En Man and the Mind, el poeta Shofi Ahmend habla del Jardín del Edén como “la maravilla de los cielos”. Esta descripción lírica tuvo un efecto en el trabajo de Pamela Tan, cuya instalación inmersiva, Eden, materializa estas palabras etéreas.
En su práctica, Tan experimenta con varias disciplinas, incluyendo el arte, la arquitectura y el diseño. Eden, una exposición permanente en un centro comercial malayo, refleja la mentalidad multidisciplinaria de Tan al “borrar las líneas entre las maravillas hechas por el hombre y la belleza de la naturaleza”.
Si bien sus líneas simples y su paleta de color monocromática recuerdan a la arquitectura moderna, un vistazo de cerca revela sus raíces inspiradas en un jardín. Los caminos están cubiertos por guijarros de cristal, y rodeados por enrejados y enredaderas cubiertas de gotas de rocío hechas de cristal. Reflejando una vez más el enfoque artístico de Tan, estos “elementos se funden y fusionan en una sola estructura en crecimiento”.
Tan espera que la naturaleza polifacética de Eden invite a los visitantes tomarse su tiempo para interactuar con su entorno y para observar sus detalles. “Eden busca que logres redescubrir la magia de mirar más de cerca, que por un momento te haga suspender tu incredulidad y te conviertas en un niño otra vez”, dice la artista. “Creer, aunque sea por solo un momento, que de verdad estás en el paraíso”.