y yo tengo que encontrar la manera de conseguir la imagen sin dirigirlos. Además, dado que la mayoría son animales salvajes, también hay un grado de peligro hacia mi persona. Se hace todo lo posible para mitigar esa situación, pero sigue siendo una posibilidad.
¿Qué animales te gustaría retratar en el futuro?
Me encantaría trabajar con un gorila y un panda, pero hasta ahora no ha sido posible.
Finalmente, ¿tienes algún proyecto en preparación?
Actualmente estoy trabajando en un libro nuevo y estoy planeando sesiones futuras.