Oculta en el Bronx de Nueva York, la nueva biblioteca para niños en Concourse House luce como un escondite moderno del que nunca te querrás ir. Bajo la guía de Michael K Chen Architecture (MKCA), un oscuro entrepiso sin usar se ha convertido en un colorido espacio ideal para escuchar un cuento. Este es un paso importante en el nuevo programa de educación de Concourse House, que busca acercar a los niños a un futuro brillante.
Concourse House ha estado en operación desde 1991, y se ha convertido en un espacio crucial para mujeres con niños pequeños que buscan dejar atrás la situación de calle. Al proporcionar espacios seguros y estables para estas familias y facilitarles el acceso a servicios sociales, Concourse House puede ayudarlos en la transición para vivir en hogares permanentes. Es esencial que los niños sigan aprendiendo y creciendo en un ambiente seguro mientras están en Concourse House, por lo que la nueva biblioteca juega un papel vital en su desarrollo.
“El amor a los libros y a la lectura es algo que definió mi propia infancia y la de todo el equipo”, dice el arquitecto en jefe de MKCA, Michael Chen. “Los libros dan espacio a la imaginación y a la reflexión, y esto es algo muy valioso, sobre todo para niños que no tienen un hogar permanente o que no tienen un espacio propio. Es un privilegio poder trabajar con Concourse House para hacer que esta biblioteca para niños que de verdad lo merecen sea una realidad”.
Con esto en mente, MKCA aprovechó cada rincón del espacio, creando un ambiente donde los niños pueden echar a volar su imaginación. Rompiendo con la idea de un espacio institucional, la biblioteca para niños de Concourse House está llena de color y calidez. Un librero ovalado colocado al final de la sala funciona como una separación protectora entre el escondite y el resto del edifico, creando un espacio acogedor. La enorme alfombra da un toque de color y va con la temática geométrica presente en el resto de la habitación, mientras que los suaves taburetes de color pastel ofrecen un montón de lugares donde sentarse para escuchar lecturas y eventos dirigidos por el personal.
Con el objetivo no desperdiciar nada del espacio, MKCA incluyó dos mesas redondas que se integran a los libreros, dándole a los niños un necesario lugar para trabajar dentro de la biblioteca. Los paneles incluyen luces LED para iluminar la habitación, así como una superficie de escritura de vidrio negro para que los pequeños puedan expresar su creatividad.
La biblioteca para niños de Concourse House fue un verdadero trabajo en equipo: en sus estantes hay 1,200 libros para niños de la librería Sisters Uptown en Washington Heights, y su realización fue posible gracias a un gran número de generosas donaciones. Por su parte, MKCA trabajó en el diseño y la arquitectura pro bono y ayudó a conseguir donaciones de diseñadores, constructoras y fabricantes.