El artista Dave Pollot toma pinturas que han sido olvidadas en tiendas de segunda mano para transformarlas en sus propias obras maestras. Al integrar impecablemente elementos de la cultura pop, estas escenas –que van desde bodegones hasta botes y paisajes bucólicos– adquieren una apariencia surreal con la aparición de monstruos, comida chatarra… o Bob Esponja.
Este proyecto comenzó en 2012 como un chiste entre Pollot y su esposa. El artista se puso el reto de tomar una pieza de arte desechada y, sin cambiar su estética, transformarla en algo que la gente querría tener en su casa. Esto comenzó su “obsesión” con la pintura, y ha alterado decenas de cuadros desde entonces.
Pollot ve estas transformaciones como la construcción de una nueva historia dentro de una composición preexistente. “Siempre he amado la idea de que el arte es profundamente personal”, Pollot le dice a My Modern Met. “Estoy contando mi propia historia con cada pieza, pero cada una es un poco como un espejo, reflejando su significado al espectador a través de su percepción individual”.
A mayor escala, el portafolio de Pollot nos hace pensar sobre el lugar del arte a través del tiempo. “Creo que mi cuerpo de trabajo ha puesto a prueba la idea de que cualquier obra de arte no tiene lugar, especialmente si se puede adaptar para reflejar un conjunto de ideas culturalmente más relevantes”, afirma. “También cuestiona la idea de quién (generacionalmente y de otro modo) puede reclamar la propiedad de la cultura pop de un periodo de tiempo determinado; busco presentar a una audiencia más joven los estilos artísticos más antiguos y a una audiencia potencialmente más vieja un conjunto más amplio de elementos de la cultura pop”.
El artista Dave Pollot toma pinturas olvidadas en tiendas de segunda mano y las transforma en arte inspirado en la cultura pop.
Pollot recientemente organizó una recaudación de fondos basada en la instalación Comedian del artista Maurizio Cattelan que apareció en Miami Art Basel.
Cattelan pegó un plátano a la pared con cinta adhesiva, y la pieza se vendió a un precio entre 120,000 y 150,000 dólares. “El arte contemporáneo puede ser, bueno, interesante”, Pollot escribió en una publicación en Instagram. “Lo que es aún más ridículo es que estas cosas pueden suceder mientras las personas tienen poco o nada para comer”. En respuesta, Pollot pintó un plátano gigante pegado con cinta adhesiva a las montañas y lo subastó a través de su Instagram. La obra de Pollot se vendió en 4,500 dólares, y el artista destinó el 90% de las ganancias a The Hunger Project.
Dave Pollot: Sitio web | Instagram | Facebook
My Modern Met obtuvo permiso de Dave Pollot para reproducir estas imágenes.
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