Como parte de una campaña de revitalización en los años 90, la comunidad de Inakadate, Japón, tuvo una innovadora idea para impulsar el turismo en su aldea: crear obras de arte en sus arrozales. Usando diferentes variedades de arroz como su paleta de colores, más de mil voluntarios locales se reúnen año con año para ayudar con la siembra. Los diseños se han vuelto más complejos con el tiempo, y hoy atraen a cientos de miles de turistas al año.
Cada mes de abril, se celebra una conferencia para decidir el diseño para el año siguiente. Una vez elegido el tema, los funcionarios del pueblo hacen una maqueta digital básica, que luego es perfeccionada por los maestros de arte locales a través de intrincados dibujos conceptuales. Luego se colocan marcadores, mapeando cada dibujo antes de que comience la plantación. Este proceso puede durar hasta tres meses.
Los murales de 15,000 metros cuadrados suelen celebrar las tradiciones y el folklore local; los diseños de 2017, por ejemplo, representan la leyenda de Yamata no Orochi (la serpiente de ocho cabezas y colas) enfrentándose al dios sintoísta del mar y las tormentas, Susanno.
Cada año, esta aldea japonesa crea obras de arte en sus campos de arroz, celebrando el folklore local.
Mira al vice alcalde de la aldea, Yukio Kasai, explicar el proceso:
h/t: [Colossal, Great Big Story]
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