La Venus de Milo, una de las esculturas más famosas de la historia del arte, sigue cautivando al público hasta nuestros días. Ubicada en el Museo del Louvre, esta obra maestra de mármol es celebrada por su perfección helenística, reconocida por su belleza y famosa por su falta de brazos.
Al igual que muchas otras antigüedades preciadas, la historia de la estatua era totalmente desconocida cuando fue desenterrada en el siglo XIX. Hoy, sin embargo, los arqueólogos y los historiadores del arte han conseguido reconstruir un relato que explora y explica su posible procedencia, aunque esta escultura sigue estando envuelta en misterio.
¿Qué es la Venus de Milo?
También conocida como la Afrodita de Milos, la Venus de Milo es una escultura de mármol que probablemente fue creada por Alejandro de Antioquía a finales del siglo II a.C. Se trata de una figura casi desnuda y enorme (de 2 metros de altura) posando en la clásica forma serpentinata.
Su cuerpo se compone de dos bloques de mármol, así como de “varias partes [que] fueron esculpidas por separado (busto, piernas, brazo izquierdo y pie)”, según el Louvre. Además, es probable que la escultura estuviera pintada de colores y adornada con joyas, aunque hoy no queda ningún pigmento ni metal en el mármol.
Debido a su desnudez y a la forma sinuosa de su cuerpo, se cree que la figura es Venus, la diosa del amor. Sin embargo, también podría representar a Anfítrite, la diosa del mar, que tenía un significado especial en la isla donde se encontró esta obra de arte.
Venus (Afrodita)
Anfítrite
Descubrimiento
En 1820, la estatua fue descubierta por un agricultor en un antiguo nicho de la isla egea de Melos.
Aunque se desenterró en pedazos, se pudo volver a montar. Sus brazos fragmentados—el izquierdo sosteniendo una manzana y el derecho rozando la cintura de la figura—no se consideraron originales y no se volvieron a unir.
Además, como se aprecia en este dibujo de Jean-Baptiste-Joseph Debay, la figura se encontraba sobre una base tallada, que también resultó ser añadida posteriormente y, por tanto, fue eliminada.
Aun así, incluso como escultura incompleta, fue considerada inmediatamente una obra maestra. Fue regalada al rey Luis XVIII, quien la donó al Louvre en 1821. En un principio, el museo pretendía restaurar la estatua, pero nadie podía decidir cómo colocar sus brazos. “Apoyada en una columna, apoyando el codo en el hombro de Ares o sosteniendo diversos atributos” son algunas de las muchas posibilidades que podrían haber caracterizado el diseño original de la estatua.
Como el Louvre no pudo decidirse sobre la estética de la escultura, eventualmente fue expuesta sin los brazos, una decisión que sigue vigente hasta hoy.
La escultura hoy
Desde hace casi 200 años, la escultura forma parte de la colección permanente del Louvre. Junto con piezas como la Mona Lisa de Leonardo da Vinci y el Esclavo moribundo de Miguel Ángel, se considera una de las obras de arte más preciadas y populares del museo.
Descrita por el Louvre como una “obra maestra atemporal”, la Venus de Milo está destinada a educar y encantar al público por muchos siglos más.
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