Durante siglos, el Museo Británico –o British Museum– en Londres ha sido uno de los recintos favoritos de los amantes del arte, la arqueología y la historia. Con una impresionante colección de más de 8 millones de artefactos y el título del museo nacional público más antiguo del mundo, esta institución ha desempeñado un papel fundamental en hacer que la historia mundial sea accesible para todo el público.
Con objetos que abarcan dos millones de años de historia y piezas que representan a culturas de todo el mundo, la colección del museo incluye algunos de los artefactos más conocidos de la historia del arte. Sin embargo, antes de explorar cómo estas piezas cuentan la historia de la humanidad, vale la pena explorar otra narrativa en torno a el Museo Británico: la historia de la institución misma.
Historia
La historia del British Museum inicia en 1753, cuando Sir Hans Sloane—un médico, naturalista y coleccionista irlandés—murió a los 92 años de edad. A lo largo de su vida, Sloane adquirió 71,000 objetos, como libros, manuscritos, especímenes de flora y fauna y antigüedades de todo el mundo. Insistiendo en que su colección de curiosidades debía permanecer intacta después de su muerte, Sloane dictó en su testamento que la totalidad de sus posesiones fuese entregada al Rey Jorge II, el gobernante de Gran Bretaña e Irlanda en ese momento.
Según lo estipulado en el testamento de Sloane, el rey pagó a los herederos del coleccionista el monto simbólico de 20,000 libras por piezas que ahora son invaluables. Ese mismo año, impulsado por una ley del Parlamento, creó el British Museum. Si bien la colección de Sloane formó su base, el museo adquirió piezas de otras tres fuentes: la Biblioteca Cottoniana, una colección isabelina de Sir Robert Cotton; la Biblioteca Harleiana, fundada por los condes de Oxford; y la “Antigua biblioteca real“.
Ubicado en la Casa Montagu, una mansión del siglo XVII en el distrito londinense de de Bloomsbury, el Museo Británico oficialmente abrió sus puertas el 15 de enero de 1759. Con entrada libre para todas las “personas estudiosas y curiosas”, este museo sentó las bases del concepto del museo nacional, una institución que no es operada por la iglesia o la corona y que está abierta a todo el público.
Si bien esta misión permanece en el corazón del museo hasta el día hoy, la institución ha experimentado cambios significativos en sus 266 años de historia. Por ejemplo, en 1840 la Casa Montagu fue demolida y, en su lugar, fue construido el edificio actual del museo. Además del sitio en sí, el Museo Británico ha ampliado sus áreas de estudio y, en consecuencia, su colección ha crecido significativamente.
“La colección original del Museo Británico incluía antigüedades, monedas y medallas, especímenes de historia natural y una gran biblioteca”, explica el museo. “Ahora comprende más de 8 millones de objetos que abarcan la historia de las culturas del mundo”, entre ellos, varios objetos que no puedes perderte cuando visites en Museo Británico.
Piezas imperdibles del Museo Británico
Piedra de Rosetta
Qué es: La piedra de Rosetta, la joya de la corona de la colección, ha sido la pieza más visitada en el Museo Británico desde que fue adquirida en 1802. Esta estela de granodiorita, que data del período helenístico, fue descubierta en 1799. El texto inscrito en ella aparece en tres escrituras: jeroglíficos egipcios, escritura demótica y griego antiguo. Gracias a ella, los académicos finalmente pudieron descifrar los misteriosos jeroglíficos.
Dónde encontrarla: Sala 4, Escultura egipcia
Mármoles de Elgin
Qué son: Los Mármoles de Elgin son una colección de esculturas griegas clásicas de mármol que originalmente adornaron varias construcciones en la Acrópolis de Atenas, incluyendo el Partenón. Gracias a sus formas naturalistas pero idealizadas, así como una sorprendente atención al detalle, estas figuras han cautivado a los espectadores durante siglos.
Si bien son un elemento imperdible del Museo Británico, el que estén en Londres no está exento de controversia. Como fueron tomadas del Partenón por un hombre escocés a principios del siglo XIX, muchas personas creen apasionadamente que estas esculturas de fama mundial deberían ser devueltas a Grecia.
Dónde encontrarlos: Sala 18, Grecia: Partenón
Momias egipcias
Qué son: El museo tiene 140 momias y ataúdes egipcios antiguos, por lo que su colección es la más grande fuera de El Cairo. Además de los cuerpos auténticos preservados y los sarcófagos que los albergaban, estas posesiones rituales incluyen máscaras funerarias decoradas, retratos y otros objetos destinados a ser enterrados con los muertos.
Dónde encontrarlas: Sala 62 y 63, Muerte egipcia y más allá: momias
Hoa Hakananai'a
Qué es: ¡No necesitas viajar a Rapa Nui (o la Isla de Pascua) para estar cerca de los estos famosos monolitos! Puedes conocer de cerca a un moai en el corazón de Londres.
Creado entre 1000 y 1600 d.C. y tallado en basalto, Hoa Hakananai'a ha formado parte de la colección del Museo Británico desde que fue excavado y retirado de la Isla de Pascua en 1869. Aunque es un elemento clave de la colección del museo, muchas personas creen que la pieza debería ser devuelta a la isla.
Dónde encontrarlo: Sala 24, Vida + Muerte (La galería Wellcome)
Relieves de la cacería de leones
Qué son: Los relieves de la cacería de leones son una serie de relieves esculpidos que representan estilísticamente las “hazañas deportivas” de Ashurbanipal, el último gran rey asirio, que gobernó en el siglo VII a. C. Con la intención de adornar el palacio del rey en Nínive, estas piezas capturan la energía y el drama de las cacerías de leones del rey, que fueron vistos por los antiguos asirios como “simbólicos del deber del monarca gobernante de proteger y luchar por su pueblo”.
Dónde encontrarlos: Sala 10a, Asiria: Cacería de leones
El British Museum hoy en día
Hoy en día, el British Museum recibe a 6 millones de personas cada año. Además de sus piezas imperdibles, los visitantes se sienten atraídos la constante expansión de la institución, así como su colección en continuo crecimiento. En 2009, el museo abrió cuatro nuevas galerías permanentes y, hoy, sigue apoyando proyectos de investigación, a lavez que ofrece servicios educativos y presenta exhibiciones especiales de clase mundial.
Juntos, estos logros modernos refuerzan la misión a largo plazo del museo de”llegar a una audiencia mundial más amplia al extender el compromiso con el público… no solo con las colecciones que tiene el museo, sino también con las culturas y territorios que representan, las historias que se pueden contar a través de ellos, la diversidad de verdades que ellos pueden desbloquear y su significado en el mundo de hoy”.
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