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Oaxaca es uno de los estados con más diversidad en México. En la región conviven 13 pueblos indígenas, y cada uno cuenta con tradiciones, lenguas y expresiones culturales propias. Por eso, los miembros de diferentes grupos de la región se reúnen cada verano para celebrar la Guelaguetza, una fiesta que busca celebrar el orgullo y la unidad de estos pueblos.
Un evento lleno de baile, música y color, la Guelaguetza se ha convertido en una de las celebraciones más características de Oaxaca. Aunque tal vez hayas escuchado de esta festividad alguna vez, puede que no conozcas sus orígenes y su importancia para el pueblo oaxaqueño. Aquí te presentamos las características y elementos de la Guelaguetza, que te ayudarán a descubrir por qué es un evento tan especial.
¿Qué es la Guelaguetza?
La Guelaguetza es una celebración anual que tiene lugar en Oaxaca, al suroeste de México. Se trata de su fiesta más importante, donde se reúnen miembros de las siete regiones tradicionales del estado: Los Valles Centrales, La Mixteca, La Cañada, Tuxtepec, La Costa, La Sierra Juárez y el Istmo de Tehuantepec. La palabra viene del zapoteco guendaliza'a, que significa “ofrenda, presente o cumplimiento”.
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La fiesta tiene lugar los dos lunes siguientes al 16 de julio—día que se celebra a la Virgen del Carmen—y se lleva a cabo desde 1932. Sin embargo, los orígenes reales de la Guelaguetza son mucho más antiguos, ya que deriva del culto a Centéotl, diosa mexica del maíz.
La celebración inicia con un convite, nombre que se le da al desfile callejero que marca el comienzo de la Guelaguetza. La fiesta después se traslada al cerro del Fortín, donde hoy se encuentra el auditorio que aloja las festividades. Por esta razón, a la Guelaguetza también se le conoce como “Fiesta de los Lunes del Cerro“.
Danza y música
La danza es un elemento central de la celebración. Las diferentes delegaciones de cada región se presentan en dos horarios—matutino o vespertino—para bailar al son de diferentes jarabes y fandangos. Cada danza suele empezar con un poema, que describe y celebra a su comunidad de origen.
Todas las regiones tienen danzas propias, y la mayoría se presentan año con año debido a su popularidad. Entre las que no pueden faltar se encuentran la danza de la pluma, una coreografía ejecutada por hombres que portan enormes penachos de colores, y la flor de piña, un energético espectáculo donde las mujeres bailan con fruta tropical sobre el hombro.
Las bandas de viento son el acompañamiento musical de la Guelaguetza por excelencia. Los músicos tocan en vivo, guiando a los bailarines mientras realizan sus danzas. Además de los espectáculos musicales, cada año se realiza una representación de la leyenda de la princesa Donají, la última hija del rey zapoteca Cosijoeza, quien se dice que dio su vida por salvar a su pueblo.
Indumentaria tradicional
Los trajes y vestidos tradicionales son también dos grandes protagonistas del evento. Desde los elaborados huipiles bordados que portan las bailarinas de San Juan Bautista Tuxtepec hasta los hermosos trajes de tehuana provenientes del Itsmo, cada atuendo tiene un significado propio de la comunidad de donde proviene. Es importante señalar que se trata de trajes vivos; es decir, que aún son usados por las comunidades de manera cotidiana, sobre todo durante fiestas civiles y religiosas.
Mujeres vestidas con traje de tehuana. (Foto: Fotos de stock de Antwon McMullen/Shutterstock)
Unidos, todos estos elementos dan vida a un evento sin igual que ha conquistado los corazones de la comunidad nacional e internacional. Con sus colores y la herencia de cientos de años de tradiciones, es fácil ver por qué la Guelaguetza es una de las fiestas populares más famosas de México.
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