Heidi Gustafson es una artista y recolectora de pigmentos que colecciona ocres de todo el mundo. A través de Early Futures, su estudio de investigación artística, Gustafson se dedica a buscar, documentar y archivar estos pigmentos a base de hierro. Para lograrlo, debe explorar todo tipo de zonas naturales. La artista, quien reside en una zona rural al noroeste de Estados Unidos, recorre las costas y raspa rocas para juntar fragmentos. Estos elementos después son molidos para crear pigmentos que estudia, cataloga y vende a artistas para que los incorporen a sus propias obras.
Para poseer un archivo de ocres tan extenso, el proyecto de Gustafson es colaborativo y abierto a personas de todo el mundo. Esto es vital debido a que los ocres varían según la ubicación del lugar donde se encuentran, y las condiciones ambientales pueden ser muy diferentes de un lugar a otro.
Trabajar con colaboradores ha dado como resultado que algunos ocres muy especiales hallan llegado a su colección. “La colección incluye cientos de ocres, reunidos por ciudadanos de todo el planeta, e incluye ocres espiritualmente significativos como el kokowai de Nueva Zelanda, ‘dm de Irán, pultewiš-‘enen y hilhil de California y ocres geológicamente significativos como GOE (gran evento de oxidación ) goethita de más de dos mil millones de años de antigüedad de Australia, y vivianita de aguas residuales de plantas industriales taiwanesas”, explica.
Charlamos con Gustafson sobre su trabajo con ocres, desde cómo se interesó en ellos hasta lo que podemos aprender de las variaciones de un mismo tono. A continuación, lee la entrevista exclusiva de My Modern Met.
Para aquellos que no estén familiarizados con el ocre, ¿puedes describir qué es?
El pigmento es esencialmente materia triturada. Ese polvo crea colores y tonos materiales que experimentamos en nuestro arte, entorno construido, ropa, computadoras, vehículos, etc. En el caso de los pigmentos ocres y terrestres, estamos hablando de rocas y tierra pulverizadas: polvo y corteza de la tierra. Ocre es el término específico para el pigmento que proviene de óxidos de hierro y minerales, arcillas y suelos a base de hierro. En general, los ocres son minerales comunes que se encuentran en todo el mundo y que contienen cantidades variables de hierro y oxígeno.
¿Cómo y por qué varían los pigmentos en todo el mundo?
Muchas personas piensan en el ocre como “amarillo” y piensan en el hierro como “acero” o metálico. En realidad, el hierro y el ocre pueden crear un espectro completo de tonos y pigmentos, incluidos el morado, el azul y el verde, junto con los típicos rojos, amarillos, marrones “terrosos”, etc. Estas notables diferencias de color dependen en gran medida de la sutil diversidad de la cantidad de hierro y otros elementos unidos dentro del mineral, su edad y cómo se formó geológicamente (¿volcán? ¿bacterias? ¿óxido? ¿desgaste?) y dónde fue encontrado (¿río? ¿desierto? ¿cueva?).
Puedes crear más matices por la forma en que mueles y procesas el pigmento, qué tamaño y forma de partículas produces, y cómo tratas el material (¿con calor? ¿resina? ¿agua?). Si cada uno de esos factores cambia en un grado muy pequeño puede alterar radicalmente el color del pigmento.
Más importante aún, ¡la composición elemental de un pigmento cambia sus capacidades en muchos otros aspectos además del color! Por ejemplo: cómo nos afecta fisiológicamente (medicina), qué tan magnético es, qué tan absorbente, qué tan fuerte, qué tan explosivo, qué tan fusible, etc. Estos “pigmentos de colores” de hecho se utilizan en varias industrias importantes, y su impacto se extiende mucho más allá de cómo los experimentamos como el “espectro de color”.
¿Qué despertó tu interés por investigar los pigmentos y, particularmente, los ocres?
Fui llamada a ellos desde mi vida interior: sueños, visiones de meditación y otras experiencias internas que me dejaron obsesionada—¿o tal vez obligada?—por conocer los ocres específicamente. Traté de ignorar el llamado por un rato—pensé “¿a quién le importa el ocre?”—pero no podía decir que no después de que me llevaron a una cantera de ocre en el mundo real, algo que me voló la cabeza y me rompió el corazón, ya que solo lo había visto en un sueño. El lugar se sentía tan sagrado, pero era un lugar en gran parte destruido. No parecía mucho para el ojo promedio. La gente camina por ahí todos los días. Ese paisaje se convirtió en un maestro para mí, y en el camino, aprendí que había sido un lugar sagrado y maestro para otros antepasados y comunidades indígenas antes de que yo naciera, antes de que la tierra fuera tomada por colonos, sepultada bajo una carretera y un centro comercial e iglesias y desarrollos de condominios con una pequeña piscina en forma de maní.
A medida que fui conociendo estos lugares, historias, recuerdos y lo que era el ocre de manera elemental—material de óxido de hierro y el pigmento más antiguo de la humanidad—poco a poco me di cuenta de su conexión con el corazón de la Tierra (que es hierro rodeado de oxígeno) y el nuestro (también hierro transportando oxígeno) y, lo que es más importante, nuestras culturas humanas pasadas y futuras y diversas formas de expresión íntima y creativa, que, como otras formas de diversidad ecológica en todo el planeta, se ven abrumadas por la homogeneización y la desconexión en muchos niveles.
Dices que tú “recolectas pigmentos”. ¿Cómo es ese proceso?
La búsqueda de pigmentos es similar a otras formas de observación e interacción de la naturaleza—recolectar plantas medicinales, hongos, observación de aves, caza, cosecha de alimentos silvestres, etc. En cuanto a mí, tiendo a tratar de aprender y recolectar minerales ricos en hierro y otras tierras, que son extremadamente comunes. A veces esto significa mirar mapas mineros antiguos, escuchar historias antiguas de lugares, rastrear lugares perdidos y abandonados. A veces significa hablar con personas que trabajan la tierra o cavan hoyos o granjas, personas que conocen y trabajan con la tierra en general. Preguntar a las personas si han visto arcillas particulares o se han topado con afloramientos de tierra roja. Otras veces, significa deambular y perderse en un lugar que te llama por razones desconocidas.
¿Qué lugares has visitado para buscar estos pigmentos?
Cerca de donde vivo—y esto es similar a muchos otros recolectores de pigmentos que conozco—seguir el agua a menudo conduce a la exposición de minerales que producen pigmentos hermosos. El agua es uno de los reveladores de pigmentos más esenciales, por lo que están en las zonas costeras, los cauces de los ríos, las zanjas de drenaje, los pantanos, las plantas de aguas residuales, etc. Con mayor frecuencia estoy en lugares que parecen completos “vertederos” y esconden pigmentos minerales intensamente ricos en secreto.
¿Qué podemos aprender sobre las variaciones de color, como los diferentes tipos de rojo que vemos?
Creo que el mayor descubrimiento que puedes tener cuando ves muchos rojos (digamos, muestras de color en una tienda de pintura) es que el “rojo” proviene de material muy diferente y la mayoría de las veces ya no tienes idea de dónde viene. Pero el rojo siempre está “hecho de algo”. Puedes obtener un rojo que proviene del mercurio (cinabrio o “bermellón”), plomo (plomo rojo), arsénico (rejalgar), cobre (cobrizo); de insectos hembras que mueren cuando están embarazadas (cochinilla); la pudrición fúngica de un cedro de 1,500 años de antigüedad (¡es un rojo súper efervescente y hermoso!); productos químicos de petróleo sintéticos; y, por supuesto, muchos minerales de hierro antiguos no tóxicos.
Lo que aprendes es cómo sentir curiosidad por la estructura material del rojo, no por su significado “simbólico” típico: cómo puede cambiar el significado del rojo en los niveles de experiencia real, elemental y vivida. El jugo rojo y rico en carbono de un insecto hembra puede tener un sentido diferente de sacrificio o estado de ánimo, podría hacerte pensar o sentirte de manera diferente al rojo de un mineral de hierro de 2 mil millones de años hecho del molde de los primeros organismos que respiraron en existencia la atmósfera rica en oxígeno de la Tierra.
Personalmente, creo que estos dos rojos diferentes, generados en distintos momentos del planeta de maneras muy diferentes, nos impactan de maneras únicas. Parece super lógico. Y esto me lleva a creer que podríamos ser más conscientes sobre cómo elegimos los materiales para nuestras expresiones creativas. Tal vez, es un buen comienzo simplemente considerar estas rocas, insectos y pigmentos como un acto creativo, una expresión de la imaginación misteriosa y elemental de la Tierra.
¿Cuáles son los ocres más raros o inusuales que han entrado a tu archivo?
Uno de los ocres más inusuales y que amo es un extraño “vino profundo” o o morado (probablemente tiene algo de manganeso), procedente de un barco abandonado en un astillero en una isla frente a las Carolinas de Estados Unidos. No tenemos idea de dónde vino este hierro, a dónde iba, cómo iba a usarse. No hay otro ocre que haya visto en ningún lugar del mundo como este y tengo unas cinco pequeñas rocas desgastadas que me enviaron mi alquimista y fabricante de tinta favorito, cuyo hermano descubrió el material. ¡Magia total!
¿Qué sigue para tu archivo de ocres?
Estoy trabajando para reunir ocres, dejándolos que me digan qué sigue. También estoy haciendo cada vez más pigmentos personales que se usan para entierros y para trabajar con la restauración de la conexión ancestral, y me encanta traducir lugares en pigmentos para personas, artistas, coleccionistas. A largo plazo, estoy trabajando en la construcción de un santuario y un lugar, con un palomar de piedra (!), donde las personas puedan venir y pasar tiempo con estos minerales y aprender más sobre lo que están haciendo.
¿Qué tienen que hacer quienes quieran participar en tu proyecto?
¡Cualquiera puede participar! Recibo contribuciones de material local, y escucho historias sobre ocres o pigmentos. Pueden seguir el trabajo que hago en mi estudio en Instagram o en mi sitio web. Me encanta cuando las personas se comunican para enviar o intercambiar pigmentos y conocimientos, hacer preguntas o compartir su propia relación con la tierra, sus sueños y visiones de lugares. Toda mi investigación y trabajo se sustentan en pequeñas contribuciones y donaciones de almas generosas.
Heidi Gustafson: Sitio web | Instagram
My Modern Met obtuvo permiso de Heidi Gustafson para reproducir estas imágenes.
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