El artista Michael Rosato se especializa en murales a gran escala, lo que lo ha llevado a crear innumerables obras de arte público. En los últimos 25 años, Rosato –quien reside en Maryland– ha desarrollado su propio estilo de pintura, caracterizado por composiciones monumentales, temas específicos al sitio y, lo más importante, un uso magistral de la técnica del trampantojo.
Todas estas características están presentes en su más reciente proyecto: Take My Hand (“Toma mi mano”), un mural monumental de Harriet Tubman. El mural adorna el exterior de un museo dedicado a Tubman—una abolicionista afroamericana que escapó de la esclavitud y, a su vez, ayudó a otros a huir a través del ferrocarril subterráneo—y rinde homenaje a esta valiente y compasiva figura histórica. A través del uso de la ilusión, Rosato da vida a Tubman, invitando a los espectadores a mirar hacia arriba, acercarse y “tomar su mano”.
La pieza ha recibido mucha atención desde que se completó a principios de este año. Para poder entender el proceso detrás de esta fantástica obra de arte, nos pusimos en contacto con Rosato. En la entrevista exclusiva de My Modern Met a continuación, hablamos de cómo su formación artística, su experiencia en museos e incluso su lugar de residencia ayudaron a dar forma al diseño de Take My Hand.
Cuéntanos un poco acerca de tu formación artística. ¿Siempre te has especializado en pintar murales, o tu práctica ha evolucionado con el tiempo?
Obtuve un título en diseño de interiores por la Universidad Estatal de Florida y trabajé en el campo del diseño durante unos siete años, pero sabía que no era lo que de verdad quería hacer. Me interesaba el proceso creativo y quería incursionar en el arte, explorando tanto la escultura como el dibujo. Al vivir en Washington, DC y Nueva York, pasé mucho tiempo en museos estudiando las obras de artistas. Me enseñé a mí mismo a dibujar copiando los bocetos de Miguel Ángel en las paredes de mi apartamento en Nueva York. Ya conocía la perspectiva desde mis días como diseñador.
Mi primera gran oportunidad llegó cuando un conocido me pidió ayuda para pintar un mural en DC. Me preguntó si sabía pintar y yo… mentí. Dije: “Sí”. Cuando llegué al lugar me dio un pincel y me dijo que hiciera la pintura subyacente. (No sabía lo que era eso.) Le confesé que nunca había pintado, pero que él necesitaba tanto la ayuda que me enseñó a hacer la pintura subyacente y rápidamente me di cuenta de que podía hacerlo. Trabajé con él durante un año y luego empecé a trabajar por mi cuenta. El resto es historia.
Durante los años siguientes, pasé miles de horas aprendiendo los aspectos técnicos de la pintura y cómo mezclar y manipular el color, todo simplemente pintando. Visitaba los museos cuando no se me ocurría cómo resolver algo. Ha sido largo camino para desarrollar mis habilidades y mi comprensión de cómo contar historias a través de los murales.
El Centro de Artes de Dorchester te contrató para hacer una obra de arte público. ¿Siempre tuviste la intención de incluir a Harriet Tubman en este “regalo al pueblo de Cambridge”?
Sí. La intención siempre fue pintar el mural en el Museo y Centro Educativo de Harriet Tubman en Cambridge, por lo que hacer que Harriet protagonizara, o por lo menos formara parte del mural, tenía mucho sentido.
Antes de pintar la obra conversaste con la gente de Cambridge, quienes expresaron “sus esperanzas para su representación”. ¿Cómo fue que las ideas de la comunidad dieron forma al diseño del mural?
El proceso de diseño comenzó con una reunión para saber qué opinaba la comunidad acerca de lo que esperaban que representara el mural. Discutimos el legado y el significado de Harriet y cada persona compartió una palabra sobre lo que ella simbolizaba para ellos. Palabras como “Fe”, “Familia”, “Valentía”, “Paisaje” y muchas otras fueron compartidas. Utilicé estas palabras como base para mi proceso de diseño.
Sabía que el mural tenía que comunicar la esencia de lo que Harriet significa para la gente, quién era y lo que representaba. También quería crear una imagen que invitara a la gente a interactuar con ella. A través de mi experiencia con el trampantojo en otros proyectos, sabía que usar esa técnica daría vida a Harriet y a su historia, de tal manera que la gente querría entrar y formar parte de la historia.
¿Cómo influyeron tus propias ideas sobre Harriet Tubman en tu trabajo?
Sabía bastante acerca de Harriet porque viví cerca de su lugar de nacimiento en el condado de Dorchester, Maryland, y también por la investigación que he hecho para otros proyectos. A Harriet le encantaba el paisaje de esta zona, que es hermoso con sus ríos y pantanos y campos. Así que quería que eso formara parte del mural.
También era consciente de su valentía y fortaleza como persona y de su voluntad de poner su vida en riesgo para ayudar a otros a alcanzar la libertad. Su historia y ejemplo de vida son muy poderosos y relevantes, no sólo aquí en Maryland, sino en todo el mundo. Sabía que tenía que capturar este poder y crear un momento inspirador y reflexivo para personas de todas las edades y procedencias.
¿Cuánto tiempo te tomó terminar el mural?
El proceso completo, desde el diseño hasta terminarlo, duró unas cinco semanas. Una vez que tuve el diseño listo, el proceso de pintura fue rápido. Algunas pinturas se resisten a ser terminadas, pero esta parecía fluir desde mi pincel.
¿Qué sentiste cuando finalmente pudiste dar un paso atrás y ver la pintura terminada?
Fue una sensación increíble dar un paso atrás y darme cuenta de que había conseguido crear la imagen que quería. Sentí una enorme responsabilidad ante la comunidad afroamericana de representar a esta heroica mujer con honestidad e integridad. La gente empezó a reaccionar al mural incluso antes de que se terminara. Así que, tengo que admitirlo, sentí alivio cuando vi las respuestas emotivas de la gente. Y, por supuesto, ver a la gente tocar la mano de Harriet—una parte clave del diseño del mural—es increíblemente gratificante.
Eres un experto en la técnica del trampantojo. ¿Tienes algún consejo para otros artistas interesados en probar este método tan antiguo?
El trampantojo requiere de una buena comprensión de la perspectiva. Una vez que has dominado el uso de la perspectiva, puedes manipular el plano visual de maneras impactantes. Yo aprendí haciendo y mirando el trabajo de otros que habían dominado la técnica. Llevo más de 25 años pintando y continuamente aprendo y perfecciono mis habilidades. Dicen que se necesitan diez mil horas para dominar una habilidad, y probablemente he pasado al menos esa cantidad de horas frente al lienzo. Así que mi consejo para cualquier artista es: no tengas miedo de intentarlo, comete errores y sigue intentándolo. Es sólo pintura.
Michael Rosato: Sitio web
My Modern Met obtuvo permiso de Michael Rosato para reproducir estas imágenes.
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