El Monumento a la Independencia, popularmente conocido como el Ángel de la Independencia o simplemente el Ángel, es una de las estructuras más emblemáticas de la Ciudad de México. Con una altura de 45 metros, este grandioso monumento ha sido testigo de la vida y los cambios de la capital mexicana por más de 100 años, fascinando a sus ciudadanos y a visitantes por igual.
Si quieres saber más acerca del Ángel de la Independencia, estás en el lugar correcto. Aquí te presentamos 7 datos curiosos que te ayudarán a conocer más sobre este icónico monumento de la Ciudad de México.
No es un ángel.
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Aunque hoy es conocida popularmente como tal, la estatua en la cima del Monumento a la Independencia no es un ángel. En realidad se trata de niké, la diosa alada de la victoria en la mitología griega. Como era de esperarse, la estatua de bronce está llena de simbolismo. Con su mano derecha, la figura alza una corona de laurel, que representa la victoria de los héroes patrios. En la mano izquierda sostiene una cadena rota: esta simboliza la liberación del pueblo mexicano tras tres siglos de dominio español.
Fue construido para conmemorar el centenario de la Independencia mexicana.
Aunque ya había habido varios planes de crear un monumento a la Independencia desde mediados del siglo XIX, la idea no se concretó hasta la llegada del general Porfirio Díaz al poder. Se decidió que la estructura se ubicaría en una de las glorietas de Paseo de la Reforma, y su construcción inició en el año 1902. El arquitecto Antonio Rivas Mercado estuvo a cargo del proyecto, mientras que el escultor italofrancés Enrique Alciati fue comisionado para hacer todas las esculturas que decorarían el monumento.
El proyecto inicial tuvo varias dificultades. En 1906, cuando la estructura ya había alcanzado los 25 metros de altura, se hizo evidente el hundimiento uno de los lados del monumento. La estructura fue reevaluada por un grupo de ingenieros, y eventualmente se decidió demoler lo ya construido para empezar de nuevo. Ya con nuevos cimientos, el monumento finalmente fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910, exactamente cien años después del inicio de la guerra de Independencia.
También es un mausoleo.
En 1923, el gobierno mexicano ordenó el traslado de los restos de los héroes de la Independencia al monumento. Originalmente no estaba pensado para ello, por lo que tuvieron que construirse tres nichos improvisados dentro de la columna. Entre los héroes que se encuentran bajo el Ángel de la Independencia están Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos, Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria. Leona Vicario es la única mujer enterrada bajo el Ángel, ya que los restos de Josefa Ortiz de Domínguez yacen en la ciudad de Querétaro.
La escultura original fue destruida en un terremoto.
El 28 de julio de 1957, la Ciudad de México vivió uno de los sismos más fuertes de su historia. Con una magnitud de 7.8 grados, el terremoto provocó la caída de varios edificios y dejó un saldo de 700 muertos y 2,500 heridos. Varias estructuras icónicas de la ciudad, como la Catedral y la recién inaugurada Torre Latinoamericana, no sufrieron daños gracias a la densidad de los materiales con los que fueron construidas. Sin embargo, el sismo provocó que la victoria alada cayera de la cima del Monumento a la Independencia, destruyéndola casi por completo.
Aunque se hizo un esfuerzo por restaurar los restos de la escultura, al final tuvo que rehacerse casi desde cero. La nueva escultura, creada por José María Fernández Urbina, fue colocada en su lugar el 16 de septiembre de 1958. Hoy en día, la cabeza del “ángel” original puede ser vista en el Archivo Histórico de la Ciudad de México. Por su parte, la escultura actual ha sobrevivido a otros dos grandes sismos: el de 1985 y, más recientemente, el de 2017.
No se ha hundido con el resto de la ciudad.
La Ciudad de México está construida sobre un lago, y el terreno fangoso provoca que buena parte de la ciudad se hunda varios centímetros cada año. Sin embargo, el Ángel es la excepción: gracias a su sólida cimentación, la estructura se ha mantenido en su lugar a la vez que todo a su alrededor se ha hundido. Esto significa que, en cierto sentido, el monumento ha ganado altura con los años. De hecho, en 1986 se construyeron 17 escalones adicionales para compensar los tres metros que separaban al monumento de la calle.
Es posible subir al mirador.
Durante ciertos días de la semana, es posible subir al mirador en la cima de la columna de manera gratuita. Para hacerlo deberás asistir a las oficinas del Patrimonio Cultural de la Delegación Cuauhtémoc con tu identificación, y ellos te asignarán un día y una hora. El trayecto hacia arriba no es fácil: al ser tan estrecha, las escaleras en la columna no tienen descansos, por lo que se trata de una subida bastante intensa. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena, ya que tendrás vistas privilegiadas del Paseo de la Reforma y del Bosque de Chapultepec.
Se ha convertido en un punto de celebración—y de protesta.
Considerando su simbolismo y su ubicación céntrica, no es ninguna sorpresa que el Ángel de la Independencia se haya convertido en un lugar de reunión para los mexicanos. Hoy en día, la rotonda del monumento es un punto de encuentro para personas de todos los ámbitos de la vida, desde quinceañeras que posan para fotos hasta fanáticos del fútbol que celebran la victoria de su equipo.
Dicho esto, el Ángel también ha demostrado ser un centro para que la gente muestre su inconformidad. Innumerables manifestaciones han tenido origen en el monumento, incluyendo las protestas feministas de finales de 2019. Así, es imposible negar el papel central que juega el Ángel de la Independencia en el día a día de la ciudad.
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