En 1872, un hotel situado cerca de Glacier Point en Yosemite echó brasas calientes desde lo alto de su mirador, creando lo que parecía una cascada de lava. Este acontecimiento veraniego, llamado Firefall o “cascada de fuego”, se convirtió en una importante atracción turística que duró hasta que el Servicio de Parques Nacionales lo prohibió casi 100 años después. Sin embargo, Yosemite tiene su propia cascada de fuego que se produce de forma natural y que atrae a un gran número de visitantes cada invierno. Este año, uno de ellos fue el fotógrafo Dan Zafra, de Capture the Atlas.
A diferencia de la cascada de fuego del siglo XIX, que fue creada por el hombre, la naturaleza es la única protagonista de este evento. El lugar es Horsetail Fall, una cascada efímera que fluye en invierno hasta principios de la primavera. Si los astros se alinean correctamente, durante algunas semanas de febrero, la puesta de sol hace que el agua adquiera un color naranja intenso. El resultado es impresionante. A medida que el agua desciende por las placas de granito, realmente parece lava.
Para ver bien la cascada de fuego, el cielo tiene que estar completamente despejado. E incluso con eso, normalmente solo dura unos 10 minutos. Como la cascada se alimenta del deshielo, también es necesario que haya suficiente nieve derretida para crear una cantidad significativa de agua. De hecho, el evento no es visible todos los años. Pero Zafra tuvo suerte y pudo observar el increíble fenómeno por sí mismo.
“La parte más inspiradora de la experiencia, más allá de cualquier fotografía, fue ver un fenómeno natural como este con mis propios ojos”, cuenta a My Modern Met. “Ya sea a simple vista o mirando a través de mi teleobjetivo, fue simplemente mágico ver cómo los colores de la cascada cambiaban ligeramente hasta que pude ver cómo parecía lava real cayendo desde la montaña”.
Como podrás imaginar, Zafra no estaba solo. Muchos fotógrafos se reunieron en la zona con la esperanza de fotografiar esta maravilla natural. De hecho, una de las partes favoritas de Zafra de la experiencia fue la interacción positiva y el ambiente festivo general en el lugar. Con tanta gente alrededor tomando fotos, puede ser difícil asegurarse de que lo que uno capta es único. Pero para Zafra, todo eso es parte de la diversión.
“No cabe duda de que es un reto destacar creativamente en un evento como este, que ha sido fotografiado durante años por miles de fotógrafos y con condiciones de luz y puntos de observación muy específicos. Sin embargo, siempre hay espacio para darle un toque propio a las imágenes, ya sea por la elección del equipo de la cámara o por el estilo de posprocesamiento. Aparte de las imágenes estándar de Firefall, también me enfoqué en crear algo diferente. Una forma fue tomar una distancia focal superlarga para centrar el ojo del espectador justo en los pequeños detalles de la sección superior de las cataratas”.
Para capturar esos pequeños detalles, Zafra utilizó una cámara de muy alta resolución, un objetivo de 600 mm y un extensor de objetivo X1.4. Esto también le ayudó a ser creativo a la hora de fotografiar imágenes abstractas creadas por los coloridos reflejos en el granito. “Me pareció fascinante cómo los colores de la pared cambiaban a cada segundo”.
La cascada conocida como Horsetail Fall en Yosemite se transforma en una catarata de “fuego” cuando la puesta de sol ilumina el agua.
Este increíble evento natural se conoce como Firefall, o “cascada de fuego”.
Cada vez que ocurre, cientos de fotógrafos se reúnen para presenciar el evento.
El fotógrafo Dan Zafra estuvo allí para documentar la cascada de fuego de 2022.
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My Modern Met obtuvo permiso de Dan Zafra para reproducir estas imágenes.
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