La mayoría de las personas tiene una de dos opiniones sobre las abejas. O les tienen muchísimo miedo—y quizás sean alérgicas—o aprecian el importante papel que juegan en nuestro ecosistema. Pero sea cual sea tu postura, no se puede negar que las abejas son fundamentales para nuestra supervivencia. De hecho, a menudo se cita a Albert Einstein diciendo: “Si la abeja desapareciera de la superficie de la Tierra, al hombre no le quedarían más de cuatro años de vida”. Y aunque es posible que nunca haya dicho esto, hay algo de verdad detrás de esta frase.
Hay muchos insectos que polinizan las plantas, pero las abejas melíferas son especialmente hábiles en su labor. De hecho, son tan hábiles que una sola colonia de abejas melíferas puede polinizar 300 millones de flores al día. Setenta de los 100 principales cultivos alimentarios son polinizados por las abejas y estos cultivos representan el 90% de los alimentos en el mundo. Al ver estas cifras, empieza a quedar claro por qué las abejas son tan importantes.
Es posible que hayas oído en los últimos años que las poblaciones de abejas están disminuyendo en todo el mundo. Su disminución no solo afecta a los humanos y a los alimentos que consumen: si las plantas que polinizan las abejas desaparecen, el impacto se extenderá primero a los pequeños animales que se alimentan de esas plantas y luego a los carnívoros más grandes que se alimentan de esos animales.
Pero ¿qué es lo que está provocando la desaparición de las abejas? Desde 1962, el número de abejas por hectárea en Estados Unidos ha disminuido un 90%, y se pueden encontrar estadísticas similares en todo el mundo. Estos números se deben a una mezcla mortal de enfermedades como el ácaro varroa (un parásito que ataca a las abejas melíferas), los pesticidas, el cambio climático y la lenta desaparición de los prados abiertos.
Afortunadamente, hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudar a regenerar la población de abejas, incluso a pequeña escala. Si todo el mundo adopta medidas para volver a crear un entorno favorable para las abejas, podemos estar tranquilos sabiendo que estamos haciendo nuestra parte.
Aquí tienes 5 formas sencillas de ayudar a hacer crecer las poblaciones de abejas.
Planta más flores
Esto puede parecer obvio, pero el simple hecho de plantar flores puede dar a las abejas un refugio seguro para alimentarse y refugiarse. No hace falta tener un gran patio o jardín: los maceteros colgantes o las jardineras también funcionan bien. Asegúrate de buscar variedades locales de flores que satisfagan las necesidades de las abejas de tu zona y no tengas miedo de cambiar tu jardín durante las diferentes estaciones para darles algo diferente de lo que alimentarse a lo largo del año.
Regresa a lo natural
El hábitat natural de las abejas melíferas son los prados abiertos. Por desgracia, a medida que el desarrollo urbano y agrícola se apodera de la tierra, los prados están desapareciendo rápidamente. Esto pone en peligro no solo a las abejas, sino a todos los insectos, pájaros y animales que dependen de los prados como fuente de alimento y refugio. Puedes ayudar dejando que una pequeña parte de tu jardín esté al natural. Deja de usar la cortadora de pasto durante un rato y permite que crezcan la hierba y algunas flores silvestres. Si no puedes hacerlo, un pequeño montón de pedazos de madera o ramitas también puede proporcionar un buen hábitat para los insectos.
Dales agua
Aunque no siempre pensemos en ello, las abejas también necesitan agua. Por eso, algo fácil que puedes hacer para ayudarlas es dejarles una fuente de agua. Utilizarán esa agua para producir alimento mezclándola con el néctar y el polen, y también les será útil para regular la temperatura de la colmena. Crea un baño para abejas dejando recipientes anchos y poco profundos con agua. Asegúrate de colocar piedras, corcho o ramitas que sobresalgan del agua. Esto dará a las abejas algo sobre lo que posarse.
Evita los pesticidas
Se han encontrado más de 150 sustancias químicas diferentes procedentes de los pesticidas en el polen de las abejas, y los pesticidas han estado implicados en el declive de las abejas. Estos químicos también matan las flores silvestres que las abejas adoran, por lo que existe una gran presión para reducir su uso. Greenpeace pide a Estados Unidos que siga el ejemplo de la Unión Europea y establezca normas más estrictas para prohibir ciertos pesticidas. A nivel personal, hay muchas maneras de deshacerse de las plagas del jardín sin recurrir a productos químicos nocivos. El aceite de neem y de eucalipto, así como las soluciones de hierba gatera y ajo, son algunos de los remedios naturales que puedes utilizar.
Compra miel de origen ético
La miel es un gran negocio que no ha hecho más que crecer en la última década, ya que mucha gente está tratando de reducir su consumo de azúcar refinado. La industria mundial de la miel se valuó en 7,840 millones de dólares en 2020 y se espera que la cifra aumente. La popularidad de la miel ha llevado a un tratamiento poco ético de las abejas para obligarlas a producir más de este oro líquido. Por ejemplo, a veces reemplazan la miel con la que se alimentan las abejas por agua azucarada menos rica en nutrientes para poder cosechar más miel. Esto, por supuesto, va en detrimento de los propios insectos. Si es posible, intenta comprar la miel a un apicultor local para estar seguro de que trabaja de forma ética con sus abejas.
¿Quieres ayudar a salvar a las abejas? Infórmate y pon manos a la obra.
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