La Estatua de la Libertad ha sido un símbolo de independencia y esperanza desde hace más de un siglo. Situada en el puerto de Nueva York, esta colosal escultura se ha convertido en un elemento clave del paisaje de la ciudad, cautivando a los neoyorquinos y los visitantes por igual gracias a su belleza alegórica.
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El nombre completo de la Estatua de la Libertad es “La libertad iluminando el mundo”.
Si bien la mayoría de la gente la conoce como la Estatua de la Libertad, este título no es más que un apodo popular. Oficialmente, el nombre de la escultura es La libertad iluminando el mundo (“La Liberté éclairant le monde”), un nombre poético elegido por los franceses. De cualquier forma, ambos designan la figura como una representación de “Libertad”—que proviene del latín Libertas, la diosa romana que encarnaba la idea de libertad.
Francia se la regaló a Estados Unidos en 1886.
Así es: ¡Lady Liberty es una exportación francesa!
En 1875, el escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi y su equipo—que incluía a Gustave Eiffel, el diseñador de la torre Eiffel—comenzó a construir la estatua de cobre como un regalo para Estados Unidos. Específicamente, fue concebido como un gesto de amistad después de la Guerra Civil estadounidense.
Mientras la escultura aún estaba en progreso, se exhibieron algunas piezas en la Exposición Universal de París y, aún hoy, se pueden encontrar recuerdos de este monumento en la Ciudad de la Luz.
Hay copias a pequeña escala dispersas por todo París.
En París hay varias réplicas rinden homenaje a las raíces francesas de la Estatua de la Libertad.
En el Museo de Orsay, hay una copia de 2.85 metros de altura creada por el propio Bartholdi. Esta escultura solía estar en los jardines de Luxemburgo. Hoy, se puede encontrar una copia más nueva en su lugar original.
Otra réplica de bronce de la misma altura se encuentra fuera del Musée des Arts et Métiers (o Museo de Artes y Oficios), un museo dedicado al diseño industrial. Dentro del museo, los visitantes también encontrarán la maqueta de yeso original hecha a mano por Bartholdi.
Una copia final se puede encontrar en la Île aux Cygnes, una isla artificial en el río Sena. Esta escultura fue en realidad un regalo de los Estados Unidos como una forma de agradecimiento por la estatua.
La estatua fue llevada a Nueva York en pedazos.
Debido al tamaño de la escultura, los franceses decidieron enviarla en 350 piezas. En 1884, una vez que llegó a Bedloe Island, conocida hoy como Liberty Island, fue armada y colocada en un pedestal construido preliminarmente por los estadounidenses.
Funcionó como un faro durante 16 años.
Dos años después de su gran debut en el puerto de Nueva York, Lady Liberty adoptó un papel luminoso. Durante 16 años, también operó como un faro: la antorcha simbólica de la figura era la fuente de iluminación.
Desafortunadamente, su luz resultó demasiado tenue para que los barcos la vieran, y la estatua dejó de funcionar como un faro por orden del presidente Theodore Roosevelt.
La estatua está llena de simbolismo.
A pesar de no tener función específica, la Estatua de la Libertad continuó desempeñando un papel importante. Específicamente, desde su inicio, ha sido reconocida por su simbolismo complejo e integral.
Desde su cabeza (su corona consta de siete picos, que hacen referencia a los siete continentes y mares) hasta los dedos de sus pies (sus pies están encadenados con cadenas que se han roto triunfalmente), la estatua está envuelta en metáforas. Por un lado, una antorcha representa la iluminación; en la otra, una tableta de la ley está inscrita con “JULY IV MDCCLXXVI”, fecha de la independencia de Estados Unidos.
Incluso su posición es simbólica, ya que mira al sudeste para recibir barcos en el puerto, es decir, aquellos que llevaban inmigrantes a Estados Unidos.
Su famosa inscripción fue escrita para recaudar fondos para su construcción.
Además del simbolismo de su orientación estratégica, la estatua está inherentemente asociada con la inmigración gracias a The New Colossus, un poema inscrito en una placa adherida a su pedestal.
Escrito por la poeta estadounidense Emma Lazarus, este soneto—específicamente, las líneas “Give me your tired, your poor, Your huddled masses yearning to breathe free” (Dadme a vuestros cansados, vuestros pobres, vuestras masas hacinadas que anhelan respirar libres)—resumen de alguna forma lo que representa la estatua.
Lazarus escribió este poema para recaudar dinero para la construcción del pedestal de piedra de 27 metros, del cual los estadounidenses fueron responsables.
La estatua lleva un zapato talla 879.
Dado el inmenso tamaño de este pedestal, no es de extrañar que Lady Liberty pese 225 toneladas y tenga una altura igual de imponente.
Desde la parte inferior de la base hasta la punta de la antorcha, la Estatua de la Libertad mide 93 metros de alto. Para subir a la corona, los visitantes deben ascender 354 escaleras, o 20 pisos. Al llegar a la sandalia de la estatua estarás aproximadamente a la mitad del camino.
En la década de 1980, la estatua recibió una muy necesaria restauración.
Para celebrar su centenario, la Estatua de la Libertad recibió algunos trabajos de renovación entre 1984 y 1986. Este proyecto de restauración fue un trabajo en equipo hecho posible por científicos, ingenieros, organizaciones gubernamentales y otros profesionales.
Esta enorme labor implicó resanar agujeros en el cobre, reemplazar piezas de hierro oxidado con sustitutos de acero inoxidable y agregar un deslumbrante toque de hoja de oro a la antorcha.
Sin embargo, su color verde llegó para quedarse.
Aunque el equipo de restauración limpió a fondo la superficie de cobre de la estatua, su icónico color verde no se desvaneció. Conocido como pátina, este recubrimiento es el resultado de la oxidación del cobre. Originalmente, la escultura era de un color marrón rojizo, pero gradualmente se ha vuelto un tono de verde jade, y seguirá siendo ese color en los próximos años.
Cada año, 4.5 millones de personas visitan la estatua.
Más de 100 años después, la Estatua de la Libertad sigue siendo muy popular. Cada año, 4.5 millones de personas viajan en ferry para ver la escultura. Además, el nuevo Museo de la Estatua de la Libertad abrió sus puertas en mayo de 2019.
Esta institución, “la adición más monumental a Liberty Island desde la propia Estatua”, hará que un visita a Lady Liberty sea aún más significativa, ya que ofrece “una nueva forma de experimentar la historia”.
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