El Día de San Valentín nos hace pensar en chocolates, rosas y cenas románticas pero, ¿alguna vez te has preguntado sobre el origen del Día de San Valentín? Tal vez te sorprenda saber que la historia de esta celebración no es tan romántica.
Aunque el Día de San Valentín, también conocido como Día de los enamorados o Día del amor y la amistad, es asociado con el romance y nuestras relaciones interpersonales, su historia es algo diferente. Algunos académicos creen que los orígenes del Día de San Valentín se encuentran en fiestas lupercales del antiguo imperio romano, que se celebraban a mediados de febrero. Este antiguo ritual para la fertilidad involucraba el sacrificio de una cabra y perro machos por sacerdotes conocidos como Luperci. Después de un festín de sacrificio, los Luperci tomaban partes de los animales y corrían por el Monte Palatino de Roma, golpeando a las mujeres en su camino con pedazos del sacrificio. La tradición apuntaba a que esto haría fértiles a las mujeres.
Al final del siglo VI d.C., el papa Gelasio I transformó este festival en algo completamente diferente. Quizás debido a su temporalidad, las fiestas lupercales a menudo son señaladas como el origen histórico del Día de San Valentín. Sin embargo, no hay evidencia concreta que sustente esto.
¿Quién era San Valentín?
Una vez que el papa Gelasio I puso fin a la Lupercalia, al 14 de febrero se le conoció como Día de San Valentín.
Pero, ¿quién era el santo al que estaban celebrando? La verdad es que había más de un San Valentín.
Gracias a un trabajo conocido como Acta Santctorum, una enciclopedia de 68 volúmenes sobre las vidas de santos cristianos publicada en el siglo XVII, hay registro de no uno, si no tres San Valentín. En una extraña coincidencia, todos murieron el 14 de febrero, y fueron ejecutados en el siglo III a. C. durante el reinado del emperador romano Claudio Gótico.
¿Quiénes eran estos misteriosos hombres? La información es escasa, pero lo que sí sabemos es que uno era sacerdote en Roma, otro fue martirizado mientras estaba en África, mientras que el tercero era obispo de Terni. Desafortunadamente, se sabe muy poco acerca de su historia y muchas leyendas han adornado lo poco que sabemos.
Por ejemplo, un mito medieval señala que Valentín celebraba matrimonios cristianos en secreto en una época en la que estos ritos habían sido prohibidos por el emperador. Cuando fue descubierto, fue encarcelado y ejecutado. En otra leyenda, Valentín fue arrestado por órdenes del Emperador y, mientras estaba en prisión, se enamoró de la hija del carcelero. Antes de ser asesinado, él aparentemente le dio una carta firmada por “tu Valentín”. Esta frase sería adoptada varios siglos después.
A pesar de estas dramáticas historias, en realidad lo único que se sabe es la fecha en la que fueron martirizados. De hecho, en 1969, la Iglesia católica retiró a San Valentín del calendario romano general, por lo que el 14 de febrero no es una celebración oficial.
Asociaciones románticas
Los santos martirizados por lo general no inspiran relatos románticos; así que, ¿cómo comenzó la estrecha relación del Día de San Valentín con el amor y el romance? Todo empezó con Geoffrey Chaucer, autor de Los cuentos de Canterbury.
En Parlement of Foules, un poema que data de 1382, Chaucer escribió: “For this was on St. Valentine's Day, when every bird cometh there to choose his mate” (“Era el Día de San Valentín, cuando cada ave fue ahí para elegir a su pareja”). En la época de Chaucer, las aves comenzaban a emparejarse y aparearse a mediados de febrero, y la nobleza europea empezó a enviar notas de amor en esta época del año.
El mensaje de San Valentín más antiguo que sobrevive hasta nuestros tiempos pertenece a esta época, y fue escrito por el duque francés de Orléans, quien le escribió una dulce nota a su esposa durante su encarcelamiento en la Torre de Londres. Escrito en febrero de 1415, él la llama “mi tierno Valentín”.
Con el paso del tiempo, las conexiones románticas comenzaron a aparecer con mayor frecuencia en la literatura. Incluso Ofelia se nombra a sí misma “el Valentín” de Hamlet en el Acto IV, Escena 5 de esta obra de William Shakespeare: “To-morrow is Saint Valentine's day, All in the morning betime, And I a maid at your window, To be your Valentine” (“Mañana es San Valentín, por la mañana estaré en tu ventana, para ser tu enamorada”).