La artista Françoise Nielly crea retratos dinámicos que buscan encontrar orden en el caos. Utilizando óleos de colores vibrantes y una variedad de espátulas, la artista retrata los ojos, la nariz y los labios de sus sujetos a través de trazos angulares y capas de pintura neón. A primera vista, sus obras parecen más abstractas que figurativas; sin embargo, gracias su magistral manejo de la espátula, podemos ver fácilmente los rasgos que emergen a través de los montones de texturas—poniendo en evidencia su humanidad.
Nielly no inició su carrera pintando con espátula. “Había estado aprendiendo a pintar con brocha por algunos meses”, compartió en un video, “y tenía influencias, pero cuando empecé a pintar con cuchillo de paleta estaba libre de influencias”. Sin referencias, fue capaz de expresar el rostro humano en su propio estilo y ofrecer una nueva forma de ver la tradición centenaria de los retratos.
Nielly no tuvo que ir muy lejos ideas para encontrar ideas sobre cómo “rehacer” el rostro humano. Su padre era arquitecto, y su acercamiento a las estructuras tuvo un impacto duradero en la creadora francesa. Él ya le había enseñado a Nielly a trabajar con líneas rectas—algo que logra recrear con la espátula a la perfección. “Un rostro tiene una arquitectura y perspectiva propia”, explica. “La nariz tiene una arquitectura realmente complicada. La pintura con espátula me permitió hacer cortes para estructurar realmente la cara.”