La mayoría de los fotógrafos de vida silvestre dirán que se necesita mucha paciencia para retratar animales en sus hábitats naturales, pero el fotógrafo sueconeerlandés Geert Weggen tiene un don para ello. Sus sujetos preferidos son las ardillas, tímidas criaturas del bosque que generalmente muestran reticencia al interactuar con los humanos. Sin embargo, Weggen (con la ayuda de algunas nueces) logra retratarlos de cerca en múltiples escenarios adorables.
Weggen se convirtió en fotógrafo de vida silvestre hace unos 6 años, cuando se encontró con un zorro salvaje en su puerta. El fotógrafo entró corriendo a su casa a buscar algo para darle de comer, y el zorro comenzó a visitarlo regularmente. “Al final de la segunda semana”, recuerda Weggen, “el zorro iba al balcón e interactuaba con varios objetos que usaba en mis fotografías”. De pronto, pájaros y ardillas empezaron a visitarlo a diario, dándole a Weggen muchas oportunidades para fotografiarlos. “No sabía entonces que le dedicaría mi vida a esto”, dice el fotógrafo.
El portafolio de Weggen de fotografías de ardillas no sólo muestra a las tiernas criaturas entre flores y hojas, pero también aparecen interactuando con accesorios hechos por el fotógrafo. Desde bicicletas miniatura hasta pequeños esquís, la imaginación de Weggen parece no tener fin, al igual que la disposición de las ardillas para participar. Para sus tomas más recientes, el creativo fotógrafo construyó un set navideño que incluye trineos miniatura y figuras de renos. Las traviesas ardillas fueron retratadas mientras jugaban y miraban con curiosidad cada objeto, lo que resultó en adorables imágenes que capturan el encanto de estos animales.
Si te sientes inspirado a tomar tus propios retratos de ardillas, Weggen comparte sus tipos en talleres bianuales (en inglés) en su estudio. También vende sus fotografías en forma de libros, calendarios y postales en su tienda en línea.
Hace poco charlamos con Weggen sobre su proceso creativo. Lee nuestra entrevista exclusiva a continuación.
¿Cuando inició tu interés por la fotografía?
Tal vez sea extraño decir esto, pero me enamoré de las novelas gráficas desde que era muy pequeño. Las absorbía. Es narrativa a través del arte. Yo hago lo mismo con mis fotos. Cuando tenía 16, tenía mi propio cuarto oscuro y tomé cursos de fotografía. Por un rato me convertí en el fotógrafo principal de un periódico juvenil y entonces perdí interés en la fotografía, pero el interés en las novelas gráficas siempre estuvo ahí.
¿Qué te inspira a retratar la vida silvestre?
Amo la naturaleza. Su pureza, magia y vitalidad. Los animales son honestos y solo están ahí porque sienten confianza. Para mí, un contacto directo con la vida silvestre está lleno de amor y respeto. Esa conexión es muy profunda. Ese vínculo puede ser muy raro entre las personas.
Eres capaz de acercarte mucho a las ardillas. ¿Cómo logras que confíen en ti?
Comida. En su mayoría es eso. Si no tuviera comida, no vendrían. Aunque diferentes pájaros y ardillas me siguen, se me suben, y me visitan en mi casa. No lo harían si no hubiera una ganancia. Nos usamos el uno al otro y compartimos el uno con el otro.
¿Qué es lo que más te gusta de las ardillas?
Son hermosas. Tienen colores tan bonitos y pelaje largo y esponjoso en sus orejas. Lo principal es que pueden hacer muchas cosas que los humanos pueden hacer. Pueden mantenerse erguidos, pueden sostener algo usando sus manos. Además de eso, su tamaño hace que sea más fácil trabajar con accesorios, flores y plantas en miniatura.
¿Puedes describir qué sucede en uno de tus talleres con ardillas?
Los participantes tienen contacto directo con las ardillas. No solo aprenden sobre su comportamiento y cómo fotografiarlas, sino que también aprenden a visualizarlas en escenas. Lo llamo “naturaleza en naturaleza muerta” ya que creamos escenas con objetos o materiales orgánicos y escondemos comida en los lugares correctos y esperamos que lleguen las ardillas. También existe la posibilidad de hacer tus propios accesorios en mi lugar de trabajo. En el taller los participantes también desarrollarán sus habilidades en Lightroom y Photoshop.
Muchas de tus imágenes tienen temas cómicos y fantasiosos. ¿Cómo surgen estas ideas?
Mucha gente comenta que se ríen al ver mis fotos. Eso no está planeado. No me veo como un hombre gracioso. Siempre he sido un soñador, y muchas veces veo cosas que no están ahí según las personas que me rodean. Yo diría que ellos se equivocan. El mundo es un gran lugar para soñar y fantasear. Es una gran maravilla. Las ideas llegan todo el tiempo y parece que nunca se detienen. Cuando me despierto, o miro las ardillas, o veo un objeto, las ideas vienen. Es como una corriente de polvo de estrellas. Brilla a nuestro alrededor y las ardillas y yo somos tocados por él…
Retratar a estas encantadoras criaturas debe requerir de mucha paciencia. ¿Puedes describir este proceso?
Primero que nada, no me considero un hombre con mucha paciencia.Normalmente visualizo el resultado final de lo que quiero capturar y eso me hace codicioso, porque también tengo muchas otras ideas. Hay muchos procesos diferentes involucrados según el tiempo, el tema o los accesorios. Para describirlo brevemente: creo escenas y pongo comida en los lugares donde quiero que se coloquen las ardillas, y espero.
¿Qué consejo le darías a alguien que le interesa probar la fotografía de vida salvaje?
No se rindan. Los animales hacen lo que quieren y vendrán cuando quieran. Amar la naturaleza y respetar a los animales es un buen comienzo. El miedo realmente no encaja en esa relación, pero ser reservado es algo bueno. Le doy a los animales el espacio o la opción de qué tan lejos quieren llegar. Nunca los obligo, pero siempre los dejo explorar nuevos límites por su cuenta.