La historia está llena de narrativas problemáticas (e incluso erróneas). Por ejemplo, Cristóbal Colón no descubrió América; eso, si consideramos que se puede “descubrir” un lugar que ya estaba habitado por millones de personas. De hecho, se cree que Colón ni siquiera fue el primer europeo en llegar al continente. Existe evidencia arqueológica de que los vikingos ya se habían asentado en Terranova, Canadá, alrededor del año 1,000 d.C. A medida que los libros de historia dejan de lado los relatos simplistas sobre el descubrimiento de América por parte de los europeos, nuevos y emocionantes hallazgos arqueológicos dan fe de la existencia de redes mundiales de comercio anteriores a la llegada de Colón en 1492. Un nuevo informe publicado en la revista American Antiquity detalla el hallazgo de cuentas de vidrio venecianas de mediados del siglo XV en yacimientos arqueológicos de Alaska.
El artículo, escrito por Michael L. Kunz y Robin O. Mills, explica que se han encontrado “cuentas de comercio” de vidrio azul veneciano en tres yacimientos esquimales de la Prehistoria tardía situados en el círculo polar ártico. Las cuentas de comercio eran cuentas de vidrio utilizadas frecuentemente por los comerciantes europeos en las rutas atlánticas durante los siglos XVI a XVIII. Los pueblos indígenas de América no conocían el vidrio, por lo que las cuentas se consideraban valiosos objetos de comercio. Como la capital del vidrio en Europa, muchas de estas cuentas se producían en Venecia; este tipo de vidrio se conocía como cristal de Murano. Aunque los investigadores estaban entusiasmados por el hallazgo de las cuentas, la importancia del descubrimiento solo se puso de manifiesto tras realizar pruebas científicas.
Las cuentas fueron halladas entre otros artículos, como joyas de cobre. Uno de los objetos encontrados era un cordel hecho de un material orgánico que podría ser corteza de sauce. Este cordel ofrecía una oportunidad única. Los investigadores habían oído hablar de cuentas descubiertas en los yacimientos décadas atrás, pero los primeros investigadores no disponían de la tecnología necesaria para datar el material orgánico con precisión. El cordel recién encontrado se sometió a una prueba de datación por radiocarbono mediante espectrometría de masas con acelerador. La datación por radiocarbono juzga la edad de un objeto orgánico midiendo el nivel de desintegración del elemento radiactivo carbono-14. Los resultados del cordel analizado fueron impactantes: el material probablemente había envuelto las joyas en algún momento entre 1440 y 1480. Como Colón no llegó a las Bahamas hasta 1492, este descubrimiento señala que ya había una relación comercial preexistente que conectaba Europa y América.
Las cuentas son los únicos ejemplos de su tipo al oeste de las Montañas Rocosas. Este hecho y su temprana datación sugieren a los investigadores, según el artículo, que “la ruta más probable por la que estas cuentas viajaron desde Europa hasta el noroeste de Alaska fue a través de Eurasia y sobre el estrecho de Bering”. En un comunicado de la Universidad de Alaska Fairbanks, se presenta la ruta probable de las cuentas desde Venecia hasta Alaska.
Durante el medievo tardío, los comerciantes italianos del Mediterráneo tenían vínculos con los empresarios bizantinos y otomanos, que llevaban los productos europeos hacia el este. Desde ahí, las mercancías viajaban en ambas direcciones por la famosa Ruta de la Seda, una antigua ruta comercial entre el Mediterráneo y Asia oriental. Es probable que las cuentas viajaran en caravana hacia China y que, a través de los comerciantes, llegaran a los habitantes de la actual región autónoma de Chukotka, una zona federal de Rusia. Desde aquí, las cuentas debieron cruzar el estrecho de Bering en barco, en un viaje de poco más de 80 kilómetros.
El viaje de las cuentas de vidrio desde Venecia hasta Alaska que sugiere el comercio y los viajes a través del Estrecho de Bering—y entre Europa y América—requiere una investigación más profunda. Además, el hallazgo vuelve a poner en duda los relatos sobre el “descubrimiento” de un continente americano aislado.
Un grupo de investigadores descubrió cuentas de vidrio venecianas en Alaska que datan de mediados del siglo XV, décadas antes de que Colón llegara a las Bahamas.
La datación de radiocarbono de las cuentas se realizó mediante un trozo de hilo orgánico envuelto en unas joyas de cobre encontradas con las cuentas.
Es probable que las cuentas viajaran por la Ruta de la Seda desde Venecia hasta lo que hoy es el extremo oriental de Rusia, donde luego se comercializaron en barco a través del estrecho de Bering.
h/t: [IFL Science]Artículos relacionados:
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